Opinión
El rio turbio del Sebin (I)

El rio turbio del Sebin (I) Por Luis Velázquez Alvaray.- Los periodistas (verbigracia Sebastiana Barraez et al) se han encargado de explicarnos el oscuro recorrido de grupos mafiosos en la policía política de Venezuela. No solo hay asesinos, abunda un variopinto bandidaje que resume al régimen.
Un organismo bestial, capaz de lanzar desde un décimo piso una persona ya muerta por las torturas. Ante la ausencia del crimen perfecto, los voceros se equivocaron de ventanas. Dos versiones de una sola infamia. Se equivocaron de ventana. Han escogido la del infierno y allí se resumirán sus vidas implacablemente. Las de los asesinos directos y las de los indirectos. Y asesino es asesino.
Se equivocaron de blanco. Escogieron un hombre de corazón limpio, incapaz de una tropelía. Un creyente del ejército de Dios, que es distinto al ejército de sátrapas que nos gobierna: torturan, asesinan y mienten. El Concejal Fernando Albán se dedicó al bien, a la búsqueda de la justicia. Para él primero siempre fue la justicia.
Allí en ese desaguadero turbio que es el Sebin, se sabe todo lo que pasó, motivado a la guerra interna que libran la dirección de inteligencia y la dirección de investigaciones penales y estratégicas. Militares contra Comisarios de carrera. Después de 9 horas de fallecido informaron al sátrapa mayor en Miraflores y este envió al tenebroso Jorge Rodríguez, quien organizó la coartada desde las 7 de la mañana. Al concejal lo mataron dos veces. Los esbirros en la noche y el psiquiatra rojo de día. Muerte de noche y muerte de día.
Nombres para Tamara Suju y su memoria histórica ante los organismos internacionales.
Manos manchadas de rojo en este nuevo crimen:
-General José Gregorio Gómez Lárez, director de contrainteligencia. Dirigió las operaciones en la noche. Siempre actúa en la oscuridad. Allí recuerdan el episodio de dos patrullas de contrainteligencia con 588 kg de cocaína el 2 de diciembre de 2017, fueron capturados dos oficiales del poderoso despacho en la frontera del estado Zulia.
-Richard Centeno alias “Pachuco”. Comisario Truhan y repetitivo en estas lides, junto a Carlos Calderón y el Almirante Lastracco Lucena, todos bajo la dirección Del General González López, conocido como el “Pinochet rojo” o “el sabueso”.
En el putrefacto organismo se han repartido el botín:
-los jefes de la droga, comandados por el ya nombrado Gómez Lárez.
-Los extorsionistas que comanda con MaKled el comisario Calderón.
-La del secuestro exprés capitaneada por Richard Centeno, “Pachuco”, Integrada además por Roni González, Carlos González y el comisario Raga. Increíble: el jefe de todos es Walid Makled, preso de oro del chavismo.
En el oriente del país, la acción depredadora la dirige el Comisario Miguel Muñoz. Reverol recibe de casi todos, fundamentalmente de” los soles”. Hay muchos en el organismo que están en desacuerdo con este hampoducto . Un comisario jefe tiene todos los detalles. Algún día se encargará de contarlos a los tribunales competentes.
Los que actuaron en el día pertenecen a la jerga civil, cuya tribu dirige Jorge Rodríguez, planificador de la coartada del “suicidio”.
Todo esto será clarificado, de allí las palabras del escritor francés Pierre Lamaitrew en su novela “tres días y una vida: “un asesino no logra sortear el peso de su conciencia” y “cuando no hay juez el asesino se convierte en su propio verdugo”.
“Tarde o temprano los criminales serán juzgados. Que nadie lo dude: serán juzgados y enrejados” (Nelson Rivera en el ciclope totalitario). Maravillosa obra que enseña justicia.
No deje de leer: Aniquilan a homicida de vocera comunal y capturan asesino de Comisario
Opinión
Luis Aniano Espinel, nuestro primer cronista digital

El pasado 10 de mayo se celebró el día nacional del cronista, en honor a la fecha de nacimiento del escritor, valenciano Enrique Bernardo Núñez, primer cronista de Caracas. El cronista es el hombre que se encarga de recopilar y redactar la información que debe ser recordada, especialmente la del pasado. Durante el siglo XX tuvimos muchos célebres cronistas en Valencia, tanto los oficiales designados por la Municipalidad, como los cronistas espontáneos, que fueron tan buenos o mejores que los oficiales. Ellos plasmaron en papel y con tinta los recuerdos del siglo que nos vio nacer.
Pero el siglo XXI con su arrolladora ola de nuevas tecnologías, con nuevas formas de comunicación y con otras maneras de registrar la historia también trajo los nuevos cronistas, muy distintos a los anteriores ya que están adaptados a las nuevas realidades y que tienen unas herramientas poderosísimas, con las que tienen un alcance y penetración que jamás imaginaron aquellos pares que plasmaban sus recuerdos en una sólida remington o undrwood de cinta rojinegra, carro de hierro y campanita.
Los nuevos cronistas, sin tener el apoyo de municipalidades, universidades, gobiernos o empresas que los financien sino solamente con su afán de divulgar y valiéndose de la internet y especialmente de las redes sociales revivieron el interés de la gente por su pasado. Con ellos la imagen, que vale más que mil palabras, toma un papel preponderante que los viejos cronistas no podían tener. Y entre ellos, como es natural, sólo permanecieron los mejores, y sin duda, el primero de nuestros cronistas de la era digital fue Luis Aniano Espinel.
Caraqueño, y de profesión piloto, se estableció en Valencia a los 25 años. Hombre muy activo, había sido excursionista y explorador. Pero un día ayudando a uno de sus hijos se dio cuenta del desconocimiento de las nuevas generaciones de la historia y tradiciones de la ciudad y le puso manos a la obra.
En su labor divulgadora se encargó de digitalizar y poner a la disposición de cualquier visitante de su redes obras fundamentales para el estudio del pasado valenciano como: Historia de Valencia y De convento a casa de gobierno de Luisa Galíndez, Documentos que hacen historia de Miguel Colombet, Páez en Valencia de Alfonso Marín, Cristal de Tradición de Rafael Saturno Guerra, Valencia bajo el gomecismo de Mujica Sevilla, Historia de la construcción del Teatro Municipal de Luis Cubillán, Imágenes de Valencia de Julio Centeno, Historia del Estado Carabobo de T. Manzo, Valencia su perfil y su recuerdo de Polo, Recado Histórico de Valencia, Cronicones de Valencia de Zerpa. Todos estos libros, hoy agotados y casi imposibles de conseguir están al alcance de todos con sólo un click, gracias a Anaiano.
Pero Aniano también tenía producción propia: Su inconfundible figura con su boina negra y su cámara digital en la mano se le veía en casi cualquier rincón de Valencia. Así dejó un registro fotográfico debidamente comentado con excelente información adicional de icónicos lugares de la Valencia de ayer, y también de la de hoy. Pero allí no se detenía su afán de dejar registro para la posteridad de la vida valenciana: también fijó fotográficamente exposiciones, conferencias, misas, aniversarios y conciertos a los que asistía. Su sitio en la web (Facebook) es una verdadera fototeca valenciana.
También creo un grupo “Gente de Valencia”, el más popular de la web valenciana, con casi treinta mil miembros, donde compartía toda su información gráfica y escrita y daba una ventana para que otros contribuyeran con lo suyo.
Aniano se fue hace 4 años. Por la tecnología de la internet lo tenemos allí, del otro lado del monitor, con sus miles de fotos, con sus descripciones y siempre contestando a quienes le seguían. Un verdadero cronista. Sirvan estas líneas en papel para que su obra no sea olvidada por Valencia.
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