Opinión
Los más buscados-madriguera de maleantes
Desde el Exilio/Los más buscados-madriguera de maleantes: Por José Gregorio Briceño Torrealba.- Es difícil comprender lo complejo de la estructura de la organización criminal que han erigido los infames herederos de Chávez pues le han puesto todo el interés y la pasión para que perdure sin importar con quién hayan tenido que negociar, sin la más mínima traza de escozor y con la más repugnante alevosía en contra de la patria. Estos judas militantes fanáticos del odio y el resentimiento incluyen en esta mampara de poder disfrazado, a lo peor de lo peor, lo más selecto de la delincuencia mundial para que los ayuden a defenderse de las fuerzas opositoras y de los países democráticos que nos apoyan, mientras ellos puedan seguir raspando la olla y destruyendo lo poco que queda de la sociedad y economía venezolana. Claramente que deben darles buenas tajadas de nuestro territorio y riquezas para que se mantengan por lo que se asocian para delinquir y cuenta este laberinto del crimen con todo bicho de uña: asesinos, narcotraficantes, terroristas, todos especialistas en el arte de robar y aprovecharse de lo ajeno.
En el mundo decente, donde el trabajo dignifica, donde lo correcto es empujar por el progreso y la elevación de la calidad de vida, en una sociedad civilizada, el deber ser del gobernante de cualquier territorio o sociedad es cumplir con las normas y los principios universales de la moral y la conducta pues deben ser el ejemplo para sus gobernados.
Cada vez que escuchamos al mequetrefe, coprófago, de Nicolás Maduro es para escuchar atrocidades, afirmó el domingo pasado que los excombatientes de la antigua guerrilla colombiana FARC Iván Márquez y Jesús Santrich “son bienvenidos a Venezuela cuando quieran venir”, al tiempo que señaló que se quedó esperando que estos tomaran parte en el XXV Foro (de los chulos) de Sao Paulo el cual se celebró en Caracas. Cómo hemos mencionado para la colección de los delincuentes más calificados que el régimen acumula el prontuario de estos personajes cumple con creces con lo que la Organización Comunismo Narcotráfico-Crimen-Terror exige a sus agremiados.
Los antes nombrados están acusados nada más y nada menos en Colombia de asesinatos, extorsiones, violación, narcotrafico etc, etc. Fueron públicas, notorias y comunicacionales las atrocidades cometidas por esos terroristas por muchos años en toda Colombia y eso conllevó que más de 5 millones de colombianos emigraran a Venezuela en las décadas del 70, 80, 90 del siglo pasado y en lo que va de siglo. Lo denunciado por excelentísimo canciller Colombiano, Carlos Holmes Trujillo, en la que catalogó las declaraciones de Nicolás Maduro, en la cual daba la bienvenida a Venezuela a los ex FARC Iván Márquez y Jesús Santrich, como un desafío a la comunidad internacional, y una confesión de protección a personas buscadas por delitos como el narcotráfico.
Otra joya de la delincuencia mundial, miembro élite de la pandilla del régimen, fue incluido esta semana pasada por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) en la lista de los más buscados, es Tareck El Aissami; desde 2017 se inició el seguimiento a este lacayo de Maduro y fue sancionado por el gobierno de Estados Unidos calificado como uno de los capos del narcotráfico y desde la noche del lunes está en la lista de los más buscados por el delito de narcotráfico, por tener ” un rol importante en el tráfico de drogas internacionalmente”. Explican que facilitó el envío de cargamentos desde Venezuela y que incluso era dueño de envíos por más de una tonelada que partieron en distintas ocasiones hacia México y Estados Unidos. Además de que es sabido que es el principal enlace con Hezbollah organización terrorista árabe.
Esta contundente evidencia no da lugar a dudas al mundo civilizado de que el territorio Venezolano es un santuario del terrorismo internacional en donde se puede aplicar un viejo principio jurídico: confesión de partes, relevo de pruebas.
Es de esperarse que a lo interno, dentro de nuestros barrios, la delincuencia en Venezuela se exhibe con grandes armas y poder de fuego en todas las redes sociales porque saben que tienen un narcoregimen que los protege, casos emblemáticos, lo que sucedió en la cota 905 un conocido barrio de Caracas en donde es catalogado por la narcotirania como zona de “PAZ” hirieron a 4 funcionarios policiales por los colectivos y desde el Palacio de Miraflores dieron la orden de no actuar y retirarse. Así sucede en todo el territorio nacional o como pudimos ver la gran demostración de capacidad de fuego de los choros, criminales colectivos en Altagracia de Orituco en el estado Guárico.
La barbarie que estamos viviendo los venezolanos con éstos terroristas secuestradores bajo la dirección y patrocinio del narcoregimen Cubano pasará a los anales de la historia, porque en toda la historia moderna no se había visto ésto, ser gobernados por un grupo de cubanos transformó o esclavizó el alto mando militar para saquear nuestras riquezas. Increíble pero cierto.
Comprendo al presidente encargado Juan Guaidó por la presión de la responsabilidad asumida, por las exigencias de la comunidad internacional de agotar el requisito del diálogo, pero millones de Venezolanos estamos conscientes y podemos afirmar categóricamente que eso es un fracaso por la experiencia que tenemos de los anteriores diálogos. MALANDROS TERRORISTAS COMUNISTAS, SALEN ES CON PLOMO Y CON LOS PIES HACIA DELANTE. El tiempo se agota y para reiterarle al mundo su nula intención de salir del poder, Nicolás dijo: “En esta etapa, he propuesto una idea central: Establecer una mesa permanente de diálogo político, para buscar soluciones a los problemas del país, entre las fuerzas revolucionarias y las fuerzas de la oposición, que sea capaz de pasar MESES, AÑOS, en cualquier coyuntura y lograr acuerdos sólidos”.
Seguro estoy, lo visualizo desde la cárcel del exilio, de que pronto conseguiremos destruir esta red de dolor y destrucción; así lo afirmo y mi empeño cada día es denunciar y apalancar su salida con lo único que nos queda LA PLUMA Y LA PALABRA.
José Gregorio “El Gato” Briceño Torrealba/Valeria Briceño – Twitter e Instagram: @josegbricenot /@valeriabricenot – Facebook: José Gregorio El Gato Briceño http://gatobriceno.blogspot.com/2019/08/es-dificil-comprender-lo-complejo-de-la.html
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Opinión
¿Qué podemos aprender de la sociedad de la nieve?
Las experiencias difíciles llevan a cuestionarnos el sentido de la vida: su significado, su valor. Y la actitud que tomamos frente a ellas, como señala el psiquiatra Viktor Frankl, nos conduce a descubrir un significado más profundo de la realidad y de nuestra existencia. Esto fue justamente lo que vivieron los 16 sobrevivientes de los Andes, cuyo testimonio recoge Pablo Vierci en su libro La sociedad de la nieve y que recientemente el director español Juan Antonio Bayona ha llevado a la gran pantalla. Aquí les comparto algunas enseñanzas que nos transmite esta historia:
Espíritu de cooperación
Al caer el avión, luego de recuperarse de la caída, Marcelo -capitán del equipo de Rugby- comienza a organizar a la gente: unos atienden a los heridos, otros mueven los cadáveres, otros buscan y reúnen comida. Y en todo ello observamos un espíritu de cooperación que va a estar presente hasta el final de esta historia.
Llama la atención que en una situación tan difícil la solución no consistió en un “sálvese quien pueda”. En una época como la nuestra, invadida por el individualismo, la película nos recuerda: el hombre es un ser con los demás. Uno de los sobrevivientes, Javier Methol, dirá en su testimonio: “El resto de los chicos podría haberme desechado, abandonado a un costado. Porque ¿qué es lo que surge primero en una situación como ésa? Es el egoísmo, el sálvese quien pueda, yo me arreglo con mi grupo de afines y el resto que reviente, ¿No es la reacción usual en el nadador que se está ahogando y que hunde al que lo viene a rescatar? Pero en la montaña ocurrió exactamente lo contrario a lo que ocurre en la sociedad. ¿Y eso también fue casual?” (P. 204).
Espiritualidad
Cuando escasea o falta lo material, es más probable que la persona se encuentre con los recursos de su espíritu y con bienes inmateriales. En su testimonio Adolfo Strauch nos habla de un sexto sentido. Dice: “cuando vives en la ausencia total de elementos materiales, les permites espacio a otras sensaciones, a nuevos sentidos, que es lo que quiero rescatar cuando vengo a la montaña” (p. 144).
Se trata del despertar de una sensibilidad espiritual que nos permite estar atentos a grandes valores y que muchas veces nos pasan desapercibidos. Algo importante que sobrepasa lo material: “No tengo nada, estoy con hambre, tirito de frío, estoy solo, perdido, con la muerte pisándome los talones, y sin embargo puedo experimentar una felicidad diferente”. Allí arriba, señala Coche Inciarte, “encontré la paz que debería encontrar en la vida” (p. 11).
Sentido
La juventud de los sobrevivientes se manifestó en sus ganas de vivir pero, sobre todo, en su esfuerzo por encontrarle un sentido a todo el sufrimiento que estaban padeciendo. Señala Coche Inciarte: “Y hoy, cada vez que subo a la montaña me formulo las mismas preguntas, las que se afirman con los años, cuanto más viejo me pongo: «Cómo hicieron esos jovencitos para soportarlo? ¿Por qué lo lograron?». Y, fundamentalmente, «para qué lo hicieron»” (p. 67).
Ciertamente, cuesta comportarse como un ser humano cuando tienes que sobrevivir comiendo carne humana y congelándote del frío. Pero a pesar de esas dificultades, en esta historia los sobrevivientes dan lo mejor de sí. Luego del rescate la pregunta final de la película hace pensar en el valor y el significado de lo que han vivido juntos, pero también en la misión -personalísima- que cada uno tiene por delante. Bien lo dirá Nando: “Para mí, el verdadero milagro es que, al vivir tanto tiempo esquivando la muerte, rozándola siempre, aprendimos de la forma más poderosa lo que significa estar vivo”. (P. 401).
Superación
En su testimonio Carlitos Páez cuenta cómo esta experiencia fue “una catapulta de la que salí disparado para alcanzar otros horizontes, un gran salto desde la penumbra hasta la vida”. Él, siendo un joven mimado y no acostumbrado a enfrentarse a esa clase de sufrimientos, descubrió en la montaña que valía la pena luchar por una meta y ponerse un estilo de vida exigente. Dice de sí mismo: “el jovencito de antes comenzó a diluirse lentamente; cada día crecía un año, cada minuto un día. Como contrapartida debía trabajar, tenía tareas fijas que yo mismo había elegido” (p. 244). Para Tintín Vizintín, “esta es la fórmula que define los Andes, nunca hubo resignación”. (P. 332). Los sobrevivientes fueron combativos, emprendieron sobre todo una gran lucha interior, de no tumbarse, de no rendirse. Por eso señala Gustavo Zerbino que “lo único que nosotros tenemos para decir es que cada uno puede lograr lo mismo que nosotros si se propone remontar la cuesta y salir de su cordillera”. (P. 184).
Agradecimiento y Generosidad
La creación de una comunidad, la ayuda del uno al otro, iba despertando en los sobrevivientes una actitud de agradecimiento que conducía a la generosidad. Gustavo Zerbino, por ejemplo, fue acumulando los recuerdos de aquellos que se morían no porque se lo hubieran pedido sino porque a él le daba la gana. Allí, en sus palabras: “nadie pedía, todos daban”. (P. 177).
Daniel Fernández, también observa esta actitud de agradecimiento y de generosidad: “El grupo funcionó con tanta generosidad, con los afectos tan a flor de piel, que, si veías que uno se caía, indefectiblemente te aproximabas, te sentabas a su lado, y comenzabas a hablarle, para que, juntos, volvieran a recuperar la esperanza”. (p. 95).
Humildad
Una de las grandes lecciones que aprendió Moncho Sabella en la montaña fue la de la humildad: “¿Por qué me salvé? (…) porque aprendí desde el primer momento que nos salvábamos si manteníamos la humildad”. (P. 129). Allá arriba en la montaña nadie buscaba protagonismo. Al bajar a la civilización no comprenden por qué la gente habla de héroes, si allá arriba lo que había era un equipo: “en la sociedad de la nieve no había protagonismo”. Fue precisamente esto, la humildad, lo que Moncho va a denominar el núcleo de esta historia.
Heroísmo
Al bajar a la civilización la gente dice: “qué personas tan solidarias aquellos sobrevivientes de los Andes”. Sin embargo, Adolfo Strauch nos recuerda que todos tenemos dentro esa solidaridad. Señala que “en lo más hondo del corazón, si te van quitando elementos, llegas al corazón desnudo, donde el ser humano se entrega por el otro. Cuando la muerte golpea las chapas del fuselaje, las cosas banales se desvanecen, y personas comunes son capaces de gestos extraordinarios» (p. 112).
De esta solidaridad que se despertó allá en la montaña surgió lo que llamaron el héroe humilde, personajes como Numa y Enrique Platero. “Numa nos enseñó -dice Moncho Sabella- el heroísmo anónimo al entregar a los otros más de lo que se reservaba para sí mismo. En ese balance de solidaridad y egoísmo, que es lo que te permitía morir o vivir, él inclinaba la balanza a favor de los otros y en detrimento de sí mismo. (P. 136). En el momento en que muere Numa, como vemos en la película, los sobrevivientes ven que su mano sostiene un papel que dice: “no hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos”.
Coherencia
En el libro Roy Harley señala que él sólo veía necesario dar testimonio de esta historia con su vida. Dice: “siento, sí, que el testimonio lo debemos dar con la vida diaria y con lo que hacemos con ella, en homenaje a lo que vivimos: nos tocó experimentar algo muy particular y creo que el mensaje lo tenemos que dar todos los días en forma permanente con lo que hacemos, no con lo que decimos” (p. 275). Y destaca que lo importante en este caso es la coherencia de vida: “los ingleses lo llaman Walk the talk. O el otro lema: si no vives como piensas, acabarás pensando como vives (…) walk the talk, haz lo que dices, es una buena pauta de conducta para gente que padeció lo que nosotros padecimos”. P. 276.
Finalmente, una emoción que nos transmite constantemente la película es la de la frustración, pues allá en la montaña los sobrevivientes se encuentran con “nada”. Lo que genera una paradoja. En el mundo de hoy las personas tienen cubierto su “derecho de recibir”, y se sienten vacíos. Allá en la montaña los sobrevivientes se sintieron en el deber de dar, y se sintieron llenos. La película quizás plantea un cambio, quizás nos muestra un camino hacia una felicidad inesperada.
Gabriel Capriles Fanianos. X: @gabcapriles
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