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Anuncio de un alcaraván (XX)

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Anuncio de un Alcaraván (XX): Por Milagros Rodríguez.- Vamos a salir de la situación caótica en la que se encuentra sumido el país.

Pronto se restablecerá el optimismo, la pasión y contribuir a la reconstrucción del país. Mi pasión es que el Estado concebido como el representante del interés colectivo de todos los ciudadanos, el custodio de nuestra soberanía, integridad y conquistas sociales, nuestra independencia y desarrollo.

Las elecciones deberían de realizarse y ser una extraordinaria oportunidad para revisar cómo vamos a corregir, debatir y retomar las posibilidades de avanzar.  No se puede seguir retrocediendo y mucho menos caer en el abismo de la entrega, del desmantelamiento de nuestras instituciones y de nuestras conquistas políticas y sociales. No podemos caer en las manos de la extrema derecha, ni seguir como vamos.  Es un dilema que sé que preocupa a muchos venezolanos, trabajadores honestos, a la inmensa mayoría que esta fuera de la diatriba de los grupos de pugna, de los cultores de la política con “p” minúscula del caos.

El ciudadano común y corriente es presa de un generalizado sentimiento de inconformidad, molestia, desasosiego. Nunca como ahora la política ha estado de tan bajo perfil. No emocionan a nadie.

Tal como están las cosas, hará falta un esfuerzo extraordinario, de unidad, trabajo y conciencia para, en torno a varios objetivos bien definidos. Atender y resolver los problemas que aquejan a diario al pueblo. En un proceso de reconquista de nuestros espacios políticos y nuestros objetivos estratégicos que hoy lucen perdidos.

Vamos, hace falta reanimar espiritualmente al Pueblo para emprender la reconstrucción del país.

Hay que discutir y resolver los problemas inmediatos, urgentes e ir restableciendo los equilibrios necesarios para movilizar a toda la Nación. Habría que comenzar por restablecer las relaciones espirituales, principios y actitudes sociales que nos permitan crear un clima adecuado, emocionar de nuevo al venezolano, dejar atrás el pesimismo y las soluciones individuales, y que el Estado sea capaz de proteger y preservar la estabilidad y seguridad de todos los ciudadanos.

Las respuestas y soluciones a nuestros graves problemas tendrán que ser creación propia, no vendrán de afuera, no serán impuestas, nadie va a hacer el trabajo por nosotros. Pero no estamos partiendo de cero. Hay todo un camino andado, una experiencia acumulada, en estos últimos 18 años se han vivido fenómenos políticos de mucha intensidad. Muchos cambios, se ha fraguado otro país, otro pueblo, que hoy luce en desbandada, pero que tiene una importante experiencia política y ha sido protagonista de las profundas transformaciones que se han producido.

Se ha hecho mucho daño con la manipulación mediática y la censura o auto censura. No es saludable que un país no tenga voces críticas, alertas, orientaciones. El liderazgo político debería poder aceptar las críticas, sobre todo si son constructivas. Cuando se dirige un país, se debe tener la suficiente responsabilidad de escuchar todas las opiniones, con la debida compostura. No es posible que el que haga alguna observación o cuestionamiento sea catalogado de una vez como “traidor” y se hagan de lado sus opiniones, sobre todo si lo que se dice viene acompañado de una experiencia o trayectoria que le da legitimidad al comentario y a quien lo hace.

Hay que dejar atrás la discusión de 140 caracteres, dejar atrás a los “bots” del tuitter, la guerra de etiquetas. No se puede dar un debate desde el anonimato y la impunidad de una cuenta de tuiter que, muchas veces, ni siquiera existe.

Hay que generar acciones desde el Estado, el estamento político y la sociedad en general, que restablezcan la confianza en la sociedad y un clima político adecuado. Hay que promover un conjunto de valores que permitan que el ciudadano recupere su conciencia colectiva, el sentido de la justicia social, el respeto a las instituciones y la política como el ejercicio pleno de todos nuestros derechos.

Hay que restablecer el Estado de Derecho

Hay que restablecer el Estado de Derecho en el país y con el respetar todo lo que dice la constitución. Restablecer las instituciones del Estado, que han perdido toda su prestancia y dirección. Deben deslastrarse las instituciones del Estado, deslastrarse todos los cuerpos de seguridad, llámese cuerpos militares y policiales, eliminar los abusos de poder…

Hay que dejar atrás los insultos. Las trampas…No puede aceptarse, como no se acepta en ningún país del mundo, el llamado a una intervención extranjera en nuestro país y la imposición de sanciones. El respeto a la soberanía y la independencia, nadie debería estar en capacidad de vulnerar bajo ninguna circunstancia. Como tampoco se puede tolerar la entrega de nuestros recursos naturales y de nuestra economía…

Hay que darles soluciones a los problemas. Eliminar el abuso e indolencia, eliminar la burocracia que se ha enquistado en los organismos e instituciones del estado. El gobierno debe comunicarse con todo el país y hablarle claramente al pueblo sin mentira y sin maquillar cifras e informarle al pueblo de lo que se ha hecho claramente.

Hay que rescatar las funciones de un servidor público, pero también hay que mejorar en salario a los funcionarios públicos, que hoy son los peores pagados de la historia, y más sin son profesionales universitarios, y a cada profesional enaltecer y pagar lo que corresponde a cada funcionario acorde a su experiencia laboral…

Se necesita que se haga justicia y que no sigamos retrocediendo, ya hemos retrocedidos bastante…se ha silenciado muchos resultados. Hay que impedir el desastre que están haciendo con el oro, el gas y el petróleo y otros minerales que está sucediendo actualmente, mientras el caos es la máxima en el país.

Debemos de parar la especulación de precios, la corrupción, la explotación del trabajador, la especulación cambiaria, el bachaquerismo, que es algo nuevo en nuestro país y es de estos años, así como el contrabando, el delito y el robo descarado en las instituciones públicas…

Entre las acciones que debe emprender el Estado es restablecer el equilibrio espiritual y la confianza en el país, proteger a los que se han ido del país como a los que estamos guerreando y somos resilentes en este momento, somos guerreros y estamos sobreviviendo a todo…

Tenemos que rescatar lo mejor de nosotros, de nuestro país, de nuestro pueblo grande, altruista, solidario, bueno, con una fuerza moral extraordinaria…dejar atrás el odio, las divisiones de peyorativos que si del gobierno, que si escualidos, somos venezolanos, ese debe ser el concepto, dejar atrás la revancha, la indiferencia, la frustración, el desaliento. Vamos a llenarnos de esperanzas, de sueños, vamos a salir de esta crisis, tengamos mucha fe, Dios existe, el padre es uno solo, Venezuela es grande y si Dios quiere se recuperará y tiene como recuperarse, recuerden que para Dios no hay nada imposible.

ACN/MR

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Jueves Santo: origen, significado y por qué se conmemora en Semana Santa

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Jueves Santo: origen, significado y por qué se conmemora en Semana Santa-Agencia Carabobeña de Noticias – ACN – Opinión
Foto: Cortesía
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La iglesia católica explica el origen, el significado y el por qué se conmemora el Jueves Santo en Semana Santa.

Según el portal As.com, este día se comienza el Triduo Pascual, el periodo durante el cual la liturgia conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Constituye el momento central de la Semana Santa y del año litúrgico.

La Última Cena

En el Jueves Santo el cristianismo conmemora la institución de la Eucaristía en la Última Cena, el lavatorio de los pies y la oración; en el huerto de Getsemaní. Según relata la Biblia, la Última Cena es el momento en el que Jesús se reunió con los doce apóstoles para despedirse de ellos; antes de su muerte. Además, durante esta cena les anunció que uno de ellos le traicionaría, dando a entender que era Judas Iscariote.

Jueves Santo: origen, significado y por qué se conmemora en Semana Santa

Los Evangelios narran asimismo que durante esta reunión Jesús realizó un lavatorio de pies a todos sus compañeros. Un gesto que para la Iglesia es un símbolo de entrega a los demás. No obstante, el momento más relevante de la Última Cena; es el que la Iglesia considera como la institución de la Eucaristía; uno de los siete sacramentos para los católicos.

Institución de la Eucaristía

Este hecho se produce cuando Jesús toma el pan, lo parte y lo reparte entre los comensales diciendo: “Tomad y comed todos de él; porque este es mi cuerpo, que será entregado por vosotros”. A continuación toma un cáliz lleno de vino y dice: “Tomad y bebed todos de él; porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna. Que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados”.

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Y concluyó: “Haced esto en conmemoración mía”. Esta última frase es interpretada por la Iglesia como la institución del Orden Sacerdotal, otro de los siete sacramentos.

De esta manera, la misa del Jueves Santo se consagra al éxito en la muerte de Cristo, que habría dado su vida para salvar a la humanidad de sus pecados. Según detalla la agencia de noticias católicas Aciprensa, esta fecha se debe celebrar “lo más solemnemente posible. Los cantos,  mensajes y los signos, no debes ser ni tan festivos; ni tan jubilosamente explosivos como la Noche de Pascua”.

Con información de ACN/As.com

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