Internacional
Asciende a al menos 676 los muertos en Mozambique y Zimbabue
La cifra de muertos en Mozambique y Zimbabue ascendió este sábado a más de 670; a causa del ciclón que azotó el sur de África la semana pasada; el cual inundó miles de kilómetros cuadrados.
El balance del ciclón “Idai” en Mozambique y Zimbabue llegó a 676 fallecidos y crecerá aun más; a medida que avancen las operaciones de rescate, ya que los servicios tienen dificultades para llegar a zonas cortadas del mundo; advirtieron organizaciones humanitarias preocupadas por el riesgo de epidemias. El balance anterior era de 600 muertos.
Zimbabue
El ciclón Idai, que arrasó la semana pasada a Mozambique y luego a Zimbabue; afectó además a cientos de miles de personas, que han perdido sus casas o cosechas. El feroz ciclón, impactó en la costa del centro de Mozambique el viernes pasado; desatando vientos huracanados y lluvias que inundaron el interior y; anegaron el este de Zimbabue dejando un rastro de destrucción.
Ante la catástrofe natural, la ONU pidió más ayuda en Mozambique mientras las agencias de asistencia; luchan por ayudar a decenas de miles de supervivientes.
“Desastre sin precedentes”
El ministro de Medio Ambiente mozambiqueño, Celso Correia, estimó hoy, que “es un desastre natural sin precedentes”; pues la zona afectada por el desastre cubre una superficie de 3.000 km2.
Tras la limpieza de los grandes ejes y el rescate de personas aún bloqueadas en las zonas inundadas; la directora de Unicef, Henrietta Fore, anunció desde ese país, que “la próxima etapa, es tener acceso al agua potable; porque lo que nos esperan son enfermedades”.
Fore, expresó su preocupación por “el agua estancada y la llegada de mosquitos” y; habló de “cuerpos descompuestos y falta de higiene y de instalaciones sanitarias”.
“En Beira ya se registraron casos de cólera y las infecciones de malaria se multiplican”; informó, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja.
Por otra parte, Médicos Sin Fronteras (MSF), adviritó que “las enfermedades respiratorias también amenazan con ser un problema sanitario. En el interior de las casas sigue lloviendo y para las personas sin hogar acogidas en escuelas o iglesias; el confinamiento favorece la transmisión de estas enfermedades”.
Las agencias de la ONU y las oenegés se esfuerzan por socorrer a las personas desplazadas y hambrientas; pero el reparto de ayuda es caótico. “La magnitud de la situación va mucho más allá de lo que puede hacer un país o un gobierno”; explicó Gerry Bourke, portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PAM).
Ayuda a largo plazo
Al sobrevolar las zonas inundadas, el secretario general de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja; Elhadj As Sy, observó que “Decenas de miles de familias lo perdieron todo. Hay niños que perdieron a sus padres y comunidades que perdieron escuelas y clínicas”.
“Debemos reaccionar rápidamente a gran escala y prepararnos para acompañar a la población afectada a largo plazo”, destacó. Por otro lado, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres; pidió el viernes a la comunidad internacional multiplicar las donaciones.
En ese sentido, anunció que la ONU ya liberó 20 millones de dólares en un primer paquete de ayuda de emergencia. “Pero se necesita una ayuda internacional mucho mayor”, señaló Guterres.
Regreso paulatino a la normalidad
Escuelas, hoteles e iglesias, se han transformado en centros de acogida tanto en Mozambique como en Zimbabue. Es el caso del principal hospital de Beira, ciudad de medio millón de habitantes; donde el techo resultó dañado y sólo puede funcionar al 40% de sus capacidades.
El equipo de AFP observó en las calles, que la normalidad regresaba progresivamente y; ya el viernes se formaban colas frente a los bancos, que reabrieron sus puertas.
Las operaciones de reconstrucción también se han iniciado lentamente. Algunos habitantes, buscaban entre los escombros de un supermercado; para recuperar planchas de metal con las que construir viviendas precarias. Además, los técnicos trabajaban para restablecer líneas telefónicas y la electricidad.
ACN/AFP/Fotos: AFP
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Internacional
Más de 80.000 personas rescatadas de sus casas tras las inundaciones en sur de Brasil
Más de 80.000 personas rescatadas en Brasil tras las inundaciones. Las autoridades informaron que hasta el momento son 82.666 personas y 12.215 animales tras las graves inundaciones que han devastado la región sur, informó este sábado la Defensa Civil.
Según el último balance de víctimas, se han registrado por el momento 156 muertos, uno más con respecto al viernes, y 806 heridos, mientras que el número de desaparecidos bajó a 94, cuatro menos que en la víspera.
Las inundaciones, lluvias torrenciales y deslizamientos de tierra han causado estragos en el 90 % de los municipios del estado de Rio Grande do Sul, una importante región agropecuaria e industrial en el sur de Brasil con una población de 11 millones de habitantes.
Aún hay barrios enteros de algunas ciudades de Rio Grande do Sul, el estado más castigado por la tragedia climática, que siguen anegados por el agua dos semanas después de un temporal sin precedentes que se prolongó por varios días.
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Más de 80.000 personas rescatadas en Brasil
Hay 2,3 millones de damnificados en esta región fronteriza con Uruguay y Argentina, de los que unos 620.000 tuvieron que abandonar sus hogares y marcharse a albergues o las casas de sus parientes.
El Gobierno de Rio Grande do Sul anunció el viernes la construcción de cuatro “ciudades temporales” en las de Porto Alegre, Canoas, São Leopoldo y Guaíba para albergar a los miles de afectados.
Porto Alegre, la capital regional, sigue parcialmente inundada, con su aeropuerto internacional fuera de servicio por lo menos hasta septiembre y el centro histórico anegado, aunque en los últimos días ha comenzado a bajar el nivel del río que baña la ciudad, dando un respiro a sus habitantes.
Retomar la rutina, dentro de la tristeza
Los vecinos intentan ahora retomar poco a poco su rutina, dentro de la tristeza que supone haber perdido muchos de sus bienes y hasta su trabajo.
Antonio Cavalheiro, de 65 años, trabajaba en una cafetería dentro de una terminal de autobuses y no sabe cuándo volverá a tener un salario.
“Es una tristeza, esto estaba siempre lleno de gente, siempre lleno. Ahora hasta volver de nuevo y limpiar todo… Debe de estar todo podrido, sin luz, debe de estar todo podrido ya”, lamenta.
José Roque, de 62 años, trabajaba en un aparcamiento cercano y recuerda que tuvo que salir de allí “con el agua por el cuello”.
“Creo que va a demorar por lo menos unos diez días hasta que baje toda esa agua”, dice a EFE resignado.
Amplio paquete de ayuda económica del Gobierno
Desde el inicio del desastre, la Administración del presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha anunciado un amplio paquete de ayudas económicas, que incluye subsidios, créditos en condiciones favorables y el perdón de la deuda de Rio Grande do Sul con el Tesoro por los próximos tres años.
Para este fin de semana se espera la llegada de un nuevo frente frío y lluvias aisladas en el sur de Brasil que pueden llegar a dificultar todavía más las labores de los equipos de rescate, que han evacuado últimamente a personas con síntomas de hipotermia.
ACN/MAS/EFE
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