Internacional
Poscovid contra nuevas generaciones

La educación, la mortalidad infantil por enfermedades prevenibles; y la salud mental son algunas de las cuestiones que ya preocupaban sobre la infancia; y tras la irrupción de la covid-19 se han agudizado. Desde ya hay que tomar las previsiones del caso.
Ya en agosto, la ONU advertía de la «catástrofe generacional» que supondría no reabrir inmediatamente los colegios.
Un niño hace sus tareas escolares en su casa, bajo la luz de una vela, en una aldea de Bangladés. WORLDVISION
Algunas de las muchas interrogantes que sobrevuelan sobre la situación de la infancia y que se plantea la sociedad, en general, y las organizaciones internacionales, en particular, desde que comenzara la pandemia.
¿Qué pasará con los niños que nunca regresarán a la escuela?
¿Cuántos podrían morir por enfermedades prevenibles por no alimentarse bien?
¿Cómo afecta el encierro a la salud mental de los más pequeños?
¿Cómo sobrevivirán las familias más vulnerables a la falta de ingresos?
Casi 20 millones más de personas sufren hambre aguda tras la pandemia
Maltrato infantil, la amenaza silenciosa de la cuarentena
Desde la irrupción de la covid-19, a los niños y adolescentes del mundo; se les ha calificado como las víctimas «ocultas, invisibles” de esta crisis sanitaria. Si bien el virus SARS-CoV-2 ha resultado, hasta la fecha; una enfermedad con poca incidencia de contagiados y mortalidad entre los más pequeños; son ya muchos los efectos colaterales que han empezado a mostrar cuáles son las consecuencias que sufrirá la infancia.
En el último mes, algunas voces y varios informes alertan; de que la malnutrición infantil, la falta de ingresos, las enfermedades de salud mental; y las desigualdades en educación y género son desafíos fundamentales que hay que afrontar para no condenar a las generaciones futuras.
Educación para todos, sin brecha digital
A principios de marzo el mundo cerró sus escuelas; y alrededor de mil millones de estudiantes y jóvenes de todo el planeta; se vieron afectados por el brote de la covid-19, según cifras de la Unesco.
Ya en agosto, la ONU advertía de la «catástrofe generacional»; que supondría no reabrir inmediatamente los colegios. Hoy, seis meses después, al menos 53 países permanecen con sus centros educativos cerrados; y muchos otros han dado por finalizado su año académico.
«Incluso antes de la pandemia, millones de niños y jóvenes se estaban perdiendo oportunidades de educación y formación de calidad porque no tenían acceso a Internet. Ahora, la covid-19 ha empeorado la situación”, sostenía la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, en una charla a principios de septiembre organizada por Generation Unlimited, en la que participaron mandatarios de todo el mundo, bajo el auspicio de Naciones Unidas.
Oportunidad única para cerrar brecha generacional
«Tenemos una oportunidad única para cerrar la brecha digital; y hacer que el acceso a Internet sea una realidad para todos los niños y jóvenes; y en todas las escuelas y comunidades», añadía Fore.
Un informe reciente de Unicef destacaba; que al menos uno de cada tres escolares en todo el mundo; no podía acceder al aprendizaje a distancia después del cierre de colegios; lo que puso de manifiesto la falta de acceso a la tecnología digital.
Si nos fijamos en África, Unicef estima que al menos la mitad de los niños en edad escolar; de la región subsahariana no tienen acceso a Internet.
«Invertir recursos en el aprendizaje y la formación digitales de los jóvenes; es esencial para construir la cohesión social y reducir las desigualdades insostenibles; que bloquean el desarrollo humano y el crecimiento económico»; sostenía el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres; en el mismo evento en el que, además, las organizaciones se comprometieron a llegar a 3.500 millones de niños y jóvenes con una educación de calidad, incluidas soluciones digitales, para 2030.
Pero la digital no es la única brecha que la covid-19 ha destapado en el mundo educativo. La otra barrera importante y que preocupa a las organizaciones es la de género. La Unesco teme que alrededor de 10 millones de niñas en edad de asistir a la escuela secundaria podrían no volver a la escuela tras la pandemia, lo que supondría un aumento de matrimonios infantiles y explotación laboral, entre otras consecuencias.
La covid-19 es una palanca de empuje para la mortalidad infantil
David del Campo, director de acción humanitaria y cooperación internacional de save the children.
«Las niñas de niveles socioeconómicos más bajos corren mayor riesgo de no volver a estudiar. En estas familias, muchas de las cuales subsistían en la economía informal; los ingresos se han reducido o desaparecido por completo; por lo que no pueden afrontar los costes de la educación o dejan a sus hijas a cargo de la casa y la familia; haciendo las tareas domésticas mientras los demás van a trabajar.
Esto supondría un retroceso de unos 20 años en los avances hacia la igualdad de género», explica Julia López, directora de comunicación e incidencia política de Plan International en España.
La ONG ha lanzado la campaña #GirlsInCrisis con la que planea beneficiar a 20 millones de personas, especialmente niñas y adolescentes, de 52 países y así garantizar el acceso a la educación de forma segura e inclusiva, la protección de la infancia frente a la violencia y la promoción de la inserción laboral de las jóvenes.
A principios de septiembre también se lanzó Reforzar la igualdad; Guía para el regreso de las niñas a la escuela; una iniciativa de Fonds Malala, Plan International, Unesco, Ungei y Unicef; para ayudar a los responsables de los Ministerios de Educación a abordar las dimensiones de género de los cierres de escuelas relacionados con la covid-19.
En ella hay información que enfatiza un enfoque basado en “reforzar la igualdad”; a través de medidas con perspectiva de género que transformen los sistemas educativos; den prioridad a la resiliencia, y aborden los principales obstáculos y limitaciones para la educación de las niñas; según explican los socios del Grupo de Referencia de Género de la Coalición Mundial para la Educación covid-19 de la Unesco.
Inseguridad alimentaria y malnutrición infantil
Ubah, de 33 años, posa con cuatro de sus seis hijos en el campo de refugiados de Puntland, Somalia. SAID M. ISSE SAVE THE CHILDREN
Casi 20 millones de personas más sufren hambre aguda en el mundo, según anunciaba la semana pasada la Red Mundial Contra las Crisis Alimentarias en la Asamblea anual de la ONU. Y los niños y jóvenes están siendo uno de los grupos más afectados. «La covid-19 es una palanca de empuje para la mortalidad infantil», sostiene David del Campo, director de acción humanitaria y cooperación internacional de Save The Children. La organización humanitaria ha advertido de que 67.000 niños y niñas corren el riesgo de morir de hambre en África subsahariana antes de que acabe el año por el grave impacto de la crisis de la covid-19. Estas cifras, que provienen de un nuevo análisis que la ONG ha realizado con datos publicados en The Lancet, revelan que aproximadamente 426 niños y niñas pueden fallecer cada día si no se toman medidas urgentes.
Save The Children recuerda que en el primer trimestre de 2020 diferentes estudios estimaron que la covid-19 aumentaría la pobreza en África subsahariana un 23% y alerta de que los informes más recientes ya señalan que para el 2030 puede haber 433 millones de personas sufriendo desnutrición en el continente. “La vida fue dura para mí y mi familia, pero trabajé duro y sobrevivimos. El coronavirus ha empeorado la situación porque hay poco trabajo y muy espaciado. Solo comíamos una vez al día, por la mañana. He visto a mis hijos irse a dormir con hambre. El peor sentimiento para una madre es ver que no puede alimentar a sus hijos”, explica Ubah, madre de seis hijos en Puntland (Somalia) a Save The Children, que le provee asistencia alimentaria.
Antes de la pandemia, África subsahariana era una de las regiones del mundo con mayor inseguridad alimentaria y se teme que, si continúan las tendencias actuales, sea el hogar de más de la mitad de las personas que padecen hambre crónica del mundo. “Cada día llegan más niños y niñas a nuestras clínicas con síntomas de desnutrición y esto es solo el principio. Si esperamos hasta que las clínicas estén llenas, será demasiado tarde. La crisis alimentaria podría matar a decenas de miles de niños y niñas si no reciben asistencia humanitaria de inmediato”, explica Ian Vale, director regional de Save The Children en África Oriental y Meridional.
Nueve de cada diez niñas en todo el mundo confiesan tener un nivel alto o medio de ansiedad como consecuencia de la pandemia
Otra de las consecuencias que afectan directamente a la infancia y que se ha agudizado por la pandemia es la malnutrición infantil. En Brasil, el tercer país con más contagiados del mundo, el 49% de los brasileños ha informado sobre cambios en los hábitos alimentarios, con un aumento considerable del consumo de comida basura, desde que empezó la pandemia. Entre las familias que viven con niños y adolescentes, el impacto fue aún más grande: un 58% dijo haber cambiado su dieta, según datos de la investigación realizada por Unicef titulada Impactos primarios y secundarios de la COVID-19 en niños, niñas y adolescentes.
«Nos enfrentamos a un preocupante escenario de malnutrición. Por un lado, hemos visto un incremento en el consumo de alimentos no saludables, lo que contribuye significativamente al aumento del sobrepeso y las enfermedades crónicas no transmisibles. Por el otro, vemos el aumento de la inseguridad alimentaria y nutricional que puede llevar a la desnutrición y a las deficiencias de micronutrientes. Esta situación afecta principalmente a las poblaciones más vulnerables y tiene efectos a largo plazo. Es esencial actuar inmediatamente para invertir este escenario», asegura Cristina Albuquerque, jefa de salud de Unicef en Brasil.
Ansiedad e incertidumbre ante el futuro
El maltrato infantil durante la cuarentena, la depresión, los abusos y el estrés por el encierro, además de la incertidumbre por el futuro, son algunas de las grandes preocupaciones en relación con los más pequeños. Nueve de cada diez niñas en todo el mundo confiesan tener un nivel alto o medio de ansiedad como consecuencia de la pandemia, según el nuevo estudio de la ONG Plan International, Vidas interrumpidas: el impacto de la COVID-19 en las niñas y las jóvenes. Los temores más frecuentes entre las encuestadas, que recoge experiencias de más de 7.000 adolescentes de entre 15 y 19 años de 14 países, son el bienestar de sus familias, que preocupa a un 40%, así como su propia salud, una cuestión que inquieta a un 33%.
La investigación, que se ha llevado a cabo en Estados Unidos, Brasil, Ecuador, Nicaragua, España, Francia, India, Australia, Vietnam, Zambia, Etiopía, Ghana, Egipto y Mozambique, refleja que existe una correlación entre el grado de ansiedad y su nivel socioeconómico: cuanto más bajo es, mayores son los niveles de estrés de las jóvenes. “Este estudio sirve como una llamada de atención para que los gobiernos incluyan un enfoque de género y edad en sus respuestas a la pandemia. Para las niñas y adolescentes, especialmente para las más vulnerables, esta crisis ha supuesto un aumento de la desigualdad y de los riesgos a los que se enfrentaban”, explica Concha López, directora general de Plan International.
El informe evidencia los desafíos y las preocupaciones que están teniendo las niñas y adolescentes debido a la pandemia en los distintos ámbitos de sus vidas, desde su educación hasta su capacidad para independizarse y socializar (*). Todas ellas, alarmas a tener en cuenta para el futuro de las nuevas generaciones.
De la mano de Unicef estamos ofreciendo en las últimas semanas varios vídeos documentales sobre el tema; La pandemia a través de los ojos de las niñas adolescentes, perder la escuela es perder la vida.
ACN/ElPáis/Belén Hernández
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Internacional
¿Quién será el próximo papa? Estos son los candidatos más fuertes (+ videos)

¿Quién será el próximo papa?. Francisco murió en la mañana de este lunes 21 de abril, dejando a muchos preguntándose quién será su sucesor en medio de la ola de conmoción mundial. Estos son algunos de los cardenales de los que se habla como «papabili» para suceder a Francisco.
Para esta gran decisión que se hace en un cónclave que debe iniciarse entre unos 15 a 20 días, luego de que se anuncia la sede vacante. Ya sea por renuncia o fallecimiento, como ocurrió tanto con su antecesor el alemán Joseph Aloisius Ratzinger , Venedicto XVI y Francisco.
El nuevo Papa será elegido por los máximos responsables de la Iglesia católica, conocidos como el Colegio Cardenalicio. Son todos hombres, nombrados directamente por el Papa y generalmente ordenados obispos. Actualmente hay 252 cardenales católicos, de los cuales 135 pueden votar por el nuevo Papa.
Al menos 120 cardenales que deben tener menos de 80 años en el momento de la muerte o renuncia del papa anterior. Hasta el 22 de enero, el mundo tiene 252 cardenales, de los cuales 139 cumplen con el requisito de edad. Pero son 120 los que eligen y no está claro cómo es su escogencia y se podría comenzar el conclave para mediados de mayo.
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¿Quién será el próximo papa?

Jean-Marc Aveline.
Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella, 66 años. Según la prensa francesa, en algunos círculos católicos franceses se le conoce como Juan XXIV. En un guiño a su parecido con el Papa Juan XXIII, el papa reformista de cara redonda de principios de los años 1960.
El papa Francisco bromeó una vez diciendo que su sucesor podría tomar el nombre de Juan XXIV.
Aveline conocido por su carácter tranquilo y amable, su disposición a hacer bromas y su proximidad ideológica a Francisco, especialmente en materia de inmigración y relaciones con el mundo musulmán. Es también un intelectual serio, doctor en teología y licenciado en filosofía.
Nació en Argelia en una familia de inmigrantes españoles que se mudaron a Francia después de la independencia argelina, y ha vivido la mayor parte de su vida en Marsella. Un puerto que ha sido una encrucijada de culturas y religiones durante siglos.
Bajo el liderazgo de Francisco, Aveline hizo grandes avances en su carrera, convirtiéndose en obispo en 2013, arzobispo en 2019 y cardenal tres años después. Su prestigio cobró impulso en septiembre de 2023 cuando organizó una conferencia internacional de la Iglesia sobre cuestiones mediterráneas, en la que el Papa Francisco fue el invitado estrella.
Si consiguiera el máximo cargo, Aveline se convertiría en el primer papa francés desde el siglo XIV. Un período turbulento en el que el papado se trasladó a Aviñón.
También sería el papa más joven desde Juan Pablo II. Entiende pero no habla italiano, lo que puede ser un gran inconveniente para un trabajo que también conlleva el título de obispo de Roma. Requiere mucha familiaridad con los juegos de poder e intrigas romanas.
Cardenal Peter Erdö

Peter Erdö,
¿Quién será el próximo papa?. Si Erdo, húngaro, de 72 años es elegido, inevitablemente será visto como un candidato comprometido. Alguien del campo conservador que, sin embargo, construye puentes con el mundo progresista de Francisco.
Erdö, considerado un candidato papal en el último cónclave de 2013 gracias a sus amplios contactos con la Iglesia en Europa y África. Así como era visto como un pionero de la campaña de Nueva Evangelización para reavivar la fe católica en las naciones avanzadas secularizadas, una prioridad máxima para muchos cardenales.
Se considera conservador en teología y en sus discursos por toda Europa subraya las raíces cristianas del continente. Sin embargo, también lo ven como pragmático y nunca chocó abiertamente con Francisco, a diferencia de otros clérigos de mentalidad tradicional.
Dicho esto, causó sorpresa en el Vaticano durante la crisis migratoria de 2015 cuando se opuso al llamado del papa Francisco a que las iglesias recibieran refugiados. Diciendo que esto equivaldría a trata de personas, aparentemente alineándose con el primer ministro nacionalista de Hungría, Viktor Orban.
Erdö, experto en derecho eclesiástico, ha tenido una carrera muy activa, llegando a ser obispo a los 40 años y cardenal en 2003, cuando tenía apenas 51 años. Lo que lo convirtió en el miembro más joven del Colegio Cardenalicio hasta 2010.
Tiene un excelente italiano y también habla alemán, francés, español y ruso. Lo que podría ayudarle a descongelar las relaciones entre las Iglesias católica y ortodoxa rusa después del profundo enfriamiento de la guerra en Ucrania.
Erdö no es un orador carismático, y si bien esto sin duda alguna, lo ven como un serio inconveniente- Podría potencialmente ser una ventaja esta vez si los cardenales quieren un papado tranquilo luego de los fuegos artificiales del gobierno de Francisco.
Lea: ¡Venezuela se une al duelo! El mundo llora muerte del papa Francisco (+ video)
Mario Grech

Mario Grech.
Grech (68 años) proviene de Gozo, una pequeña isla que forma parte de Malta, el país más pequeño de la Unión Europea. Desde sus pequeños comienzos ha ido pasando a grandes cosas, siendo nombrado por el papa Francisco secretario general del Sínodo de los Obispos, un puesto de peso dentro del Vaticano.
Considerado inicialmente como conservador, Grech se ha convertido desde hace años en un abanderado de las reformas de Francisco dentro de la Iglesia, adaptándose marcadamente a los nuevos tiempos.
En 2008, varios ciudadanos homosexuales malteses declararon que abandonaban la Iglesia en protesta por lo que consideraban una postura anti-LGBTIQ+ del entonces pontífice, el papa Benedicto.
En ese momento Grech les ofreció poca simpatía. Pero hablando en el Vaticano en 2014, pidió a la Iglesia que aceptara más a sus miembros LGBTIQ+ y fuera creativa a la hora de encontrar nuevas formas de abordar las situaciones familiares contemporáneas.
Al día siguiente, el papa Francisco le tocó el hombro durante el desayuno y lo felicitó por el discurso, marcándolo para un futuro ascenso.
En 2018, Grech habló sobre cómo relató los desafíos que enfrenta la Iglesia. «Estamos atravesando un período de cambio. Y para mí, esto es algo muy positivo». Declaró al periódico Malta Today. Advirtió que no seguiría siendo relevante para la sociedad moderna si no iba más allá de la nostalgia por el pasado.
Sus opiniones le han ganado algunos enemigos de alto perfil, y el cardenal conservador Gerhard Müller se volvió memorablemente contra él en 2022, menospreciando su perfil académico y acusándolo de ir en contra de la doctrina católica.
Los aliados de Grech insisten en que tiene amigos tanto en el bando conservador como en el moderado. Debido a su papel de alto perfil, es conocido por muchos cardenales, una clara ventaja en un cónclave donde tantos cardenales son relativamente desconocidos entre sí.
Además, procedente de un país pequeño, su elección como papa no le crearía ningún dolor de cabeza diplomático ni geopolítico.
Ha subrayado que siempre busca el consenso antes que la confrontación. Pero a veces ha suscitado controversia. En 2016, dirigió una peregrinación para orar por la lluvia después de reunirse con agricultores preocupados por la sequía. Un periódico local dijo que era «un retroceso a los intentos prehistóricos de inducir la lluvia», pero unos días después del evento, efectivamente comenzó a llover.
Cardenal Juan José Omella

Juan José Omella.
¿Quién será el próximo papa?. Omella (79 años) es un hombre conforme al corazón del papa Francisco. Discreto y afable, lleva una vida humilde a pesar de su alto título, y ha dedicado su carrera eclesiástica al cuidado pastoral, la promoción de la justicia social y a encarnar una visión compasiva e inclusiva del catolicismo.
«No debemos ver la realidad solo con los ojos de quienes más tienen, sino también con los ojos de los pobres». Declaró al sitio de noticias Crux en abril de 2022, en unas palabras que reflejan la visión del mundo de Francisco.
Nació en 1946 en el pueblo de Cretas, en el noreste de España. Tras ser ordenado sacerdote en 1970, sirvió en varias parroquias españolas. También pasó un año como misionero en Zaire, hoy República Democrática del Congo.
En señal de su compromiso con las causas sociales, entre 1999 y 2015 trabajó estrechamente con la organización benéfica española Manos Unidas, dedicada a combatir el hambre, las enfermedades y la pobreza en el mundo en desarrollo.
Nombrado obispo en 1996 y ascendido a arzobispo de Barcelona en 2015. Solo un año después, Francisco le impuso el birrete rojo cardenalicio, un gesto que fue visto como un claro respaldo a las tendencias progresistas de Omella, en contraste con los sectores más conservadores que antes dominaban la Iglesia en España.
Omella fue presidente de la Conferencia Episcopal Española. Le tocó enfrentar las consecuencias del informe de una comisión independiente que, en 2023, estimó que más de 200.000 menores podrían haber sido víctimas de abusos sexuales por parte del clero español a lo largo de varias décadas.
En varias ocasiones, Omella pidió perdón por la mala gestión de los casos de abusos. Aunque ha negado que haya habido tantas víctimas. Según una investigación interna de la Iglesia, desde la década de 1940 se habrían identificado solo 927 casos.
«Al final del día, las cifras no nos llevan a ninguna parte. Lo importante son las personas y reparar en la medida de lo posible», afirmó. «Echar la culpa no es el camino. El problema no es solo de la Iglesia, sino de toda la sociedad.»
En 2023, Francisco invitó a Omella a formar parte de su consejo informal de nueve cardenales, que lo asesoran en temas de gobierno.
Si el cónclave decide que la Iglesia necesita un nuevo rumbo, esa cercanía con Francisco podría jugar en contra de Omella.
Cardenal Pietro Parolin

Pietro Parolin,.
Favorito entre los apostadores, Parolin (70 años), de origen italiano es visto como un candidato de compromiso entre progresistas y conservadores. Diplomático de la Iglesia durante la mayor parte de su vida y se ha desempeñado como secretario de Estado del papa Francisco desde 2013, el año en que fue elegido.
El cargo es comparable al de un primer ministro, y a menudo se llama a los secretarios de Estado el “papa adjunto”. Ya que ocupan el segundo lugar en la jerarquía del Vaticano, justo después del pontífice.
Parolin fue anteriormente viceministro de Asuntos Exteriores bajo el papa Benedicto, quien en 2009 lo nombró embajador del Vaticano en Venezuela, donde defendió a la Iglesia frente a los intentos del entonces presidente Hugo Chávez de debilitarla.
También fue el principal artífice del acercamiento del Vaticano con China y Vietnam. Los conservadores lo han criticado por un acuerdo sobre el nombramiento de obispos en la China comunista. Él ha defendido dicho acuerdo, afirmando que, aunque no es perfecto, evitó un cisma y permitió cierto grado de comunicación con el gobierno de Beijing.
Parolin nunca fue un activista de primera línea ni ruidoso en las llamadas guerras culturales dentro de la Iglesia, centradas en temas como el aborto y los derechos de las personas LGBTIQ+, aunque en una ocasión condenó la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en muchos países como “una derrota para la humanidad”.
Ha defendido el poder del Vaticano sobre los líderes eclesiásticos locales, criticando los intentos en Alemania de permitir que los sacerdotes bendigan simbólicamente a parejas del mismo sexo. Señaló que las Iglesias locales no pueden tomar decisiones que terminen afectando a todos los católicos.
De habla suave y trato gentil, Parolin devolvería el papado a los italianos después de tres pontífices no italianos consecutivos: Juan Pablo II de Polonia, Benedicto de Alemania y Francisco de Argentina.
Ingresó al servicio diplomático del Vaticano apenas tres años después de su ordenación sacerdotal en 1980, por lo que su experiencia pastoral es limitada. No obstante, un punto a su favor es que habla varios idiomas.
Cardenal Luis Antonio Gokim Tagle

Luis Antonio Gokim Tagle.
¿Quién será el próximo papa?. A Tagle de 67 años, se le llama a menudo el «Francisco asiático» por su compromiso similar con la justicia social, y si fuera elegido, sería el primer pontífice procedente de Asia.
Sobre el papel, Tagle —quien generalmente prefiere que lo llamen por su apodo, “Chito”— parece cumplir con todos los requisitos para ser papa.
Cuenta con décadas de experiencia pastoral desde su ordenación sacerdotal en 1982. Luego adquirió experiencia administrativa, primero como obispo de Imus y después como arzobispo de Manila. El papa Benedicto lo creó cardenal en 2012.
En un movimiento interpretado por algunos como una estrategia de Francisco para darle experiencia en el Vaticano, en 2019 el papa lo trasladó desde Manila y lo nombró prefecto del brazo misionero de la Iglesia, conocido formalmente como el Dicasterio para la Evangelización.
Proviene de lo que algunos llaman “el pulmón católico de Asia”, ya que Filipinas cuenta con la mayor población católica de la región. Su madre era una filipina de origen chino. Habla con fluidez italiano e inglés.
Entre 2015 y 2022, fue el principal dirigente de Caritas Internationalis, una confederación de más de 160 organizaciones católicas de ayuda, servicios sociales y desarrollo en todo el mundo.
En 2022, el papa Francisco destituyó a toda la dirigencia de Caritas tras acusaciones de acoso y humillación hacia empleados, y nombró un comisario para dirigirla. Tagle, quien también lo relevaron de su cargo, había sido presidente nominal, pero no estaba implicado en las operaciones diarias, que estaban bajo la responsabilidad de un director general laico.
Al anunciar la drástica decisión del papa, Tagle dijo en una reunión de la confederación que los cambios representaban un momento para “enfrentar nuestros fracasos”. Aún está por verse cómo afectará esta situación las posibilidades de Tagle en el camino al papado.
Cardenal Joseph Tobin

Joseph Tobin
Es poco probable que los cardenales del mundo elijan al primer papa estadounidense de la historia, pero si estuvieran dispuestos a hacerlo, Joseph Tobin (72 años) arzobispo de Newark, Nueva Jersey parecería la posibilidad más probable.
Exlíder global de una importante orden religiosa católica —los Redentoristas—, este nativo de Detroit ha pasado tiempo en distintos países del mundo y habla con fluidez italiano, español, francés y portugués. También cuenta con experiencia en el servicio vaticano y ha ocupado altos cargos en la Iglesia de Estados Unidos.
Tobin fue número dos de un dicasterio vaticano entre 2009 y 2012, y luego fue nombrado arzobispo de Indianápolis, Indiana, por el papa Benedicto. Francisco lo promovió al cardenalato en 2016 y más tarde lo designó arzobispo de Newark.
En este último cargo, Tobin —un hombre corpulento conocido por su rutina de ejercicios con pesas— ha enfrentado uno de los escándalos católicos más notorios de los últimos años. En 2018, el entonces cardenal Theodore McCarrick, uno de los predecesores de Tobin en Newark, fue retirado del ministerio tras ser acusado de conducta sexual inapropiada con seminaristas.
McCarrick, quien niega haber cometido delito alguno, renunció al cardenalato y posteriormente fue hallado culpable por un tribunal vaticano y expulsado del sacerdocio.
Tobin recibió elogios por su manejo del escándalo, incluyendo su decisión de hacer públicos acuerdos confidenciales previamente firmados entre la arquidiócesis y las supuestas víctimas de McCarrick.
Es el mayor de trece hermanos y ha declarado que es un alcohólico en recuperación. Es conocido por su actitud de apertura hacia las personas LGBTIQ+, y escribió en 2017 que “en demasiadas partes de nuestra Iglesia, las personas LGBTIQ+ se han sentido no bienvenidas, excluidas e incluso avergonzadas”.
Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson

Peter Kodwo Appiah Turkson
Desde orígenes humildes en un pequeño pueblo africano, el cardenal Peter Turkson, ghanés, funcionario del Vaticano, 76 años, ha alcanzado grandes logros en la Iglesia, lo que lo convierte en un posible candidato a ser el primer papa del África subsahariana.
Combina una larga trayectoria pastoral atendiendo a congregaciones en Ghana con experiencia práctica al frente de varios departamentos del Vaticano, además de destacarse por sus sólidas habilidades comunicativas.
El hecho de provenir de una de las regiones más dinámicas para la Iglesia —que lucha contra las fuerzas del secularismo en su corazón europeo— también refuerza su perfil.
Cuarto hijo de una familia de 10 hermanos, Turkson nació en Wassaw Nsuta, en lo que entonces se llamaba la Costa de Oro del Imperio Británico. Su padre trabajaba en una mina cercana y también era carpintero, mientras que su madre vendía verduras en el mercado.
Estudió en seminarios de Ghana y Nueva York, luego ordenado sacerdote en 1975 y luego enseñó en su antiguo seminario ghanés, además de realizar estudios bíblicos avanzados en Roma.
El papa Juan Pablo II lo nombró arzobispo de Cape Coast en 1992 y, once años después, lo convirtió en el primer cardenal en la historia del estado de África Occidental.
Los ascensos continuaron bajo el sucesor de Juan Pablo II, Benedicto XVI, quien lo llevó al Vaticano en 2009 y lo nombró presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz —el organismo encargado de promover la justicia social, los derechos humanos y la paz mundial—.
En ese cargo, fue uno de los asesores más cercanos del papa en temas como el cambio climático, y atrajo mucha atención al participar en conferencias como el Foro Económico de Davos.
En 2016, Francisco fusionó el departamento de Turkson con otras tres oficinas, lo que algunos interpretaron como una lucha de poder entre él y otro cardenal.
Turkson renunció a ese cargo en 2021 y lo desiganaron para dirigir dos academias pontificias: la de Ciencias y la de Ciencias Sociales.
En 2023, declaró a la BBC que rezaba “en contra” de la posibilidad de ser elegido papa, aunque algunos de sus detractores señalaron que, dadas sus apariciones mediáticas, parecía estar haciendo campaña para el puesto.
Matteo Maria Zuppi

Matteo Maria Zuppi
¿Quién será el próximo papa?. Cuando Zuppi, arzobispo italiano de Bolonia, 69 años, promovido en 2015 y se convirtió en arzobispo de Bolonia. Los medios nacionales lo apodaron el “Bergoglio italiano”, debido a su afinidad con el papa Francisco, el pontífice argentino nacido Jorge Mario Bergoglio.
Zuppi podría convertirse en el primer papa italiano desde 1978. Al igual que Francisco cuando vivía en Buenos Aires, Zuppi es conocido como un “cura de calle”. Centrado en los migrantes y los pobres, y con poco interés por el boato y el protocolo. Se hace llamar “Padre Matteo” y, en Bolonia, a veces usa una bicicleta en lugar de un coche oficial.
En una ciudad que adora sus productos cárnicos, una vez causó revuelo cuando se sirvieron tortellini sin cerdo —como opción— durante la festividad del santo patrón de Bolonia. Zuppi calificó ese gesto, pensado para incluir a los musulmanes, como un acto normal de respeto y cortesía.
Si llegara a ser papa, probablemente despertaría recelos entre los sectores conservadores. También podría enfrentar objeciones por parte de las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia. Dado que la Iglesia católica italiana, que él lidera desde 2022, es considera lenta en investigar y afrontar este problema.
El cardenal italiano está estrechamente vinculado con la Comunidad de Sant’Egidio, un grupo católico global por la paz y la justicia con sede en el histórico barrio romano de Trastevere, donde Zuppi pasó la mayor parte de su vida como sacerdote.
Sant’Egidio, a veces llamada “la ONU de Trastevere”. Clave en la firma del acuerdo de paz de 1992 que puso fin a una guerra civil de 17 años en Mozambique, con Zuppi como uno de los mediadores.
Recientemente, ha asumido un papel diplomático más activo como enviado papal en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Centrando sus esfuerzos en la repatriación de niños que, según Ucrania, deportados a Rusia o a territorios ocupados por Rusia.
Zuppi es romano de nacimiento, con un acento regional bastante marcado y raíces profundamente católicas.
Su padre, Enrico, fue editor del suplemento dominical del periódico del Vaticano, ‘L’Osservatore Romano’. Mientras que el tío de su madre, Carlo Confalonieri, también fue cardenal.
Otros en la lista
Robert Sarah: Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Originario de Ourous, Guinea, tiene 79 años y una trayectoria internacional relevante.
Pierbattista Pizzaballa: Patriarca latino de Jerusalén.
Willem Eijk: Arzobispo Metropolitano de Utrecht, Países Bajos.
Fridolin Ambongo Besungu: Arzobispo de Kinshasa. Proveniente de la República democrática del Congo.
Anders Arborelius: Obispo de Estocolmo, Suecia.
Charles Bo: Arzobispo de Yangon, Myanmar.
A saber
- De los 135 cardenales que tienen derecho al voto, el 80 por ciento fueron nombrado por el papa Francisco.
- Venezuela no contará con votos para elegir al nuevo pontífice: Diego Padrón Sánchez, arzobispo emérito de Cumaná, quien tiene actualmente 85 años de edad, y a Baltazar Enrique Porras Cardozo, arzobispo emérito de Caracas, que cumplió 80 años en 2024.
ACN/MAS/AFP/Agencias
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