Opinión
¿Esto se entiende en Perú (y en Venezuela y…)?

¿Esto se entiende en Perú (y en México y en Venezuela y en Argentina y…)?: Por Eliezer Budasoff.–
Este artículo forma parte de Times Insider, una serie que retrata la vida de la redacción y la intimidad del trabajo periodístico detrás de los artículos, reportajes y columnas de opinión en The New York Times.
Desde que comenzó el proyecto de The New York Times en Español, en febrero de 2016, una de las preguntas más constantes que recibimos (dentro y fuera del Times) es cómo elegimos los artículos que traducimos. Se trata de una discusión que los editores del sitio en español mantenemos todos los días amablemente y que ha sido inseparable de otra discusión, a menudo más visceral y menos amable: ¿cómo los traducimos?
Desde Los Ángeles hasta Buenos Aires y desde las Islas Galápagos hasta Barcelona, el español que hablan nuestros lectores varía ampliamente. Solo en América Latina hay más de quince formas distintas de llamar a las palomitas de maíz (en mi ciudad natal es pororó), existen al menos trece formas de referirse a los sorbetes y hay diez maneras distintas de llamar a una vaquita de San Antonio (esos bichitos rojos con lunares negros a los que la superstición popular atribuye buena suerte), tantas como los nombres que se usan para los botines de fútbol. Un deporte que, de hecho, se escribe con acento o sin acento según el país en el que vivas, al igual que “cartel”, “panel” y “video”. La palabra coloquial que usan los venezolanos para decir que están furiosos es la misma que usan los peruanos o los colombianos para decir que están embargados por el deseo. Tenemos distintos nombres para las frutas, para los cortes de carne y para hablar de una ruptura amorosa. Y, por supuesto, todos los lectores están convencidos de que su forma de usar el idioma es la correcta.
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Los Cabos, un destino generoso y aventurero
Todos los editores que hacemos el Times en Español somos hispanohablantes nativos de México, Argentina y Venezuela, y varios hemos estudiado o trabajado en otros países como Perú, España, Paraguay y Estados Unidos.
The New York Times en Español publica entre cuarenta y cincuenta traducciones por semana, además de artículos de opinión y reportajes producidos originalmente en español. Incluso cuando seleccionar, traducir y editar artículos ocupa una gran parte de nuestro tiempo, el corazón de nuestra misión no es traducir textos a otro idioma, sino traducir una marca, una tradición periodística reconocida por su precisión, su imparcialidad y su calidad, a nuevos lectores.
Dar forma a la voz del Times en español implicó crear un nuevo estándar para el uso del idioma: desde el inicio nos dimos cuenta de que no podíamos traducir los textos a un español neutro —un español que no habla absolutamente nadie—, sino que debíamos encontrar maneras de reflejar la riqueza y la diversidad del idioma sin perder legibilidad. Nuestra tarea, tal como la vemos, es hacer entender a los lectores en castellano de distintas regiones que el periodismo del Times es para ellos y que les habla a ellos. Este principio atraviesa nuestro proceso de trabajo desde que elegimos los textos para traducir hasta que discutimos los titulares, y también es el origen de nuestros dilemas y aprendizajes.
Cuando no se trata de noticias de último momento, la mayoría de los artículos que decidimos publicar en español se envían a una agencia de traducción que trabaja con nosotros desde el inicio del proyecto y que ha adaptado su trabajo a nuestras decisiones de estilo. Una vez que el texto está traducido, la regla general es que pase por dos capas de edición (y, en una situación ideal, que los dos editores que trabajan un texto tengan una experiencia distinta del idioma).
Este proceso permite aprovechar nuestra propia diversidad para reducir los malentendidos. Lograr que ciertos usos o construcciones gramaticales que pueden ser naturales para un país o una región salten a la vista de un editor habituado a otros usos del español, y encontrar la solución intermedia más precisa y que mejor suene para todos. Una de las preguntas más repetidas que hacemos en la redacción, de hecho, es: “¿Esto se entiende en Perú (o en Argentina o en México o en Venezuela…)?”.
Muchas veces, resolver nuestras diferencias y dudas deriva en un proceso de investigación y consulta con libros especializados o instituciones rectoras del idioma como las academias de la lengua o Fundéu —dedicada a impulsar el buen uso del español en los medios— que lleva adelante Paulina Chavira, nuestra editora especialista en el uso y las reglas del español. Paulina es nuestra gurú del idioma y es también la responsable de actualizar nuestro manual de estilo, una tarea en elaboración y evolución permanente.
La autoridad y el entusiasmo de Paulina por el español exceden las fronteras de la redacción: su cuenta de Twitter es una fuente de consulta y asesoramiento para sus seguidores y, entre otras cosas, ha logrado que la Selección Mexicana de Fútbol corrigiera las camisetas de sus jugadores antes del Mundial de Rusia 2018 para incluir acentos en los apellidos, una omisión histórica que las hacía ortográficamente incorrectas.
En algunas ocasiones, este proceso nos ha llevado a crear reglas o incluso palabras para traducir de la mejor manera la mirada del Times. Como cuando decidimos usar “elle”, una adaptación al español de un pronombre sin marca de género (a diferencia de él/ella), para poder traducir adecuadamente este Lens sobre personas de género fluido o no binario; o cuando se decidió utilizar una regla flexible para acentuar palabras como fútbol o cártel —o no: futbol y cartel— para respetar el uso común en el país o la región a la que se refiere un artículo (lo que explica por qué los artículos sobre Pablo Escobar se refieren a su organización como “el Cartel de Medellín”, y aquellos sobre Joaquín “el Chapo” Guzmán hablan de “el Cártel de Sinaloa”).
Algunas de estas discusiones y sus soluciones, que surgen de nuestro propio trabajo o de consultas de los lectores, se han convertido de hecho en una sección de nuestro boletín (al que puedes suscribirte aquí) y en nuestra página web, donde compartimos con nuestros lectores algunas decisiones de estilo y Paulina ofrece actualizaciones que se hacen a las reglas ortográficas del español.
No existen algoritmos o diccionarios o herramientas de inteligencia artificial a prueba de errores que puedan resolver los esfuerzos de traducción que hacemos todos los días. Eso significa que dependemos de escucharnos entre nosotros y a nuestros lectores, de reconocer y valorar nuestros diferentes usos y experiencias y la pluralidad del idioma que compartimos.
El puente que hemos construido para llegar a nuestra audiencia (el puente que nosotros cruzamos cuando elegimos qué traducir y cómo hacerlo de la mejor manera), descansa en cuatro pilares básicos: no subestimamos los intereses ni la curiosidad de nuestros lectores; ofrecemos un periodismo global que ayude a entender las realidades locales; cuidamos de la riqueza del lenguaje y sus matices, y nunca dejamos de lado nuestra propia sensibilidad como lectores.
ACN/Álvaro Domínguez
Opinión
El legado Histórico de Asdrúbal González

Valiosa documentación histórica dejó para el estudio de nuestro pasado colonial y republicano el historiador Asdrúbal González, natural de Puerto Cabello, quien falleció el pasado 25 de Marzo del 2023 en su ciudad natal . Con afán de investigador, buscó en la historia los hechos resaltantes de personajes destacados por sus ejecutorias públicas, narrándolos con la claridad intelectual que lo caracterizaba, al igual que sucesos relevantes del acontecer nacional e internacional.
De las Obras Completas de AG, merecen destacarse, entre otras,
Yo, Antonio José de Sucre / Manuel Piar / Bolívar Viaja al Eje de la Esfera /
Obra Poética / Bartolomé Salom o la Virtud / Harem 92 / Por Quien doblan los Tambores / El Ultimo Bastión / Diez Voces y un Paisaje / Valencia es un Motivo /
De Héroes y de Hombres / De Historias e Historietas / Noticias de la Guerra Larga /
San Esteban Camino de la Cumbre / Valencia es un Motivo.
Son libros memorables para la mejor comprensión de nuestra historias patria, que Asdrúbal González investigó con el criterio intelectual de un científico, para saber y dar a conocer lo significativo de los hechos y personalidades que labraron una senda marcada para la posteridad.
Asdrúbal fue también Cronista de Puerto Cabello, cargo que desempeño con ahinco, puesto que su vocación era reseñar los hechos relevantes de su lar porteño y para ello acudía a cuanto acontecimiento ocurriese para relatarlo. Las bibliotecas eran su centro de estudio, al igual que la prensa, la acuciosa investigación, la conversación con las personas relacionadas con los hechos que a él le parecían de interés particular para los temas tratados, al mismo tiempo que el rigor histórico.
De singular importancia es el extenso volumen de “Noticias de la Guerra Larga”, bien llamada La Guerra Federal o de los Cinco Años (1858 – 1863) que protagonizó el caudillo liberal Ezequiel Zamora. Los hechos de armas más resaltantes en los que participó Zamora están relatados con precisión, destacando el sentido de igualitarismo que sembró Zamora en el pueblo venezolano.
El libro “San Esteban Camino de la Cumbre” es una síntesis de muchos temas dedicados a un ámbito geográfico donde la naturaleza tropical muestra su más bella expresión. El ex gobernador de Carabobo, Henrique Salas Romer, escribió en Septiembre del 2008 el texto introductorio a manera de Prólogo, en el cual resalta una serie de aspectos interesantes sobre las familias alemanas que fundaron sus hogares en San Esteban. En 1842 el pintor alemán Ferdinand Bellerman. Otro alemán, Karl Ferdinand Appun, naturalista y poeta. El pintor botánico y ornitólogo, Anton Goering.
Una de las figuras estelares de las historias de Asdrúbal González fue el afamado editor porteño José Antonio Segrestáa, quien contrajo matrimonio con una hija del general Bartolomé Salom, mudándose a San Esteban estimulado por el gran sanestebero , Miguel Alejando Romer, “confabulándose con éste para convertir aquel reducido poblado en una pequeña Atenas tropical”.
Asdrúbal González fue también Secretario de Cultura del Gobierno de Carabobo, en el año 1990, nombrado por el Gobernador Henrique Salas Romer, electo para la fecha por voluntad popular. Su labor en esa Secretaría fue muy bien recibida, puesto que rescató las tradiciones populares y los bailes carácterísticos del folklore carabobeño, haciendo de las calles de Puerto Cabello el escenario de, entre otros, el Baile de la Hamaca y de la animada música popular, cantada y bailada con el entusiasmo característico de nuestros artistas y animadores culturales.
Contribuyó asimismo Asdrúbal González con el Centro de Excursionistas de Valencia, presidido por su fundador y presidente, Don Oswaldo Feo Caballero, al igual que otro líder nativo del occidente de Carabobo, Don Torcuato Manzo Nuñez, a respaldar a Salas Romer en el rescate de San Esteban como Parque Nacional, lo que fue una realidad en Enero de 1987, creado por decreto por el Presidente Jaime Lusinchi el 19 de Enero de 1987.
El nombre del apreciado historiador quedó sellado en las páginas de sus libros, en las que los lectores podrán recorrer tantos hechos significativos para conocer el pasado, analizarlo y estudiarlo, con el rigor científico que lo caracterizó.
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