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La plaza salvador Montes de Oca en Guaparo fue profanada

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plaza salvador Montes de Oca
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Por: Cora Paez de Topel

Un lugar emblemático de la ciudad, como lo fue desde el día en que en el año 1977 el alcalde Paco Cabrera  inauguró la plaza, enmarcada en los 75 años de la Arquidiócesis de Valencia, con la estatua del ilustrísimo segundo Obispo de Valencia, Monseñor Salvador Montes de Oca, ejecutada por el escultor Antonio Rodriguez del Villar, a manera de honrar la memoria del Obispo mártir, quien está en vías de beatificación por su labor eclesiástica en defensa de la acción episcopal de la iglesia católica.  La plaza ocupa una hectárea de terreno donada por el empresario Rafael Yanez Gordil.

Su nombre ha sido profanado de una manera infame por el gobernador Rafael Lacava, al sustituir la toponimia del lugar  por la del vampiro Drácula, desplazando la estatua para colocarla lejos de su pedestal original, al lado de una placa publicitaria del régimen que él apoya.  A la entrada de la plaza, en las rejas que la cercan, el nombre de Drácula Kids se retrata cerca de la cara sonriente de Lacava y de la foto a color de  Nicolás Maduro, vestido de Superman, lo cual es una bofetada a la ciudadanía valenciana, que esperaba la recuperación de la plaza y la restauración de la estatua por  parte de la  municipalidad.  Ya no es aquella hermosa plaza sombreada por altos árboles, bajo los cuales los ambientalistas caminában para respirar aire puro y ejercitar el cuerpo, viendo el rostro de Monseñor Montes de Oca en la imponente estatua, al tiempo que elevában  una oración al Cielo por su pronta beatificación.

En el año 2022,  una  afrenta sufrimos los valencianos al ver en la entrada de  la plaza en la Avenida Bolívar Norte, el castillo de Drácula abrir las puertas a los visitante acompañados por niños que juegan montados en los aparatos al estilo de los de los parques de atracciones, en varios de los cuales hay que pagar.  Hay puestos de comida registrados bajo la marca comercial Drácula.  Franelas, vasos, gorras, con la figura del vampiro,  están a la venta.

En días pasados la periodista Carolina González, Jefe de Redacción del diario “El Carabobeño”,  cuya edición impresa dejó de publicarse por los altos precios del papel,  lo que dicho sea de paso  no dejamos de lamentar,  escribió el excelente texto   “Valencia Vs Drácula” o La Identidad Perdida de una Ciudad.  Drácula y  Superbigotes son los alter ego de Rafael Lacava y Nicolás Maduro, que intentan borrar los íconos del pasado  propios de la identidad del valenciano, para sustituirlos por los suyos propios de la supuesta revolución del s. XXI, que pretenden perpetuar bajo la sombra oscura del vampiro Drácula.

Con detenimiento he tenido ocasión de leer la biografía del Obispo Montes de Oca, en los cuatro libros que conservo escritos por relevantes historiadores:  Juan Correa,  tituló el redactado  por él:  “Inefable Monseñor”, texto que conmueve el alma por el profundo análisis de la vida del  venerable Prelado.  “Montes de Oca, el Obispo Mártir”, escrito por Ricardo Mandry,  Douglas Morales y Simón Salvatierra, quienes siguen las injusticias de que fue víctima el Sacerdote,  desde la férrea dictadura del general Juan Vicente Gómez, cuando lo desterró en 1929, al oficiar en la misa  del Jueves Santo a favor de los presos políticos que sufrían en las cárceles.    La breve biografía de Monseñor “Camino a los Altares”, escrita por Mons. Baltazar Porras Cardozo es un sentido homenaje a la figura cimera del episcopado patrio del s. XX.  Y el voluminoso texto “Acción Episcopal de Monseñor Salvador Montes de Oca”, escrito por el Presbítero Luis Manuel Díaz, quien es Individuo de Número de la Academia de Historia del estado Carabobo y Director del Archivo Eclesiástico Monseñor Gregorio Adam.  En su destierro ingresó a la Cartuja de Farneta, ofreciendo su vida por la santidad de los sacerdotes.  Murió fusilado por los miembros del ejército nazi el 6 de Septiembre de 1944 en Italia.

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Don Víctor Julio Coronel: La historia viva del municipio Bejuma

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Don Víctor Julio Coronel: Historia viva del municipio Bejuma- Agencia Carabobeña de Noticias - Agencia ACN - Opinión
Foto: Cortesía Luciano Rosso
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Don Víctor Julio Coronel Pinto representa la historia viva de municipio Bejuma y por eso ocupa el cargo de cronista de la población desde hace trece años. Gracias a su honestidad; sus principios y su forma de actuar, se ha ganado el respeto de todos los que le conocen.

Con sus 93 años a cuestas, lo encontramos sentado en la mecedora de su casa ubicada en sector Pueblo Nuevo, donde habita con una de sus hijas y su yerno. Víctor Julio nos indicó que nació un 13 de diciembre de 1930, siendo sus padres fueron Ramón Coronel Tortolero y Magdalena Pinto.  Fue el segundo de ese matrimonio, que también engendró a Teresa, Alí, Celina y Tulio, de los cuales sólo quedan, él y Tulio. De su nacimiento, su madre le contó que la partera llegó a las 4 de la madrugada con una lámpara de kerosene debido a la oscuridad y la neblina.

Su primaria la estudió en una escuela ubicada en la casa de la señora Bacalao, donde se sentaba  en una “silleta” hecha de cuero de chivo. Allí estuvo hasta que inauguraron la Escuela Don José Laurencio Silva, la cual estaba ubicada donde ahora es la zapatería de la familia Anka. Allí  estudió hasta cuarto grado que  era  lo que había para la época. “El que salía de la escuela,  o se ponía a trabajar o se iba a Valencia para continuar estudiando”, comentó.

Don Víctor Julio Coronel: La historia viva del municipio Bejuma

En su relato indica que trabajó en el campo con su padre, hasta que puso a laborar en una panadería llamada “La Reina”, de Don Pedro Tortolero. También trabajó en una bodega llamada “La Mano abierta” y en una ferretería que era de Rafael Flores y Francisco Tovar. “A los 19 años me casé con María Carlota Palencia y nos mudamos a Valencia donde trabajé en la Volkswagen; en ACO, en Agrícola Carabobo y en la Mueblería Cara, entre otras empresas.  “Hice un curso de ventas y me puse a trabajar con mi hermano Ramón vendiendo casas y terrenos. Además, tuvimos una venta de cosas usadas”.

Don Víctor Julio Coronel: Historia viva del municipio Bejuma- Agencia Carabobeña de Noticias - Agencia ACN - Opinión

A sus 93 años, aún recuerda la historia local.

Fruto de su matrimonio nacieron: Carlos Julio, Gloria, Marbella y Marlinda.

Cronista desde el 2011

De regreso a Bejuma, trabajó en la rama de bienes y raíces junto con su esposa y estuvo colaborando “ad honorem” en la Alcaldía de Bejuma en los asuntos de historia del municipio. En el año 2006 fallece la cronista Anaminta Ruíz y en el 2011, se llevó a cabo la elección de un nuevo cronista por parte del Concejo Municipal, siendo escogido Víctor Julio Coronel, cargo que hasta hoy ostenta.

En materia de religiosidad, nuestro personaje siempre ha sido devoto de San Rafael Arcángel y un gran colaborador con las labores de la iglesia católica. Relata que ayudó a los padres Ramírez, Belarra, Villanueva, Insiso, Alfredo Rodríguez; y a Monseñor Medardo Bacalao, a quien recuerda como un hombre trabajador y de una conducta intachable.

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Cura herido

A propósito de la iglesia, Víctor Julio, relató que en una oportunidad, el cura le pidió que tocara las campanas; pero cuando estaba en el campanario vio un pajarito montado cerca de un vitral que estaba colgado en el techo. “Yo siempre cargaba una china y me puse a lanzarle una piedra al pajarito con tan mala puntería que le pegué al vitral rompiéndolo en pedazos. Una parte de los vidrios le cayó al padre que estaba orando frente al altar y le hizo una herida en la oreja; afortunadamente leve. Al ver la caída del vitral, alguien grito ¡temblor! y todos salieron corriendo de la iglesia”.

Entierros sin bendición

De la historia de Bejuma, cuenta que la fecha de su fundación había 17 familias provenientes de  Aragón y de Sevilla (España). “En principio pertenecíamos a Nirgua y el lindero era el río de La Mona. Montalbán la fundan el 13 de enero de 1735 y Bejuma era una de sus comunidades. Para  todo debíamos a ir a Montalbán pasando el rio Bejuma y el rio Aguirre. Inclusive los  muertos los enterraban sin la bendición del cura, porque era muy difícil ir a buscarlo. Fue en el año de 1843 se  funda la población que en un principio se llamó Bejuma  de San Rafael”.

De esta manera, nos despedimos de este personaje que publicó el libro “Relatos de Bejuma” y un folleto titulado “Historia de san Rafael”. Como mensaje a los jóvenes, Víctor Julio los emplazó a que estudien y se preparen cada día más. “Que sean respetuosos, honrados y que tengan mucha fe en Dios”, concluyó.

Con información de ACN/HM

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