Migración Colombia anunció hoy 28 de enero, la habilitación del nuevo Permiso Especial de Permanencia (PEP); dirigido a los venezolanos que hayan ingresado al país antes del 29 de noviembre de 2019.
De acuerdo a una resolución oficial de Gobierno de Colombia, a partir del miércoles 29 de enero; el ciudadano venezolano que también haya sellado su pasaporte, tendrá la opción de solicitar este nuevo permiso a través de la página web de Migración Colombia.
Explicaron, que los venezolanos deben pedir el permiso de permanencia ofrecido por Colombia; en un lapso no mayor a cuatro meses siguientes de haber sido publicada la resolución.
La solicitud en ese tiempo, «permitirá su permanencia regular en Colombia, siempre y cuando no tenga antecedentes judiciales nacionales ni internacional, ni una medida de expulsión o deportación vigente según dicta el documento».
#Atención || @MigracionCol habilita Permiso Especial de Permanecía (PEP). Si eres venezolano, entraste a #Colombia antes del 29 de noviembre del 2019 y sellaste tu pasaporte, podrás solicitar este nuevo permiso a partir del 29 de enero. Aquí la resolución oficial ⬇️⬇️⬇️ pic.twitter.com/D1zwS0ojm1
— Embajada de Venezuela en Colombia (@EmbajadaVE_Col) January 28, 2020
Permiso de permanencia permite preservar el orden en Colombia
En este sentido, las autoridades de Migración Colombia, aseguraron que la emisión del nuevo de permanencia le permite a Colombia; «preservar el orden interno y social, evitar la explotación laboral, velar por el respeto de la dignidad humana de los venezolanos; quienes también trabajan, estudian y desarrollan cualquier tipo de actividad legal dentro del territorio nacional».
La resolución fue anunciada, debido a que según estadísticas del Migración Colombia; existen aproximadamente 1,6 millones de venezolanos que hacen vida en diferentes partes del país.
De hecho, la capital Bogotá es la ciudad con mayor número de extranjeros, que se calcula en unos 330.000 personas; luego Norte de Santander, Atlántico, Putumayo, Amazonas y Chocó.
Las últimas horas del papa Francisco. El sufrimiento, conmovedor, de la despedida del Sumo Pontífice quedará para siempre en las imágenes de la última bendición. La respiración forzada. El gesto arrancado de una debilidad evidente. La voz temblorosa. El largo baño de multitudes. ¿Pero, qué ocurrió después?
Fuentes vaticanas confirman que el papa se despertó a las seis y se encontraba razonablemente bien. A las 7 empezó a encontrarse mal. Media hora después, exactamente a las 7:35, se comunicó el fallecimiento. Ahora se confirma que fue un ictus producido en el marco de un grave problema cardiocirculatorio.
Su cuerpo ya estaba debilitado por las infecciones respiratorias que habían provocado su ingreso en el Policlínico Gemelli. Las tres convulsiones sufridas entonces habían puesto en duda la posibilidad de recuperación y en esos días circuló el rumor de que en cuanto su estado mejorara un poco el Papa Francisco sería trasladado de nuevo a la Casa Santa Marta para enfrentarse en el Vaticano con la posibilidad de que el desenlace de la enfermedad fuera fatal para el Papa de gran corazón.
Se le había prescrito una convalecencia con ventilación asistida, y los médicos habían aconsejado el aislamiento. Pero el Pontífice siempre dijo que no pasaría ese tiempo alejado de sus compromisos. Y así fue: se produjo la sorpresa de Bergoglio entre los fieles, el recibimiento que no se le negó al rey Carlos de Inglaterra y, ayer mismo, el domingo, el encuentro con el vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance. Y aún el último baño de multitudes: los saludos, las bendiciones, las miradas y las sonrisas a los niños.
Hay quienes el domingo notaron una mayor rigidez, respecto a los días anteriores, en el brazo. Hay quienes vieron detrás del Pontífice a una persona que lo masajeaba. Quienes notaron una respiración aún más dificultosa.
Pero aquello en lo que el Papa Francisco, en el día de Pascua, quiso que el mundo pusiera atención y lo recordara no es un parte médico de una persona frágil y enferma que no quiso ahorrarse esfuerzos, sino el llamamiento por la paz y la humanidad que lanzó al mundo.
Así lo recordó el cardenal vicario para la diócesis de Roma, Baldassare Reina, en el anuncio de la muerte: «Lloramos al testigo del Evangelio, al pastor misericordioso, al profeta de Paz«.
Se despidió de sus fieles
Ayer domingo, luego de reunirse James David Vance, vicepresidente de Estados Unidos, Jorge Mario Bergoglio fue trasladado a la Basílica de San Pedro, donde le esperaban los miles de romanos, peregrinos y turistas.
«Queridos hermanos y hermanas, ¡Feliz Pascua!», dijo ante el júbilo de los miles de presentes. Tras estas palabras, el Santo Padre dejó que el discurso lo leyera el maestro de ceremonias monseñor Diego Giovanni Ravelli.
Tras impartir la bendición Urbi et Orbi, el Papa dio una nueva sorpresa al subirse al papamóvil, algo que no hacía desde hace meses, para saludar a todos los fieles presentes en la Plaza de San Pedro y en el comienzo de la contigua Vía de la Conciliación. Como si de su despedida se tratara, saludó a todos los presentes.