Opinión
La proliferación de bodegones en Venezuela
Anunció de un Alcaraván XXI: Por Milagros Rodríguez.- ¡Cómo han proliferado bodegones en nuestra Venezuela!
Desde finales del año 2018 se comenzó a observar el auge de establecimientos de alimentos importados en nuestro país. Los mecanismos en los que son traídos los productos aquí en Venezuela incumplen las leyes aduanales y sanitarias
Me llama poderosamente la atención la proliferación que existe en nuestro país, y especialmente Barinas no escapa a esto, casi a diario veo aparecer bodegones en donde menos se lo imaginen. Entre investigaciones y curioseos pude averiguar lo siguiente…
“Nosotros traemos los productos con estas empresas puerta a puerta –dice el gerente de un bodegón con voz tranquila-, como hacen muchos venezolanos que compran en Estados Unidos y traen su mercancía de esta manera. Las cajas llegan y las dejan en la entrada del local”, apunta con su dedo la puerta de vidrio que separa el establecimiento con el resto del centro comercial.
Les puedo mencionar diferentes bodegones de Caracas, Valencia, Barquisimeto, y aquí en Barinas, uno de ellos, queda cerca de la clínica Varyná donde le dan la bienvenida a su clientela con pirámides de Nutella de distintos tamaños que decoran el estante principal de la tienda. Paquetes largos y naranjas con chocolates rellenos de crema de maní comparten espacio con los famosos dulces M&M, Milky Way y Twix. Entre largos anaqueles de metal, situados en los laterales del establecimiento, las distintas marcas de atún se mezclan entre el Nescafé clásico, los paquetes de café en granos de Starbucks, sopas instantáneas y sirop de maple. En cada una de las presentaciones de los productos, una pequeña etiqueta blanca con distintos números señala su valor, que puede variar entre 1 dólar los dulces más pequeños hasta 18 dólares una lata de leche de 2.2 kilogramos.
Estos denominados bodegones de productos importados no sólo han abierto sus puertas en los distintos establecimientos de Barinas, sino también en lujosos hoteles y en zonas comerciales y empresariales, así como en zonas menos lujosas de la ciudad.
Sin embargo, la forma en la que llega la sal rosada del Himalaya, los helados de Snickers, las Pringles y las cajtas de macarrones con queso al país, trasgrede la normativa aduanera. Estos productos que son considerados delicateses en Venezuela son traídos mediante métodos de importación que no son regulares.
Dichos alimentos e incluso productos de higiene y belleza evaden el cobro de impuestos y la presentación de la permisología obligatoria que cada producto debe tener para poder ser ingresado al territorio nacional.
¿Por qué han proliferado los bodegones?
Me trasladé por varios estados y realicé un recorrido por varios bodegones en diferentes zonas de ese estado, como así mismo lo hice aquí en Barinas. Durante la investigación conocí que todos estos establecimientos tienen pocos meses en funcionamiento. Algunos abrieron sus puertas a finales de 2018, otros entre febrero y marzo, y los más nuevos en mayo.
Consulté con unos economistas y me explicaron que la proliferación de los bodegones está asociada con el leve estancamiento del precio del dólar paralelo.
Varios economistas han coincidido en que la explicación de la proliferación de los bodegones en Venezuela está asociada con el leve estancamiento del precio del dólar paralelo. Los especialistas en economía indican que este fenómeno hace que de alguna forma el dólar sea barato, haciendo más beneficioso comprar productos fuera de Venezuela que comprar los productos en el país y se puede determinar cuáles son los precios y el estimado de ingresos es algo muy valioso en hiperinflación.
Por eso los venezolanos invierten entre 70% y 8’0% de sus ingresos en alimentos, porque en un proceso de hiperinflación se necesita vender más rápido para reponer el producto rápido y obtener liquidez de forma rápida.
Es bueno que se sepa, que los alimentos importados no solo se ven en bodegones, sino en abastos populares. No es un fenómeno exclusivo de los bodegones, ya que muchos locales son nichos que buscan sustituir o competir con el producto nacional, pero en cantidades relativamente bajas.
En la actualidad, Venezuela vive una crisis económica, social y política que trastoca el desarrollo social de la población. Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi 2018) el 51 % de los hogares viven en estado de pobreza y 80 % presentan inseguridad alimentaria, ya que el 90 % de la población no cuenta con los ingresos necesarios para la compra de alimentos.
Lo que, es decir, que nosotros los venezolanos, somos unos guerreros de la sobrevivencia. Las personas que vienen a los bodegones son de la clase media-alta y alta del país, un porcentaje de entre un 2 % y 5 % de la población.
Los bodegones son la manifestación de este proceso hiperinflacionario. Estos establecimientos son la manifestación de que el venezolano solo gasta en comida.
Desde el año 2013, se comenzó a observar el aumento del uso del Courier o sistema puerta a puerta en el país. Esto se debe a que la situación económica empezó a empeorar y el desabastecimiento de alimentos comenzó a agudizarse, muchos venezolanos en el exterior empezaron a utilizar este sistema para enviar alimentos a los familiares que aún se encuentran aquí.
Muchos de los productos que vienen a través del sistema puerta a puerta no están dentro de la lista y son denominados como delicateses, por lo que deberían hacer el pago de los impuestos. Hay evasión de impuesto en aduanas.
Los impuestos son para cubrir las necesidades de la sociedad en lo que respecta a salud, educación, seguridad y otros bienes y servicios. Al no cobrarlos por todas estas irregularidades que hay en la aduana, estos servicios desmejoran, ya que disminuye la capacidad para sostener los gastos públicos.
Algo que llama poderosamente la atención, es que en los bodegones se puede constatar que ninguno de los productos importados tiene el número de registro sanitario correspondiente que debe presentar cada envase o paquete, lo que se demuestra es que los productos no tienen permisología sanitaria, además de la evasión de impuesto…
ACN/MR
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Opinión
La corona de Adviento y la chocolatada de la Casa Páez.
Por: Juan Carlos León Berástegui
Llega diciembre y con él las tradiciones, durante la primera década del año 2000 me correspondió como directivo de la Sociedad Amigos de Valencia conformar el comité organizador de la celebración del adviento en la Casa Museo Páez que coordinaba su curador Luis Ovalle, y agrupaba al personal del museo, y representantes de las instituciones que hacían vida desde la histórica casona, el día como indica la costumbre católica es cuatro domingos antes del 24 de diciembre, recuerdo la corona ubicada en el área que comunica los corredores internos con el corredor del patio, la bendición correspondía al Párroco de Catedral tanto de la corona, como del nacimiento ubicado al lado derecho del corredor del patio, y luego de las oraciones, a degustar el chocolate caliente, los churros, arepitas dulces, los pedacitos de queso llanero, las tortas de pan, de chocolate en cuadritos y la torta de auyama cuya receta fue modificada por Ovalle y tenía un sabor característico de la chocolatada de la casa Páez. La música se alternaba un año con cantos de coral y otro año la parrandita y así sucesivamente, había un tema infaltable de la parrandita que dice así:. El agua viene de Dios y al hombre no le hace daño el agua viene del cielo y es para bien del humano“”. Así es la cultura de una ciudad, las tradiciones que se transmite de generación en generación, y la corona de adviento y la chocolatada en la casaPáez es parte de la tradición navideña en mi querida Valencia.
Juan Carlos León Berástegui
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