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La crisis de los servicios públicos

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Hacia el rescate - acn
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La crisis de los servicios públicos: Por Cora Páez de Topel.-  Los reclamos son por fallas eléctricas que se repiten a lo largo y ancho de los estados y municipios del país, la contaminación del agua potable y el deficiente suministro del vital líquido a través de las tuberías, falta de combustible para los vehículos, escasez de gas doméstico, el deterioro de los hospitales, la falta de medicinas, las deficiencias de los servicios públicos, particularmente los de salud, la poca disponibilidad de dinero en efectivo, la hiperinflación, el pésimo transporte público, la inseguridad, asuntos vitales que demandamos a diario en un país sumergido en una crisis gubernamental de gran magnitud, sin que el Estado asuma la irrresponsabilidad por haber llevado a la población a un punto de no retorno, de seguir con la política enmarcada en el denominado “Plan de la Patria”, o Socialismo Revolucionario del siglo XXI, sistema fracasado por su inoperatividad bajo el oscuro amparo de la corrupción, la ineficiencia y el descarado cinismo gubernamental, indiferente al malestar general de la ciudadanía sumida en la incertidumbre de hasta cuando tendrá que seguir soportando tanto malestar.

La emergencia eléctrica decretada por Chávez le costó al país miles de millones de dólares. Una cifra superior a la inversión total realizada durante los 40 años de la IV República que, de hecho, es la obra eléctrica que aún genera la mayor parte de energía que consume Venezuela. La corrupción creció en el actual gobierno con la adjudicación de contratos bajo la absoluta impunidad del sistema judicial venezolano, comenzando los ministros y altos funcionarios de Energía Eléctrica por abrir cuentas en paraísos fiscales, adjudicar contratos, dar comisiones, registro de compañías, transacciones económicas ilegales, venta de bonos, cobro de honorarios por asesoría, blanqueo de capitales y otros ilícitos ampliamente reseñados nacional e internacionalmente.

La CANTV presenta fallas en sus plataformas, dejando a miles de usuarios sin el servicio telefónico y, por ende, también sin Internet, lo que representa un serio problema para las comunicaciones en un mundo globalizado, en el que la información es de vital importancia, particularmente cuando decenas de medios impresos han tenido que cerrar por falta de papel y los canales de la televisión nacional fueron estatizados, aplicando la censura oficial al periodismo libre.

La Federación Médica reporta que los hospitales están funcionando con un mínimo porcentaje de los medicamentos, equipos e insumos requeridos. Las colas de las personas al frente de las paradas de autobuses dan pena ajena, por el cansancio de la población para ir o salir del trabajo y llegar a casa.

Igual de penosas son las colas al frente de las entidades bancarias para cobrar la pensión o retirar algo de efectivo.

El sistema hídrico es uno de los problemas ambientales más graves que tenemos que soportar os millones de habitantes que nos surtimos de los cuerpos de agua que abastecen las plantas de abastecimiento en los principales estados del país, fuertemente contaminadas por las aguas residuales no tratadas, dándose el caso que la misma fuente de donde se toma el agua para potabilizar es receptora de las aguas negras. La represa del Gurí, al igual que el Sistema Regional del Centro, presenta fallas por la falta de mantenimiento e inversión que están afectando por igual a todos los servicios públicos en Venezuela. No se trata de hacer oposición a ultranza, se trata más bien de tratar de reconstruir nuestro país tomando conciencia de los males que lo afectan, bien común por el que vale la pena luchar con pasión venezolanista.

Valencia, 02 de Noviembre del 2018.

No deje de leer: El rostro de la amargura

Opinión

Violencia neuronal

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Violencia Neuronal
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Por: Gabriel Capriles Fanianos.

Para Byung Chul Han el hombre actual deja de estar amenazado por un cuerpo externo y pasa a ser confrontado por una amenaza interna. Si antes el peligro provenía de afuera y era expulsado como un cuerpo extraño, hoy el peligro proviene de adentro, de un cuerpo que dejamos entrar y que nos resulta cada vez más familiar.

En los últimos años la persona ha sido víctima de una notable invasión de su intimidad. En redes sociales, por ejemplo, hemos visto muchas veces cómo la intimidad del usuario queda por fuera. La dinámica de su intimidad pasa poco a poco a no ser organizada por ella, sino por estímulos que configuran sus deseos. Esta falta de privacidad e intimidad nos hace pensar, en palabras de Romano Guardini, que la tecnología deja al hombre como un pez en un acuario. Cuando menos lo estamos pensando, cientos de interesados observan. Lo preocupante es por qué estos actores ya no se perciben como un cuerpo extraño, como una amenaza, sino como algo familiar que se deja entrar y obrar desde adentro.

Cuando el enemigo es visto como un cuerpo extraño se ejerce la defensa. Se observa como algo que hay que expulsar, como ocurre en el caso del virus. Su rechazo proviene -señala el filósofo coreano- de la negatividad. El hombre le dice que no, busca los medios para expulsarlo pronto. Sin embargo, cuando proviene de adentro, como algo familiar, no se le ve como algo extraño, sino que se le deja entrar, se le recibe sin extrañeza y hasta con gusto. Ya no se resguarda la propia intimidad, sino que se abre a un bombardeo (de inforrmación, videos, imágenes, música, etc) al que -parece- debemos estar expuestos. Esto hace que el problema ya no sea viral -ver cómo expulsamos el cuerpo extraño- sino neuronal -algo que configura nuestra propia mi interioridad-.

Esta violencia inmanente de la que nos habla Han, se caracteriza por la sobreabundancia de lo idéntico. La mayoría se expone a Instagram, a Tik Tok, a Whattsap y reciben los mismos cientos de estímulos. Entre uno y otro no hay mucha diferencia. Se utilizan los mismos filtros, los mismos emojis, la misma estructura, el mismo tiempo. Se recibe muy poco que sea original. Y lo idéntico permite generar sobreabundancia, mucha cantidad. Es decir, como no hay distinción entre el cúmulo de cosas que se recibe, todo viene a ser conveniente, todo viene a ser positivo. Ocurre una masificación de la positividad, generando una sobreestimulación que termina por enfermar.

Es por ello, señala Han en este primer capítulo de su libro La sociedad del cansancio que “el comienzo del siglo XXI, desde un punto de vista patológico, no sería ni bacterial ni viral, sino neuronal. Las enfermedades neuronales como la depresión, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno límite de la personalidad (TLP) o el síndrome de desgaste ocupacional (SDO) definen el panorama patológico de este siglo. Estas enfermedades no son infecciones, no son infartos ocasionados por la negatividad de lo otro inmunológico, sino por un exceso de positividad” (p. 13).

 X: @gabcapriles

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