Internacional
Duelo Trump-Harris daña la salud mental: estadounidenses tienen estrés electoral

Los estadounidenses tienen estrés electoral. Las elecciones de Estados Unidos del 5 de noviembre en las que se enfrentarán el expresidente Donald Trump (2017-2021) y la vicepresidenta, Kamala Harris, provocan una gran tensión en la mayoría de la sociedad de este país. Según señala un estudio publicado este martes 22 de octubre por la Asociación Estadounidense de Psicología.
Dentro de dos semanas, EE.UU. decidirá entre los modelos opuestos del candidato republicano Trump y la aspirante demócrata Harris, y las encuestas pronostican que quien consiga ocupar el Despacho Oval lo hará por un margen muy estrecho de votos.
Según el portal de encuestas FiveThirtyEight, Harris lidera los sondeos nacionales por casi dos puntos. Aunque en los últimos días está perdiendo ventaja. En cambio, en los de los siete estados clave para ganar estas elecciones, ambos candidatos están prácticamente empatados.
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Estadounidenses tienen estrés electoral
La incertidumbre de no saber quién liderará el país los próximos años está provocando estrés a un 69 % de los participantes de la encuesta ‘Stress in America’. Realizada por el centro de investigación The Harris Poll, tras entrevistar a más de 3.000 adultos mayores de 18 años entre el 1 y el 23 de agosto de este año.
El número crece unos dígitos cuando son preguntados por el futuro y la economía de la nación: el 77 % de los estadounidenses dice sufrir estrés en su día a día por la deriva que pueda tomar el país dependiendo de quién gobierne, y un 73 % por la economía.
La inteligencia artificial, como una herramienta para la desinformación y las noticias falsas, ha sido una de las protagonistas de estas elecciones. Tanto es así, que a un 82 % le preocupa que la gente pueda estar basando sus valores y opiniones en información falsa o inexacta.
Polarización y fractura social
Asimismo, la polarización y la fractura social que ha provocado la política en los últimos años han aumentado el número de ciudadanos que sufre estrés en casi 20 puntos desde 2016, antes lo sufría un 52 %, y eso les conduce a escenarios catastrofistas, aunque no irreales.
Siete de cada diez están preocupados por si las elecciones presidenciales pueden desarrollar una espiral de violencia en el país. Más de la mitad (56 %) cree que estos comicios podrían suponer el fin de la democracia en EE.UU.
Estos datos no sorprenden después de una campaña en la que Trump ha sufrido un intento de asesinato, sugirió ordenar la intervención de las Fuerzas Armadas para enfrentar a un supuesto «enemigo interno» el día de las elecciones y persiste la preocupación de que los republicanos pudieran rechazar los resultados en caso de derrota.
Usado como trampolín…
Según los encuestadores, precisamente este clima de polarización está ejerciendo como trampolín para el activismo y la movilización.
Más de tres cuartas partes de los adultos (77 %) afirmaron que tienen intención de votar en las elecciones presidenciales. Las comunidades que más se sienten interpeladas a participar en los comicios son los negros y los latinos, uno de los mercados de voto por el que más están peleando ambos candidatos.
ACN/MAS/EFE
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Internacional
Demócratas divididos sobre guerra Israel-Irán mientras Trump anuncia intervención

Tras casi dos años de profundas divisiones respecto a la guerra en Gaza y el apoyo a Israel, los demócratas se encuentran ahora divididos sobre la política estadounidense hacia Irán, y los progresistas exigían una oposición unificada antes de que el presidente Donald Trump anunciara que Estados Unidos atacó el programa nuclear de Teherán.
Los dirigentes del partido se mostraban más cautelosos en su actuar, precisó Associated Press en una nota.
Los dirigentes estadounidenses de todos los partidos han coincidido durante dos décadas en la postura de que no se puede permitir que los iraníes tengan un arma nuclear.
La República Islámica de Irán, enemiga de Estados Unidos desde hace mucho tiempo, ha apoyado a grupos que han matado a estadounidenses en Oriente Medio y amenaza con destruir a Israel.
Pero el anuncio de Trump del sábado de que Estados Unidos había atacado tres instalaciones nucleares podría convertirse en una nueva desavenencia del Partido Demócrata, de la misma forma que divide profundamente a la base aislacionista de Trump —los partidarios de «MAGA» («Devolvamos la grandeza a Estados Unidos»)— de los conservadores más radicales.
Si bien los progresistas habían expresado una clara oposición a una acción militar, la dirigencia del partido se inclinó por la vía más segura y había exigido la intervención del Congreso antes de que Trump usara la fuerza contra Irán.
Muchos demócratas prominentes con aspiraciones presidenciales para 2028 guardan silencio, hasta el momento, sobre la guerra entre Israel e Irán.
«Como que se están cuidando las espaldas», dijo Joel Rubin, exsubsecretario de Estado adjunto durante el gobierno del presidente demócrata Barack Obama y quien ahora trabaja como estratega de política exterior.
«Las bases más combativas del Partido Demócrata son tan hostiles a la guerra de Israel en Gaza que resulta muy difícil mostrarse como alguien que respaldaría una guerra no autorizada en apoyo a Israel sin enfrentar represalias».
Los demócratas progresistas usaron las ideas y palabras de Trump
El representante demócrata Ro Khanna había calificado la consideración de Trump de un ataque como «un momento decisivo para nuestro partido», y había presentado un proyecto legislativo junto con el representante republicano Thomas Massie que exigía al presidente republicano «poner fin» al uso de las fuerzas armadas estadounidenses contra Irán, a menos que fuera «explícitamente autorizado» por una declaración de guerra del Congreso.
Khanna utilizó los propios argumentos que vertió Trump durante su campaña sobre dar prioridad a los intereses estadounidenses cuando el congresista habló con Theo Von, un comediante que apoya al presidente y es popular en la «manosfera» —una red de sitios web, podcasts, foros, videos, blogs y comunidades en línea que promueven una masculinidad idealizada y se oponen al feminismo—.
«Eso le va a costar a este país mucho dinero que debería gastarse aquí en casa», expresó Khanna, quien se dice que se encuentra entre los muchos demócratas que tienen la mirada puesta en las primarias del partido de 2028.
Bernie Sanders, el senador independiente de Vermont que buscó dos veces la nominación presidencial demócrata, había señalado el objetivo declarado de Trump durante su discurso inaugural de ser conocido como «un pacificador y un unificador».
«Apoyar la guerra de Netanyahu contra Irán sería un error catastrófico», opinó Sanders en referencia al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Sanders volvió a presentar un proyecto de ley que prohíbe el uso de fondos federales para una guerra contra Irán, insistió en que una intervención militar estadounidense sería imprudente e ilegal, y ha acusado a Israel de atacar sin provocación.
Chuck Schumer, líder demócrata en el Senado, firmó una iniciativa legislativa similar presentada por Sanders en 2020, pero esta vez se ha abstenido de hacerlo hasta ahora.
Algunos creen que el partido debería adoptar una postura clara contra la guerra.
«Los líderes del Partido Demócrata deben intensificar su oposición a la guerra con Irán y exigir una votación en el Congreso», dijo Tommy Vietor, exasesor de Obama, en X.
Los demócratas tradicionales se muestran cautelosos, pero críticos
El firme apoyo del gobierno demócrata del presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris a la guerra de Israel contra Hamás pesó sobre la candidatura del partido a la Casa Blanca en 2024, incluso con las críticas a la gestión israelí de la crisis humanitaria en Gaza.
Trump aprovechó las divisiones para ganarse el apoyo de los votantes árabe-estadounidenses y de los judíos ortodoxos en su camino de regreso a la Casa Blanca.
Hoy, la guerra entre Israel e Irán es la última prueba para un partido que lucha por reconstruir su coalición antes de las elecciones intermedias del próximo año y del inminente inicio de la carrera presidencial de 2028.
El partido buscará cerrar la brecha entre una base activista escéptica ante las intervenciones extranjeras y ya crítica del apoyo estadounidense a Israel, y los demócratas e independientes más tradicionales que conforman un bloque considerable —aunque no siempre expresivo— de votantes.
En una declaración tras los primeros ataques israelíes, Schumer manifestó que Israel tiene derecho a defenderse y que «el compromiso de Estados Unidos con la seguridad y la defensa de Israel debe ser férreo mientras ellos se preparan para la respuesta de Irán».
La senadora demócrata Jacky Rosen también se mostró cautelosa al responder a la acción israelí y declaró que «Estados Unidos debe mantener su apoyo a Israel, como lo ha hecho durante décadas, en este momento peligroso».
Otros demócratas han condenado los ataques de Israel y acusado a Netanyahu de sabotear las negociaciones con Irán sobre su programa nuclear. También le recuerdan al público que, en 2018, Trump se retiró de un acuerdo nuclear negociado durante el gobierno de Obama que limitaba el enriquecimiento de uranio de Teherán a cambio del levantamiento de sanciones económicas.
«Trump creó el problema», dijo el senador demócrata Chris Murphy en X.
«La única razón por la que Irán estaba tan cerca de obtener un arma nuclear es porque Trump destruyó el acuerdo diplomático que impuso importantes restricciones verificables a su programa nuclear».
La resistencia de los progresistas
Una encuesta realizada en septiembre por el Pearson Institute for the Study and Resolution of Global Conflicts (Instituto Pearson para el Estudio y Resolución de Conflictos Globales) y The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research (The Associated Press-Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos), una organización apartidista de investigación, encontró que aproximadamente la mitad de los demócratas respondieron que Estados Unidos «apoyaba demasiado» a Israel y que aproximadamente 4 de cada 10 opinaron que su nivel de apoyo «era adecuado».
Los demócratas tendían más que los independientes y los republicanos a decir que el gobierno israelí tenía «mucha» responsabilidad en la continuación de la guerra entre Israel y Hamás.
Aproximadamente 6 de cada 10 demócratas y la mitad de los republicanos sentían que Irán era un adversario con el que Estados Unidos estaba en conflicto.
Yassamin Ansari, representante demócrata de Arizona, quien es iraní-estadounidense, expresó que los iraníes son víctimas involuntarias del conflicto porque no existen refugios ni infraestructura para proteger a los civiles de los misiles dirigidos, como los hay en Israel.
«El pueblo iraní no es el régimen y no debería ser castigado por sus acciones», publicó Ansari en X, al tiempo que criticó a Trump por fomentar el miedo entre la población iraní.
«El pueblo iraní merece la libertad del régimen bárbaro y los israelíes merecen seguridad».
Crédito Associated Press
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