Masacre en Politécnico Kerch en Crimea, Rusia; deja un saldo de unos 19 muertos y 70 heridos.
Este miércoles el Instituto Politécnico de Kerch en Crimea- Rusia; sufrió un atentado perpetrado por un joven que irrumpió la paz del recinto accionar una bomba en la cafetería; y disparando en contra de alumnos y maestros, dejando un saldo 19 muertos y 70 heridos.
Un profesor del Instituto Kerch indicó que “hubo una explosión; todos los cristales se rompieron y después unas personas armadas empezaron a correr; abrir puertas y a disparar a todos”.
Asimismo mencionó que luego de un estallido comenzaron los disparos; los cuales crearon pánico entre los estudiantes, trabajadores y maestros.
Condolencias de Putin
Vladímir Putin, mandatario ruso expresó sus condolencias para los familiares de las víctimas y los heridos de este acto de violencia.
Se presume que este hecho fue un asesinato en masa y no un atentado terrorista, señalando al estudiante Vladislav Roslyakov de 18 años como autor de la explosión, este joven estaba cursando su último año de estudio en este instituto y luego del ataque se quito la vida, según palabras ofrecidas por Serguei Aksionov, líder de la república de Crimea.
A Roslyakov se le encontró en la biblioteca muerto a causa de una herida de bala en el mentón, luego de los hechos, donde los funcionarios seguridad rusa lo identificaron.
Fuentes aseguran que Vladislav Roslyakov, días atrás compró 150 balas y obtuvo permiso para poder usar armas.
Un conocido del victimario comunicó a la RBC que “este odiaba al instituto y a sus malditos maestros”, además de añadir días antes que se vengaría de todos en Kerch.
Este hecho es muy similar al de Columbine High el 20 de abril del 1999 en Estados Unidos, el cual dejo un saldo de 13 personas fallecidas, en el cual así como este se colocaron bombas en el comedor.
Las últimas horas del papa Francisco. El sufrimiento, conmovedor, de la despedida del Sumo Pontífice quedará para siempre en las imágenes de la última bendición. La respiración forzada. El gesto arrancado de una debilidad evidente. La voz temblorosa. El largo baño de multitudes. ¿Pero, qué ocurrió después?
Fuentes vaticanas confirman que el papa se despertó a las seis y se encontraba razonablemente bien. A las 7 empezó a encontrarse mal. Media hora después, exactamente a las 7:35, se comunicó el fallecimiento. Ahora se confirma que fue un ictus producido en el marco de un grave problema cardiocirculatorio.
Su cuerpo ya estaba debilitado por las infecciones respiratorias que habían provocado su ingreso en el Policlínico Gemelli. Las tres convulsiones sufridas entonces habían puesto en duda la posibilidad de recuperación y en esos días circuló el rumor de que en cuanto su estado mejorara un poco el Papa Francisco sería trasladado de nuevo a la Casa Santa Marta para enfrentarse en el Vaticano con la posibilidad de que el desenlace de la enfermedad fuera fatal para el Papa de gran corazón.
Se le había prescrito una convalecencia con ventilación asistida, y los médicos habían aconsejado el aislamiento. Pero el Pontífice siempre dijo que no pasaría ese tiempo alejado de sus compromisos. Y así fue: se produjo la sorpresa de Bergoglio entre los fieles, el recibimiento que no se le negó al rey Carlos de Inglaterra y, ayer mismo, el domingo, el encuentro con el vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance. Y aún el último baño de multitudes: los saludos, las bendiciones, las miradas y las sonrisas a los niños.
Hay quienes el domingo notaron una mayor rigidez, respecto a los días anteriores, en el brazo. Hay quienes vieron detrás del Pontífice a una persona que lo masajeaba. Quienes notaron una respiración aún más dificultosa.
Pero aquello en lo que el Papa Francisco, en el día de Pascua, quiso que el mundo pusiera atención y lo recordara no es un parte médico de una persona frágil y enferma que no quiso ahorrarse esfuerzos, sino el llamamiento por la paz y la humanidad que lanzó al mundo.
Así lo recordó el cardenal vicario para la diócesis de Roma, Baldassare Reina, en el anuncio de la muerte: «Lloramos al testigo del Evangelio, al pastor misericordioso, al profeta de Paz«.
Se despidió de sus fieles
Ayer domingo, luego de reunirse James David Vance, vicepresidente de Estados Unidos, Jorge Mario Bergoglio fue trasladado a la Basílica de San Pedro, donde le esperaban los miles de romanos, peregrinos y turistas.
«Queridos hermanos y hermanas, ¡Feliz Pascua!», dijo ante el júbilo de los miles de presentes. Tras estas palabras, el Santo Padre dejó que el discurso lo leyera el maestro de ceremonias monseñor Diego Giovanni Ravelli.
Tras impartir la bendición Urbi et Orbi, el Papa dio una nueva sorpresa al subirse al papamóvil, algo que no hacía desde hace meses, para saludar a todos los fieles presentes en la Plaza de San Pedro y en el comienzo de la contigua Vía de la Conciliación. Como si de su despedida se tratara, saludó a todos los presentes.