Internacional
¡Segunda vuelta en Bolivia! Evo Morales no lo logró y se medirá a Carlos Mesa (+ vídeos)

Evo Morales ganó, pero no pudo alcanzar el porcentaje que exige la ley electoral en Bolivia, por lo que tendrá que ir a una segunda vuelta desde que es presidente (2006).
Cuando se frotaba las manos al dar como un hecho su cuarto período invicto, sin que nadie le opusiera resistencia, pues el exgobernante Carlos Mesa le roncó en una jornada, que aún falta por computar el sufragio indígena.
El Tribunal Supremo Electoral boliviano, tras el escrutinio de un poc más del 89 por ciento, la ventaja que sacó el favorito a repetir no le dio los números.
Morales tiene hasta ahora 45,28, mientras que Mesa acumula 38,17, aunque pasó el 40 por ciento, no fue así en ventaja que tiene que ser de 10%.
Ese 89,62% equivalen por lo menos unos 5 millones de sufragios (incluye votos del exterior) de un padrón elector de 7,3 millones.
Aunque aún falta el conteo de los votos indígenas, que podrían pasar días para tener el total global, es imposible que logró completar ese 10 por ciento.
La ley electoral boliviana da ganador a quien supere el 50 por ciento o alcance el 40 con diez puntos de ventaja sobre el segundo, pero si no se logran estos porcentajes, los dos más votados irían a segunda vuelta.
Evo Morales ganó, pero no le alcanzó
El actual presidente, que busca un cuarto período, dijo que se considera ya ganador y que solo espera por los votos indígenas para ratificarlo, su opositor celebró que irá ese segunda vuelta.
El mandatario boliviano es el candidato a la reelección por el gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS), que con este escrutinio perderá la mayoría en el Congreso, mientras que el expresidente Mesa encabeza la candidatura de la alianza opositora Comunidad Ciudadana (CC).
Otros «contrincantes»
El pastor presbiteriano de origen coreano Chi Hyun Chung, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), con el 8,77 por ciento, fue la sorpresa de estas elecciones, seguido del senador Óscar Ortiz, de la alianza Bolivia Dice No, con el 4,41.
Las otras cinco candidaturas opositoras quedan por debajo del 3 por ciento que establece la ley del país para que puedan mantener su personalidad jurídica.
Esta es la primera vez primera vez que el presidente boliviano Evo Morales no gana por mayoría desde que llegó al poder en Bolivia por primera vez en 2006.
TSE paró conteo de votos
Según los observadores de la OEA, que suma una delegación de 92 veedores, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) paró la transmisión de recuento de votos.
El mismo Carlos Mesa, lo denunció vía Twitter: «una vez más incumple sus compromisos» al referirse al máximo órgano electoral.
"Ganamos una vez más. 4 elecciones consecutivas", dice Evo Morales. Con el 89,34% de actas escrutadas, Morales tiene 45,28% y Carlos Mesa el 38,16 %. Para ganar en primera vuelta, se necesita un 40% del voto más una diferencia de 10 puntos porcentuales https://t.co/VXwBBHrIXJ pic.twitter.com/bxh0P1ETq6
— CNN en Español (@CNNEE) October 21, 2019
https://twitter.com/2001OnLine/status/1186107605053300737
#Urgente| No vamos a permitir que se manipule un resultado que obviamente nos lleva a segunda vuelta. pic.twitter.com/mAWa4JlTud
— Carlos D. Mesa Gisbert (@carlosdmesag) October 21, 2019
ACN/MAS/Agencias
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Internacional
Demócratas divididos sobre guerra Israel-Irán mientras Trump anuncia intervención

Tras casi dos años de profundas divisiones respecto a la guerra en Gaza y el apoyo a Israel, los demócratas se encuentran ahora divididos sobre la política estadounidense hacia Irán, y los progresistas exigían una oposición unificada antes de que el presidente Donald Trump anunciara que Estados Unidos atacó el programa nuclear de Teherán.
Los dirigentes del partido se mostraban más cautelosos en su actuar, precisó Associated Press en una nota.
Los dirigentes estadounidenses de todos los partidos han coincidido durante dos décadas en la postura de que no se puede permitir que los iraníes tengan un arma nuclear.
La República Islámica de Irán, enemiga de Estados Unidos desde hace mucho tiempo, ha apoyado a grupos que han matado a estadounidenses en Oriente Medio y amenaza con destruir a Israel.
Pero el anuncio de Trump del sábado de que Estados Unidos había atacado tres instalaciones nucleares podría convertirse en una nueva desavenencia del Partido Demócrata, de la misma forma que divide profundamente a la base aislacionista de Trump —los partidarios de «MAGA» («Devolvamos la grandeza a Estados Unidos»)— de los conservadores más radicales.
Si bien los progresistas habían expresado una clara oposición a una acción militar, la dirigencia del partido se inclinó por la vía más segura y había exigido la intervención del Congreso antes de que Trump usara la fuerza contra Irán.
Muchos demócratas prominentes con aspiraciones presidenciales para 2028 guardan silencio, hasta el momento, sobre la guerra entre Israel e Irán.
«Como que se están cuidando las espaldas», dijo Joel Rubin, exsubsecretario de Estado adjunto durante el gobierno del presidente demócrata Barack Obama y quien ahora trabaja como estratega de política exterior.
«Las bases más combativas del Partido Demócrata son tan hostiles a la guerra de Israel en Gaza que resulta muy difícil mostrarse como alguien que respaldaría una guerra no autorizada en apoyo a Israel sin enfrentar represalias».
Los demócratas progresistas usaron las ideas y palabras de Trump
El representante demócrata Ro Khanna había calificado la consideración de Trump de un ataque como «un momento decisivo para nuestro partido», y había presentado un proyecto legislativo junto con el representante republicano Thomas Massie que exigía al presidente republicano «poner fin» al uso de las fuerzas armadas estadounidenses contra Irán, a menos que fuera «explícitamente autorizado» por una declaración de guerra del Congreso.
Khanna utilizó los propios argumentos que vertió Trump durante su campaña sobre dar prioridad a los intereses estadounidenses cuando el congresista habló con Theo Von, un comediante que apoya al presidente y es popular en la «manosfera» —una red de sitios web, podcasts, foros, videos, blogs y comunidades en línea que promueven una masculinidad idealizada y se oponen al feminismo—.
«Eso le va a costar a este país mucho dinero que debería gastarse aquí en casa», expresó Khanna, quien se dice que se encuentra entre los muchos demócratas que tienen la mirada puesta en las primarias del partido de 2028.
Bernie Sanders, el senador independiente de Vermont que buscó dos veces la nominación presidencial demócrata, había señalado el objetivo declarado de Trump durante su discurso inaugural de ser conocido como «un pacificador y un unificador».
«Apoyar la guerra de Netanyahu contra Irán sería un error catastrófico», opinó Sanders en referencia al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Sanders volvió a presentar un proyecto de ley que prohíbe el uso de fondos federales para una guerra contra Irán, insistió en que una intervención militar estadounidense sería imprudente e ilegal, y ha acusado a Israel de atacar sin provocación.
Chuck Schumer, líder demócrata en el Senado, firmó una iniciativa legislativa similar presentada por Sanders en 2020, pero esta vez se ha abstenido de hacerlo hasta ahora.
Algunos creen que el partido debería adoptar una postura clara contra la guerra.
«Los líderes del Partido Demócrata deben intensificar su oposición a la guerra con Irán y exigir una votación en el Congreso», dijo Tommy Vietor, exasesor de Obama, en X.
Los demócratas tradicionales se muestran cautelosos, pero críticos
El firme apoyo del gobierno demócrata del presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris a la guerra de Israel contra Hamás pesó sobre la candidatura del partido a la Casa Blanca en 2024, incluso con las críticas a la gestión israelí de la crisis humanitaria en Gaza.
Trump aprovechó las divisiones para ganarse el apoyo de los votantes árabe-estadounidenses y de los judíos ortodoxos en su camino de regreso a la Casa Blanca.
Hoy, la guerra entre Israel e Irán es la última prueba para un partido que lucha por reconstruir su coalición antes de las elecciones intermedias del próximo año y del inminente inicio de la carrera presidencial de 2028.
El partido buscará cerrar la brecha entre una base activista escéptica ante las intervenciones extranjeras y ya crítica del apoyo estadounidense a Israel, y los demócratas e independientes más tradicionales que conforman un bloque considerable —aunque no siempre expresivo— de votantes.
En una declaración tras los primeros ataques israelíes, Schumer manifestó que Israel tiene derecho a defenderse y que «el compromiso de Estados Unidos con la seguridad y la defensa de Israel debe ser férreo mientras ellos se preparan para la respuesta de Irán».
La senadora demócrata Jacky Rosen también se mostró cautelosa al responder a la acción israelí y declaró que «Estados Unidos debe mantener su apoyo a Israel, como lo ha hecho durante décadas, en este momento peligroso».
Otros demócratas han condenado los ataques de Israel y acusado a Netanyahu de sabotear las negociaciones con Irán sobre su programa nuclear. También le recuerdan al público que, en 2018, Trump se retiró de un acuerdo nuclear negociado durante el gobierno de Obama que limitaba el enriquecimiento de uranio de Teherán a cambio del levantamiento de sanciones económicas.
«Trump creó el problema», dijo el senador demócrata Chris Murphy en X.
«La única razón por la que Irán estaba tan cerca de obtener un arma nuclear es porque Trump destruyó el acuerdo diplomático que impuso importantes restricciones verificables a su programa nuclear».
La resistencia de los progresistas
Una encuesta realizada en septiembre por el Pearson Institute for the Study and Resolution of Global Conflicts (Instituto Pearson para el Estudio y Resolución de Conflictos Globales) y The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research (The Associated Press-Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos), una organización apartidista de investigación, encontró que aproximadamente la mitad de los demócratas respondieron que Estados Unidos «apoyaba demasiado» a Israel y que aproximadamente 4 de cada 10 opinaron que su nivel de apoyo «era adecuado».
Los demócratas tendían más que los independientes y los republicanos a decir que el gobierno israelí tenía «mucha» responsabilidad en la continuación de la guerra entre Israel y Hamás.
Aproximadamente 6 de cada 10 demócratas y la mitad de los republicanos sentían que Irán era un adversario con el que Estados Unidos estaba en conflicto.
Yassamin Ansari, representante demócrata de Arizona, quien es iraní-estadounidense, expresó que los iraníes son víctimas involuntarias del conflicto porque no existen refugios ni infraestructura para proteger a los civiles de los misiles dirigidos, como los hay en Israel.
«El pueblo iraní no es el régimen y no debería ser castigado por sus acciones», publicó Ansari en X, al tiempo que criticó a Trump por fomentar el miedo entre la población iraní.
«El pueblo iraní merece la libertad del régimen bárbaro y los israelíes merecen seguridad».
Crédito Associated Press
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