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Lula y Bolsonaro cierran sus campañas en estados decisivos para los comicios

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Lula y Bolsonaro cierran sus campañas - noticiacn
Luiz Inácio Lula da Silva (I) y Jair Bolsonaro. en su último cara a cara. (Foto: EFE).
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Lula y Bolsonaro cierran sus campañas en estados decisivos para los comicios. El exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva y el presidente Jair Bolsonaro cierran este sábado 29 de octubre sus campañas en los mayores colegios electorales de Brasil; que serán decisivos para la ajustada segunda vuelta de las presidenciales de mañana domingo.

Lula, favorito en todos los sondeos, participará en una marcha en la icónica Avenida Paulista de la ciudad de Sao Paulo para «celebrar la democracia»; en compañía de sus principales aliados, entre ellos su compañero de fórmula, el liberal Geraldo Alckmin.

La asesoría del exjefe de Estado (2003-2010) señaló que será «un desfile», al que han invitado a los entregadores de aplicaciones móviles y que estará dividido por colores; cada uno de los cuales hará referencia a un «desafío» de Brasil.

El expresidente, abanderado de un amplio frente progresista al que se han sumado fuerzas de centro y centroderecha, pasará la noche en la región para votar al día siguiente en Sao Bernardo do Campo, su cuna política; situada en la zona metropolitana de Sao Paulo.

El estado de Sao Paulo es el mayor colegio electoral del país, con 34,6 millones de electorales; que también tendrán que elegir el domingo a su nuevo gobernador, entre Fernando Haddad y Tarcísio Gomes de Freitas, apadrinados de Lula y Bolsonaro, respectivamente.

Lula y Bolsonaro cierran sus campañas

Por su parte, Bolsonaro pondrá el broche a esta dura y larga campaña electoral en Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais; que es el segundo mayor colegio electoral del país (16,2 millones).

El líder ultraderechista intentará arañar los últimos votos en un estado en el que Lula ganó en la primera vuelta; según las encuestas, volverá a hacerlo en la segunda.

Por el contrario, el actual gobernante fue el más votado en los estados de Sao Paulo y Río de Janeiro (12,8 millones de electores); donde, al igual que Lula, también volcó buena parte de sus esfuerzos desde la primera vuelta de los comicios del 2 de octubre.

El capitán retirado del Ejército volará posteriormente a la ciudad de Río de Janeiro, su fortín político; donde votará el domingo.

Escarbaron el pasado en su último debate

El presidente Jair Bolsonaro y el exgobernante Luiz Inácio Lula da Silva escarbaron en el pasado ayer viernes 28 de octubre para desgastar a su respectivo contrincante en el último debate; de cara a las elecciones de Brasil del próximo domingo.

El debate tuvo un tono áspero, duro y se centró más en los ataques cruzados por los supuestos fallos de los respectivos Gobiernos; que encabezaron ambos candidatos, que en propuestas a futuro.

La tensión en el ambiente de los estudios de la televisión Globo, la de mayor audiencia en el país, se sintió desde los primeros minutos; cuando Bolsonaro invitó a Lula a quedarse a su lado durante una réplica y el exmandatario, con un gesto de desaire, dijo que no quería estar cerca de él.

El combate dialéctico mostró a dos candidatos más preparados que en debates anteriores; que acudieron al plató después de haber limado los errores del último cara a cara entre ambos y este viernes dieron respuestas mucho más calculadas a los temas más espinosos.

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Acusaciones de Bolsonaro

La estrategia de Bolsonaro se basó en acusar repetidamente a Lula de mentir durante la campaña electoral; también, en reprocharle los escándalos de corrupción que empañaron su Gobierno (2003-2010) y el de su correligionaria Dilma Rousseff.

Para responder a las provocaciones de Bolsonaro, Lula se dirigió tres veces al espectador para «pedir disculpas» por la falta de propuestas en un debate donde la palabra «mentira» fue protagonista; incluso se habló de Viagra.

Ello, después de que Lula cuestionó la compra en grandes cantidades del medicamento usado para tratar la disfunción eréctil por parte de las Fuerzas Armadas brasileñas; durante el Gobierno del líder ultraderechista.

Hambre y pandemia

Lula echó en cara a su rival principalmente el empobrecimiento de la población en los últimos cuatro años y la cuestionada gestión de la pandemia por parte de Bolsonaro; que llevó a Brasil a sufrir 690.000 muertos por la covid-19.

«Algún día usted tendrá que pagar por las cerca de 300.000 personas que murieron por el atraso en el proceso de inmunización contra la covid-19 en Brasil»; achacó Lula a Bolsonaro, recordando que atrasó la decisión de compra de vacunas y se resistió a reconocer la gravedad de la enfermedad.

Tirando de ironía, Bolsonaro le espetó que si consiguió vacunarse fue porque él compró vacunas; diciéndole que debería agradecerle por ello.

La política de armas

El momento más caldeado del debate, probablemente, giró en torno a la detención el pasado domingo del exdiputado Roberto Jefferson; un aliado de Bolsonaro que lazó granadas y disparó decenas de tiros de fusil contra los policías que trataban de arrestarlo.

Lula aprovechó ese tema para cuestionar la política de liberación de ventas de armas que promueve el líder de la ultraderecha; asegurando que «quien se beneficia de esa política es el crimen organizado».

Bolsonaro usó el tema de la seguridad para sugerir que Lula visitó una favela de Río de Janeiro para hacer un mitin «con el permiso del narcotráfico»; una idea que el equipo del actual jefe de Estado ha repetido incontables veces durante la campaña.

Lula recogió el guante y lució de ser «el único jefe de Estado con moral de entrar en una favela»; para encontrarse con la «gente extraordinaria» que vive en las zonas pobres.

Lula y Bolsonaro cierran sus campañas - noticiacn

La reconstrucción del país contra valores tradicionales

En su minuto final, Lula pidió el voto para «restablecer la armonía» en el país; asegurando que Brasil «probablemente» vivió su mejor momento durante su gestión.

«No había odio. La cultura funcionaba, la educación funcionaba, el salario aumentaba…. podemos reconstruir este país»; dijo Lula.

Bolsonaro aprovechó su alegato final para defender los valores más conservadores, afirmando que sus adversarios defienden la liberación de las drogas y la legalización del aborto; algo que el propio Lula negó durante el debate.

El mandatario concluyó repitiendo su lema de campaña «Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos».

A saber

  • Lula ganó esa primera ronda electoral con un 48,4 % de los votos; frente al 43,2 % que obtuvo Bolsonaro, que parte con una ventaja de entre cinco y siete puntos para el balotaje, según las encuestas.
  • Los sondeos de intención de voto señalan que esa diferencia se mantiene sin cambios, con entre cuatro y siete puntos de diferencia sobre el actual mandatario.
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ACN/MAS/EFE

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Demócratas divididos sobre guerra Israel-Irán mientras Trump anuncia intervención

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Demócratas Israel-Irán
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Tras casi dos años de profundas divisiones respecto a la guerra en Gaza y el apoyo a Israel, los demócratas se encuentran ahora divididos sobre la política estadounidense hacia Irán, y los progresistas exigían una oposición unificada antes de que el presidente Donald Trump anunciara que Estados Unidos atacó el programa nuclear de Teherán.

Los dirigentes del partido se mostraban más cautelosos en su actuar, precisó Associated Press en una nota.

Los dirigentes estadounidenses de todos los partidos han coincidido durante dos décadas en la postura de que no se puede permitir que los iraníes tengan un arma nuclear.

La República Islámica de Irán, enemiga de Estados Unidos desde hace mucho tiempo, ha apoyado a grupos que han matado a estadounidenses en Oriente Medio y amenaza con destruir a Israel.

Pero el anuncio de Trump del sábado de que Estados Unidos había atacado tres instalaciones nucleares podría convertirse en una nueva desavenencia del Partido Demócrata, de la misma forma que divide profundamente a la base aislacionista de Trump —los partidarios de «MAGA» («Devolvamos la grandeza a Estados Unidos»)— de los conservadores más radicales.

Si bien los progresistas habían expresado una clara oposición a una acción militar, la dirigencia del partido se inclinó por la vía más segura y había exigido la intervención del Congreso antes de que Trump usara la fuerza contra Irán.

Muchos demócratas prominentes con aspiraciones presidenciales para 2028 guardan silencio, hasta el momento, sobre la guerra entre Israel e Irán.

«Como que se están cuidando las espaldas», dijo Joel Rubin, exsubsecretario de Estado adjunto durante el gobierno del presidente demócrata Barack Obama y quien ahora trabaja como estratega de política exterior.

«Las bases más combativas del Partido Demócrata son tan hostiles a la guerra de Israel en Gaza que resulta muy difícil mostrarse como alguien que respaldaría una guerra no autorizada en apoyo a Israel sin enfrentar represalias».

Los demócratas progresistas usaron las ideas y palabras de Trump

El representante demócrata Ro Khanna había calificado la consideración de Trump de un ataque como «un momento decisivo para nuestro partido», y había presentado un proyecto legislativo junto con el representante republicano Thomas Massie que exigía al presidente republicano «poner fin» al uso de las fuerzas armadas estadounidenses contra Irán, a menos que fuera «explícitamente autorizado» por una declaración de guerra del Congreso.

Khanna utilizó los propios argumentos que vertió Trump durante su campaña sobre dar prioridad a los intereses estadounidenses cuando el congresista habló con Theo Von, un comediante que apoya al presidente y es popular en la «manosfera» —una red de sitios web, podcasts, foros, videos, blogs y comunidades en línea que promueven una masculinidad idealizada y se oponen al feminismo—.

«Eso le va a costar a este país mucho dinero que debería gastarse aquí en casa», expresó Khanna, quien se dice que se encuentra entre los muchos demócratas que tienen la mirada puesta en las primarias del partido de 2028.

Bernie Sanders, el senador independiente de Vermont que buscó dos veces la nominación presidencial demócrata, había señalado el objetivo declarado de Trump durante su discurso inaugural de ser conocido como «un pacificador y un unificador».
«Apoyar la guerra de Netanyahu contra Irán sería un error catastrófico», opinó Sanders en referencia al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Sanders volvió a presentar un proyecto de ley que prohíbe el uso de fondos federales para una guerra contra Irán, insistió en que una intervención militar estadounidense sería imprudente e ilegal, y ha acusado a Israel de atacar sin provocación.

Chuck Schumer, líder demócrata en el Senado, firmó una iniciativa legislativa similar presentada por Sanders en 2020, pero esta vez se ha abstenido de hacerlo hasta ahora.

Algunos creen que el partido debería adoptar una postura clara contra la guerra.

«Los líderes del Partido Demócrata deben intensificar su oposición a la guerra con Irán y exigir una votación en el Congreso», dijo Tommy Vietor, exasesor de Obama, en X.

Los demócratas tradicionales se muestran cautelosos, pero críticos

El firme apoyo del gobierno demócrata del presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris a la guerra de Israel contra Hamás pesó sobre la candidatura del partido a la Casa Blanca en 2024, incluso con las críticas a la gestión israelí de la crisis humanitaria en Gaza.

Trump aprovechó las divisiones para ganarse el apoyo de los votantes árabe-estadounidenses y de los judíos ortodoxos en su camino de regreso a la Casa Blanca.

Hoy, la guerra entre Israel e Irán es la última prueba para un partido que lucha por reconstruir su coalición antes de las elecciones intermedias del próximo año y del inminente inicio de la carrera presidencial de 2028.

El partido buscará cerrar la brecha entre una base activista escéptica ante las intervenciones extranjeras y ya crítica del apoyo estadounidense a Israel, y los demócratas e independientes más tradicionales que conforman un bloque considerable —aunque no siempre expresivo— de votantes.

En una declaración tras los primeros ataques israelíes, Schumer manifestó que Israel tiene derecho a defenderse y que «el compromiso de Estados Unidos con la seguridad y la defensa de Israel debe ser férreo mientras ellos se preparan para la respuesta de Irán».

La senadora demócrata Jacky Rosen también se mostró cautelosa al responder a la acción israelí y declaró que «Estados Unidos debe mantener su apoyo a Israel, como lo ha hecho durante décadas, en este momento peligroso».

Otros demócratas han condenado los ataques de Israel y acusado a Netanyahu de sabotear las negociaciones con Irán sobre su programa nuclear. También le recuerdan al público que, en 2018, Trump se retiró de un acuerdo nuclear negociado durante el gobierno de Obama que limitaba el enriquecimiento de uranio de Teherán a cambio del levantamiento de sanciones económicas.

«Trump creó el problema», dijo el senador demócrata Chris Murphy en X.

«La única razón por la que Irán estaba tan cerca de obtener un arma nuclear es porque Trump destruyó el acuerdo diplomático que impuso importantes restricciones verificables a su programa nuclear».

La resistencia de los progresistas

Una encuesta realizada en septiembre por el Pearson Institute for the Study and Resolution of Global Conflicts (Instituto Pearson para el Estudio y Resolución de Conflictos Globales) y The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research (The Associated Press-Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos), una organización apartidista de investigación, encontró que aproximadamente la mitad de los demócratas respondieron que Estados Unidos «apoyaba demasiado» a Israel y que aproximadamente 4 de cada 10 opinaron que su nivel de apoyo «era adecuado».

Los demócratas tendían más que los independientes y los republicanos a decir que el gobierno israelí tenía «mucha» responsabilidad en la continuación de la guerra entre Israel y Hamás.

Aproximadamente 6 de cada 10 demócratas y la mitad de los republicanos sentían que Irán era un adversario con el que Estados Unidos estaba en conflicto.

Yassamin Ansari, representante demócrata de Arizona, quien es iraní-estadounidense, expresó que los iraníes son víctimas involuntarias del conflicto porque no existen refugios ni infraestructura para proteger a los civiles de los misiles dirigidos, como los hay en Israel.

«El pueblo iraní no es el régimen y no debería ser castigado por sus acciones», publicó Ansari en X, al tiempo que criticó a Trump por fomentar el miedo entre la población iraní.

«El pueblo iraní merece la libertad del régimen bárbaro y los israelíes merecen seguridad».

 

Crédito Associated Press

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