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Por hambre venezolanos desafian la cuarentena

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Caracas es una ruleta rusa

Los casi cuatro meses y medio de cuarentena y medidas incumplidas han llevado a los ciudadanos a olvidarse del verdadero peligro del virus y han convertido a la capital de Venezuela en una ruleta rusa. Caracas, epicentro venezolano del covid-19, se resiste al encierro y “los que viven del día a día” deben salir a desafiar la pandemia.

Las mascarillas al cuello, a modo de pañuelo, se han convertido en tendencia en Caracas, epicentro de la covid-19 en Venezuela. Los casi cuatro meses y medio de cuarentena y medidas incumplidas han llevado a los ciudadanos a olvidarse del verdadero peligro del virus y han convertido a la capital en una ruleta rusa.



Dos vendedoras del Mercado Mayor de Coche, uno de los más grandes del oeste de Caracas, con sus tapabocas arrugados por debajo de la barbilla, conversan animadamente desafiando al coronavirus, como si la cosa no fuera con ellas. Ellas son tan solo un ejemplo, pues muchos otros comerciantes del lugar actúan de la misma manera.

A pocos metros, el también vendedor ambulante Juan Reyes vocea que tiene mortadela por dos dólares la pieza. Usa una mascarilla a medio colocar, no tiene guantes y no se lava las manos una sola vez durante las cinco horas que trabaja cada día.

Si me quedo en la casa, ¿cómo hago…?

«Tengo que salir a conseguir la comida, patrón. Si me quedo en la casa, ¿cómo hago (para mantener a mi familia)»?, dice a Efe el hombre de 42 años.

El sábado, este mercado a cielo abierto está atestado de compradores que buscan ofertas mientras luchan para no caer en los charcos que creó la lluvia de la noche anterior, mientras espantan las moscas. Esa es su verdadera preocupación.

Todos llevan mascarillas, pero muchos las usan en el cuello, sobre la frente o solo sobre la barbilla para facilitar la respiración, pese a quedar desprotegidos y elevar las posibilidades de contagio a todos los que los rodean.

Algunas de estas personas son detenidas por militares y puestas en fila en una pared cercana a la entrada del mercado. Como «castigo», les obligan a levantar un cartel que exige el uso de mascarillas, pero el mensaje no llega a las cientos de personas que los rodean y lucen más preocupadas por la economía que por la salud.

Letreros de concientización como pena

Las personas que son retenidas sin el tapabocas deben portar letreros de concientización.

Reyes cree que la medida es exagerada, aunque sí considera «peligrosa» la aglomeración de personas.

«Todo el mundo carga sus tapabocas, sus guantes, haciendo las cosas como son», asegura, una afirmación que contradice la realidad que constata Efe en el mercado.

Riesgos necesarios

A casi 15 kilómetros de Reyes, la pensionista colombiana Esther García recorre otro mercado, el del acomodado barrio de Chacao, en el este caraqueño.

La mujer ya había hecho las compras, pero ingresó a este mercado municipal arrastrando una pequeña maleta solo para comparar precios y felicitarse: eligió bien cuando compró en otros lugares y no allí, donde los productos son más caros.

La búsqueda de alimentos no cede ante la cuarentena

En el mercado de mayoristas de Coche la afluencia de personas en busca de alimentos no cede ante la cuarentena.

Pero esta cucuteña de 67 años, que tiene 44 en Venezuela, también estaba alargando su estadía fuera de casa, a modo de paseo matutino, donde ya no soporta estar tras casi 140 días de reclusión intermitente.

«A mí me está trastornando mucho la cabeza esto, yo soy muy sociable y ahora estoy sometida, perdí mi libertad, mi hija me somete», dice la mujer a Efe al relatar cómo su hija, preocupada por la cifra cada vez mayor de contagios, le pide no salir de casa.

«Cuando estoy así, demasiado cargada, me dan unos nervios y una ansiedad terrible, lo peor es que no consigo psicóloga que me atienda», agrega.

García reside en Pedregal, una de las zonas deprimidas de Chacao y donde pequeños espacios similares a favelas se esconden entre altos y modernos edificios.

Su hija y su yerno salen cada día a trabajar en medio de la cuarentena que rige en el país desde mediados de marzo pasado, cuando se detectaron los primeros contagios.

«La gente tiene que salir a buscar el pan de cada día, porque si no trabaja y no busca cómo comer, entonces no los mata la pandemia, los mata el hambre», apunta.

García cuida a su nieto de 14 meses varios días a la semana, un niño que, asegura, se «desespera» al igual que ella cuando pasa mucho tiempo en casa.

Así que deja la casa cada tarde para que el niño juegue en la calle. «Veo el cambio, cómo se desahoga y agarra energía», asevera.

Saltan las alarmas

Caracas es, desde hace varios días, el epicentro de la pandemia por el nuevo coronavirus en Venezuela, un fenómeno que ha venido de la mano con el carácter exponencial que muestra ahora la curva de contagios en todo el país.

Solo el sábado, en Caracas, se detectaron 216 nuevos contagios, lo que elevó la cifra de casos en el Distrito Capital -que une la ciudad de Caracas con varios municipios del cercano estado de Miranda- hasta los 1.839.

Este hecho, llevó a la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, a asegurar que el virus SARS-CoV-2, que causa la covid-19, «está amplíamente circulando» en Caracas.

Personas esperan en un pasillo del mercado de Chacao con un mínimo de medidas de seguridad.

«Hay un brote, y ese brote debemos controlarlo», insistió antes de señalar que es responsabilidad de los individuos protegerse contra un posible contagio a través del uso de mascarillas, el lavado frecuente de manos y el cumplimiento de la cuarentena.

Pero el Gobierno venezolano ha dicho que no solo la inobservancia de las medidas básicas de bioseguridad, sino también el ingreso ilegal de connacionales infectados desde Colombia, son responsables del aumento en las tasas de contagio y muertes por COVID-19, que superan las 140.

“Trochas” sin cuarentena preventiva

El presidente Nicolás Maduro dijo la semana pasada que, al menos, 115.000 migrantes venezolanos han retornado al país desde que surgió la emergencia por el nuevo coronavirus.

Cerca de 40.000 lo habrían hecho por los pasos ilegales conocidos como «trochas» y sin cumplir la cuarentena preventiva. Un 10 % de ellos habría estado infectado al momento de cruzar la frontera.

Esta idea parece haber calado en un sector de la población, que ve en los venezolanos retornados la causa del incremento de los casos.

García dice incluso que conoce un caso: una venezolana que regresó desde Bucaramanga (Colombia) y contagió a 5 miembros de su familia en la pequeña ciudad tachirense de La Fría.

En tanto que Reyes señala que el brote en Caracas puede deberse a que «están pasando» muchos venezolanos contagiados desde Colombia y Brasil.

«Porque estábamos tranquilitos, no había tantos contagios (y) ahora hay demasiados», indica, dejándose llevar por el recurrente mensaje gubernamental.

Como complemento, Maduro alertó la semana pasada que 13 % de la población no cree en la pandemia.

«Es mucha gente, están por todos lados. Es un tema que debe ser evaluado en familia», dijo haciendo su recurrente llamado a mantener la cuarentena y el uso de mascarillas, un pedido que los caraqueños no siempre cumplen.

ACN/EFE

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Fallecieron dos extorsionadores durante un enfrentamiento en Aragua

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Dos peligrosos criminales fallecieron -Agencia Carabobeña de Noticias – ACN – Sucesos
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Dos peligrosos criminales que se dedicaban a la extorsión, fallecieron durante un enfrentamiento con comisiones de la Delegación Municipal Maracay, en Bella Vista, parroquia Las Delicias, municipio Girardot, estado Aragua.

Los antisociales fueron identificados como Yorge David Camacho Camacho, de 25 años y Jesús David Lugo Blanco, de 23. Ambos solicitados por homicidio intencional calificado con alevosía por motivos fútiles e innobles en grado de autor material. También asociación para delinquir y homicidio intencional calificado con alevosía y por motivos fútiles e innobles en grado de cómplice necesario.

Estos sujetos formaban parte de la organización hamponil Johan Corín, dedicados a la extorsión.

Los antisociales, operaban en distintos sectores de la parroquia Las Delicias, donde someten a pequeños y grandes comerciantes, exigiéndoles grandes cantidades de dinero a cambio de permitirles trabajar y, si estos se niegan a sus requerimientos, atacan sus comercios y su integridad física, al disparar en reiteradas oportunidades, generando zozobra en la comunidad.

Detenidos por PoliValencia

En otro caso, mediante operativos de verificación de datos a través del Sistema Integrado de Información Policial (Siipol), realizados en diversos sectores de la ciudad durante el dispositivo «Semana Santa Segura 2025», funcionarios de la Policía Municipal de Valencia (PoliValencia) lograron la aprehensión de 10 hombres tras arrojar orden de arresto.

Los detenidos de edades comprendidas entre 27 y 61 años, al ser verificados por el Siipol, arrojaron solicitud por los delitos, detención de arma blanca, hurto simple, transporte de materiales peligrosos, detección de partes y piezas de vehículo, fuga de detenido, aprovechamiento de cosas proveniente del delito, porte ilícito de arma de fuego, hurto calificado, deserción y abuso sexual a niño sin penetración. Además tenían registros policiales por otros delitos.

Con información de ACN/NT

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