Satélites de la Nasa recopilan datos para evaluar el clima; al paso del huracán Dorian para diseccionar tormentas y mapas de posibles rutas ciclonicas y proporcionar estimaciones globales.
A medida que el huracán Dorian se convirtió en un huracán de categoría 3; en la escala de viento de huracanes Saffir-Simpson; la flota de satélites de la NASA estaba recopilando datos para ayudar a los meteorólogos y científicos; según un último lanzamiento de NASA
El satélite de la misión de Medición Global de Precipitación de la NASA; utiliza su algoritmo IMERG con datos de una flota de satélites; para proporcionar estimaciones globales de la precipitación dentro de la tormenta cada 30 minutos.
Satelites deseccionaran tormentas
El satélite Suomi NPP de NOAA-NASA utiliza su complemento de instrumentos a bordo para diseccionar tormentas y proporcionar información sobre diferentes aspectos del huracán, incluida la fuerza de la tormenta, la temperatura de la cima de la nube, la circulación y la lluvia, entre otros, dijo el comunicado.
El núcleo de Dorian debería moverse sobre el pozo del Atlántico al norte del sureste y centro de Bahamas los viernes y sábados. Estará cerca o sobre el noroeste de Bahamas el domingo, y estará cerca de la península de Florida el lunes por la noche, según el pronóstico del Centro Nacional de Huracanes (NHC).
El avión Hurricane Hunter descubre que Dorian es ahora un huracán importante, dijo el NHC.
Actualmente, los vientos máximos sostenidos de la tormenta son 185 kilómetros por hora (km / h) con ráfagas más altas, y se mueven hacia el noroeste a 17 km / h, dijo la NASA.
Las últimas horas del papa Francisco. El sufrimiento, conmovedor, de la despedida del Sumo Pontífice quedará para siempre en las imágenes de la última bendición. La respiración forzada. El gesto arrancado de una debilidad evidente. La voz temblorosa. El largo baño de multitudes. ¿Pero, qué ocurrió después?
Fuentes vaticanas confirman que el papa se despertó a las seis y se encontraba razonablemente bien. A las 7 empezó a encontrarse mal. Media hora después, exactamente a las 7:35, se comunicó el fallecimiento. Ahora se confirma que fue un ictus producido en el marco de un grave problema cardiocirculatorio.
Su cuerpo ya estaba debilitado por las infecciones respiratorias que habían provocado su ingreso en el Policlínico Gemelli. Las tres convulsiones sufridas entonces habían puesto en duda la posibilidad de recuperación y en esos días circuló el rumor de que en cuanto su estado mejorara un poco el Papa Francisco sería trasladado de nuevo a la Casa Santa Marta para enfrentarse en el Vaticano con la posibilidad de que el desenlace de la enfermedad fuera fatal para el Papa de gran corazón.
Se le había prescrito una convalecencia con ventilación asistida, y los médicos habían aconsejado el aislamiento. Pero el Pontífice siempre dijo que no pasaría ese tiempo alejado de sus compromisos. Y así fue: se produjo la sorpresa de Bergoglio entre los fieles, el recibimiento que no se le negó al rey Carlos de Inglaterra y, ayer mismo, el domingo, el encuentro con el vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance. Y aún el último baño de multitudes: los saludos, las bendiciones, las miradas y las sonrisas a los niños.
Hay quienes el domingo notaron una mayor rigidez, respecto a los días anteriores, en el brazo. Hay quienes vieron detrás del Pontífice a una persona que lo masajeaba. Quienes notaron una respiración aún más dificultosa.
Pero aquello en lo que el Papa Francisco, en el día de Pascua, quiso que el mundo pusiera atención y lo recordara no es un parte médico de una persona frágil y enferma que no quiso ahorrarse esfuerzos, sino el llamamiento por la paz y la humanidad que lanzó al mundo.
Así lo recordó el cardenal vicario para la diócesis de Roma, Baldassare Reina, en el anuncio de la muerte: «Lloramos al testigo del Evangelio, al pastor misericordioso, al profeta de Paz«.
Se despidió de sus fieles
Ayer domingo, luego de reunirse James David Vance, vicepresidente de Estados Unidos, Jorge Mario Bergoglio fue trasladado a la Basílica de San Pedro, donde le esperaban los miles de romanos, peregrinos y turistas.
«Queridos hermanos y hermanas, ¡Feliz Pascua!», dijo ante el júbilo de los miles de presentes. Tras estas palabras, el Santo Padre dejó que el discurso lo leyera el maestro de ceremonias monseñor Diego Giovanni Ravelli.
Tras impartir la bendición Urbi et Orbi, el Papa dio una nueva sorpresa al subirse al papamóvil, algo que no hacía desde hace meses, para saludar a todos los fieles presentes en la Plaza de San Pedro y en el comienzo de la contigua Vía de la Conciliación. Como si de su despedida se tratara, saludó a todos los presentes.