Nacional
Gasolina en Venezuela causa fallas en vehículos y golpea el bolsillo

Conductores diariamente viven calamidades con sus vehículos, el alto costo de los repuestos, largas colas a causa de la escasez del combustible y el alto costo del mismo, pero la guinda del pastel ha sido la mala calidad de la gasolina, la cual mecánicos aseguran que causa fallas en los vehículos.
Los conductores notaron inmediatamente que la gasolina que empezó a expedirse a mediados de 2020; después de aquella escasez que azotó al país desde abril hasta mayo y que culminó parcialmente con la llegada de cinco buques iraníes cargados con gasolina, tenía un efecto distinto en sus vehículos.
Las denuncias no se hicieron esperar. Algunos afirmaban que se evaporaba o que tenía un color y una consistencia inusual; otros que sus automóviles habían perdido fuerza, y algunos incluso acusaban al combustible de ocasionar fallas o dañar piezas enteras del vehículo.
Gasolina causa fallas en vehículos
Trabajadores de la industria petrolera, han esclarecido algunas dudas sobre las características del combustible que se expide en las estaciones de servicio del país.
Freddy Alvarado, trabajador del laboratorio de la refinería El Palito, explicó al diario TalCual que no es un problema específico de la gasolina proveniente de Irán; sino que este cambio en las características del combustible en todo el país obedece más bien a la situación de las refinerías venezolanas.
El combustible que se procesa en estos momentos no recibe el mismo tratamiento y no pasa por los mismos procesos químicos que en años anteriores.
Esto se debe a que las plantas que producen la gasolina de mayor octanaje están paradas. La planta de alquilación de El Palito; capaz de producir gasolina con un índice de octanaje de 97, está parada.
La misma situación ocurre con plantas de las refinerías del Complejo de Refinación Paraguaná y la Refinería Puerto La Cruz; lugares desde donde se produce la mayor cantidad y la mejor gasolina del país.
Debido a estas fallas, a lo mejor que puede llegar la industria actualmente con cierta estabilidad es a un índice de octanaje entre los 80 y 83. Esto significa que se encuentra entre 11 y 8 puntos por debajo de la gasolina de 91 octanos; y entre 15 y 12 puntos por debajo de la gasolina de 95 octanos.
El problema del bajo octanaje
Este cambio repentino en el tipo de gasolina se debe al octanaje; sin embargo ¿En qué afecta esto a los vehículos? Contrario de lo que se suele pensar, mayor octanaje no es sinónimo de mayor combustión o de más potencia. En realidad es casi lo opuesto.
Un funcionamiento adecuado de este sistema consistiría en que el cilindro comprima la mezcla hasta activar una bujía que se encargará de transmitir una chispa de encendido dentro de la cámara de combustión; lo que provocará la detonación que a su vez generará energía.
Una gasolina con alto octanaje permitirá que la mezcla pueda comprimirse en el cilindro sin explotar hasta que la bujía haga su trabajo y desprenda la chispa. De esta forma; el motor del vehículo puede mantener el control del momento en el que se efectuará cada detonación.
Por el contrario, si el octanaje es inferior al requerido por el vehículo, la mezcla tenderá a detonar como producto de la compresión; y no de la chispa transmitida por la bujía. Por lo tanto, la detonación ocurrirá antes de tiempo; provocando un mal funcionamiento que suele ser denominado como «autoencendido».
Esta explosión anticipada no sólo desaprovecha el rendimiento de la gasolina y la energía que debería generar la cámara de combustión, sino que obliga al pistón a bajar antes de tiempo; cuando todavía se encuentra en su etapa de subida, una falla que puede generar sonidos extraños en el motor, conocidos popularmente como «pistoneo».
En condiciones normales, el problema debería desaparecer o mejorar; simplemente abasteciendo el tanque con una gasolina que posea el octanaje recomendado por el fabricante. Sin embargo, el mercado de combustible venezolano no ofrece esta opción.
“Los milagrosos” aditivos
Conforme las quejas por la gasolina de «mala calidad» hacían eco; en las interminables colas en las estaciones de servicio empezaban a circular rumores sobre productos que supuestamente mejoraban el rendimiento de la gasolina.
Vendedores ambulantes no tardaron en aparecer en las colas para ofrecer presuntos aditivos que mejoran el octanaje, eliminaban residuos, limpian los inyectores e incluso ahorran gasolina; tan solo con adquirir uno de estos recipientes y vaciarlos en el tanque con la gasolina recién echada.
Marcas como Octanol, Dyno-Tab y STP se popularizaron en el mercado. Tanto en locales de venta de repuestos, como en tiendas virtuales como Mercado Libre o Market Place; empezaron a venderse como pan caliente por precios que oscilan entre los $5 y $10 dólares, que deben invertirse cada vez que se reponga el tanque.
No obstante, las quejas sobre la escasa o nula efectividad de estos aditivos llegaron rápido. Los vehículos seguían padeciendo los mismos problemas con el encendido, la potencia y el pistoneo.
Esto se debe a que estos productos realmente no incrementan el octanaje del vehículo. Las sustancias que utilizan retrasan ligeramente la detonación dentro de la cámara de combustión, pero con el octanaje tan bajo del combustible expendido actualmente; este breve retraso en la explosión no es suficiente para darle tiempo al cilindro de subir en su totalidad y generar la chispa de la bujía a tiempo. Por lo tanto, el problema se mantiene.
Con o sin aditivos, la gasolina y su bajo octanaje son preocupaciones para los conductores venezolanos, que han visto cómo sus vehículos fallan y se dañan progresivamente; un dolor de cabeza debido a los altos costos que conlleva el servicio mecánico.
ACN/Tal Cual
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Nacional
Liberarán guacamayas por el Día de la Tierra

Una intriga alada está a punto de desplegarse sobre el cielo del estado Cojedes. Podría parecer una simple actividad conmemorativa del Día Mundial de la Tierra, pero lo que sucederá el próximo 22 de abril en el Bosque Tricolor va más allá de lo simbólico:
Se trata de una acción histórica, científicamente planificada y emocionalmente poderosa que está destinada a convertirse en referente regional.
Uno de los protagonistas silenciosos de este hito es el Zoocriadero San Antonio Abad (ZSAA), una institución familiar que lleva más de ocho años trabajando por la conservación de especies en peligro de extinción.
También se suman en esta iniciativa otros organismos como el Ministerio de Ecosocialismo y organizaciones conservacionistas.
El 22 de abril Día de la Tierra bajo la mirada atenta de especialistas y conservacionistas, cinco ejemplares de guacamaya bandera (Ara macao) serán liberados en su hábitat natural.
Pero esta liberación no es espontánea ni aislada: forma parte de un meticuloso programa de reproducción, rehabilitación y reintroducción que calladamente ha reescrito la historia del manejo de fauna en Venezuela.
La elección del Bosque Tricolor en el estado Cojedes no es casual. Esta región ofrece las condiciones ecológicas idóneas para que las guacamayas puedan reintegrarse con éxito al ecosistema.
Más allá de los aspectos climáticos y de disponibilidad de alimento, el lugar ha sido monitoreado previamente por el equipo del ZSAA, que ha garantizado una baja presión humana y una presencia compatible de especies complementarias.
La conservación ante todo
La discreción sobre este evento es un acto de responsabilidad, según los organizadores.
«El manejo de fauna, especialmente en etapas de reintroducción, requiere protocolos estrictos, cero interrupciones externas y un ambiente seguro para las aves«, explica Luis Miguel Farías Vieira, vocero y director del Zoocriadero San Antonio Abad.
“No se trata de soltar aves al azar, sino de reintegrar individuos genéticamente aptos, ecológicamente funcionales y plenamente adaptados», agrega. Las cinco guacamayas bandera han sido criadas en cautiverio y preparadas durante meses con una dieta silvestre y entrenamiento conductual, lo que incluye la reactivación de su instinto de vuelo y la capacidad para reconocer depredadores.
Cada ave porta anillas y microchips de identificación.
Esto permitirá a los especialistas realizar un monitoreo post-liberación, recopilar datos sobre desplazamiento, comportamiento reproductivo y adaptación ambiental.
Las herramientas tecnológicas empleadas por el ZSAA posicionan a esta liberación como una de las más modernas y documentadas del país.
Detrás de este evento hay una estructura legal robusta que garantiza su legitimidad: el cumplimiento estricto de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres).
Este tratado internacional, firmado en 1973, regula el comercio de especies en peligro y asegura que toda actividad sea legal, sostenible y trazable.
En el caso de las guacamayas bandera, clasificadas en el Apéndice I de la CITES, cualquier acción fuera del marco legal podría representar un delito internacional.
La CITES no solo combate el comercio ilegal, sino que también promueve la cooperación entre países y estimula la investigación.
La participación del Zoocriadero San Antonio Abad en este tipo de acciones lo ubica dentro del reducido grupo de instituciones que actúan bajo normas internacionales de conservación.
Con información de nota de prensa
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