Economía

Un reflejo de la miseria la venta de cachivaches

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La venta de cachivaches, cacharros, chancletas, zapatos usados, tornillos, herramientas y en general, corotos de toda laya;  ya es un lugar común en todas las calles de Caracas. Los comercios sólo son una sombra frente a la enorme cantidad de buhoneros. La Hoyada, La Candelaria, toda la avenida Fuerzas Armadas, la avenida Baralt, y cualquier rincón,  convirtieron la capital en un gigantesco mercado persa, reflejo de la crisis existencial, del hambre y la miseria colectiva.

Venta de cacharros en todo el país.

Esta situación se repite en todas las capitales, otrora importantes de Venezuela;  como Maracaibo, Valencia, Barquisimeto, Mérida, etcétera.

La quincallería ambulante coexiste con los comercios establecidos. En cualquier parte hay ventas de películas de DVD, piezas para la construcción, alicates oxidados y ropa usada. La policía los manda a desalojar, así que hombres y mujeres corren a quitar los manteles y guardan sus cacharros para colocarlos más tarde.

Todos los venezolanos de a pie, y algunos con carros,  buscan ganarse el pan;  mientras soportan la pesada cruz del hambre, la falta de agua, de los apagones, el trueque de alimentos y pare de contar… La venta de garajes es un lujo.

No creen que protestar sirva para algo

Vendedores de tortas, caramelos, chupetines, etcétera, con distintas situaciones físicas y mentales, algunos con el cuerpo casi paralizado, no creen que protestar por los malos servicios sirva para algo. Comen una sola vez día, en la calle o cuando terminan su jornada y regresan a sus casas;  casi en la noche, es el pan de cada día.

El pasajes para viajar entre Caracas y las ciudades dormitorio, representa para ellos otro atasco (“una estafa para sus descosidos bolsillos”)

Se inventan una con los útiles escolares

Todas las personas preguntadas, en un recorrido hecho por la capital,  afirman  que a ese gasto deben sumarle  el del pasaje interno en las ciudades,  que puede variar entre mil y mil 500 bolívares;  pese a que el Ministerio de Transporte lo fijó en ochocientos bolívares (Bs. 800) “Otra burla más”.

Los padres resuelven la lista de útiles escolares;  reciclando los usados, ya que se les hace casi imposible pagar casi dos millones de bolívares; el costo de los nuevos. Algunos representantes previeron los gastos; comprando  poco a poco o con meses de anticipación.

Por cierto, el regreso a clases fue tan exiguo que apenas se notó.

ACN/fm

 

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