Opinión

Vargas LLosa, un valiente que desnuda al comunismo

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Vargas Llosa: un valiente que desnuda el comunismo: Por Coromoto Álvarez.- Del mismo modo que fue capaz de darle una trompada, nada estatutaria a su colega Gabriel García Márquez, por cuestiones ajenas a lo real maravilloso de la exquisita literatura que enaltece el contenido de sus libros en un bossa nova a cuatro manos, Mario Vargas Llosa es un valiente que desnuda el comunismo de pie a cabeza, cuya fuerza  se traduce en compromiso fiel para defender la libertad y el progreso de la humanidad.

Nos atreveríamos  decir con la honradez del crítico que se involucra en el pensamiento plural para descubrir la verdad, deberíamos apelar al arbitraje del escritor y periodista, el colombiano Plinio Apuleyo Mendoza, quien estuvo muy cerca de las andanzas del carnal Gabo en su tierra natal, Venezuela, Cuba y México. Quizá le sería difícil simular un volapié  a la hora de dirimir la distancia entre esos dos colosos de la creación que le dieron mayor brillo a la novela hispanoamericana en el mundo contemporáneo al recibir el Premio Nobel. Pero tal vez le sería más fácil fungir de entrometido para sentenciar el penalti que pondría fin a la refriega en la cancha de la política.

Plinio Apuleyo Mendoza con parálisis de medio cuerpo, es uno de esos estoicos que sobrevive con más de ochenta y seis años a cuestas, cuya lucidez a flor de piel nos conduce hasta las entrañas de su porfía. Él y El Gabo hicieron periodismo en Caracas durante el último peldaño de la tiranía de Marcos Pérez Jiménez y la alborada democrática del 23 de enero de 1958 y, luego, en La Habana, escribieron cuartillas en defensa de la dictadura de Fidel Castro al frente de la agencia de noticias del régimen. En paralelo, el hispano-peruano Vargas Llosa, militante del Partido Comunista en Lima, acudiría una y otra vez a la tierra de José Martí para sembrar con los barbudos de la Sierra Maestra el cultivo de sus hazañas.

Mario Vargas Llosa en la entrega que recién presentó en Madrid con el título ‘’ La llamada de la tribu’’, da a conocer en su condición de autobiógrafo las estaciones del Viacrucis que le condujo de una orilla a otra luego de cruzar el charco, para desentenderse de la ruta equivocada del comunismo más ortodoxo y recalcitrante,  utopía de la mentira y el engaño que la cúpula atorrante de la mando manía pretendió expandirse para enriquecerse a merced del hambre y de la miseria de los pueblos.

Insertamos el nombre de Plinio Apuleyo Mendoza en este examen de conciencia, pues tanto él como Vargas Llosa, en sus hallazgos de La Habana y de Europa Oriental, apreciaron de cerca con mucho dolor la huella del horror con crímenes sin castigo, en regiones como la de Berlín donde los rusos invasores  de Vladimir Putin transformaron industrias en desechos, luego susceptibles de grandes inversiones durante la reunificación de Alemania, gracias a las libertades del capitalismo progresista que hoy defiende Mario Vargas Llosa el gallardo.

ACN/C.A.

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