Impuestos, multas y comisiones

Impuestos, Multas y Comisiones: Por Cora Páez de Topel.-

Una de las deficiencias de la administración pública en Venezuela;  es la pobre retribución que hace el Estado de los fondos que entran al erario nacional por el cobro de los impuestos que pagan los ciudadanos;  bien sea el impuesto sobre la renta, el IVA,  los impuestos municipales,  al igual que otras erogaciones como las multas, las comisiones o tasas de interés por el control de cambios;  dinero que merma de los fondos privados para engrosar las arcas públicas, cuyo desorden administrativo es la principal fuente de la corrupción de tantos políticos;  y hábiles personeros que medran a la sombra del poder.

La opinión generalizada es que el dinero que cobra el Estado por todos esos tributos;  no se revierte en obras de alcance nacional, tal como mejorar la infraestructura de las carreteras;  puentes y autopistas, sanear los embalses de agua al igual que  las fugas en las tanquetas públicas; sustituyendo las tuberías dañadas, mangueras y motores inservibles por repuestos adecuados.  Corregir las fallas eléctricas y telefónicas causadas por la falta de mantenimiento e inversión; hechos acusados por los propios trabajadores que reclaman la dotación de los materiales a la hora de efectuar las labores.  Mejorar las escuelas y hospitales dotándolos de los servicios asistenciales.

El país estancado en el sub-desarrollo

Esa falta de inversión por parte del Estado, además de mantener al país estancado en el sub-desarrollo, obliga a los ciudadanos y a las empresas a tener que pagar con dinero propio los servicios indispensables, tales como el agua, la seguridad personal, la luz y el internet.  Muchas empresas han tenido que comprar plantas eléctricas para poder activar las computadoras .

Otras se ven obligadas a cerrar durante los apagones de luz.  El servicio telefónico basado en la C.A.N.T.V.  está por el suelo y con él las fallas del Internet son cada día peor, situación ésta grave en un mundo globalizado que depende de las comunicaciones, en el que lo usual hoy día para efectuar los pagos es a través de las transferencias de dinero y de las tarjetas.  Para no interrumpir el trabajo, las empresas compran nuevos repuestos con un costo adicional.

El problema del agua raya casi en lo dramático, teniendo las personas que contratar cisternas, cargas tobos y envases para llevar a casa, comprar botellones de agua potable en los negocios que venden el vital líquido, por lo que ese comercio  ha proliferado.  En cuanto a la inseguridad personal, en gran parte de las urbanizaciones los vecinos han tenido que cerrar las calles y  pagar vigilantes para resguardarse de los ladrones y asaltantes. No se justifica, entonces, que los habitantes de este país que cumplen con sus obligaciones tributarias tengan también que pagar dinero extra para tener servicios públicos eficientes que les permitan tener mejor calidad de vida.

Valencia, 16 de Junio del 2020

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