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Huyeron de la miserable vida de Yaracuy y los desalojaron de Cúcuta

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Las autoridades de Cúcuta desalojaron a más de 300 venezolanos escaparon de la miserable vida que llevaban en la ciudad de San Felipe.

Los migrantes sobrevivían como recogelatas y vivían en el improvisado “Barrio Yaracuy”. Funcionarios de la Policía de Cúcuta efectuaron un operativo en los cambuches de plásticos donde pernoctan los yaracuyanos. Las autoridades concluyeron que en su mayoría son personas honestas.

Lamentaron que hayan tenido que abandonar sus tierras para subsistir en los  alrededores de la Central de Abastos de Cúcuta (Cenabastos). Desde hace tres años comenzaron a llegar y se reencontraron en Cúcuta. Ahora los paisanos se ayudan unos con otros.

Duermen a las orillas del canal Bogotá, refirió el diario La Opinión de Cúcuta. Los cucuteños dicen que el barrio Yaracuy  se asemeja a una ranchería de indios yukpa. La diferencia es que allí no se observan canastos, túnicas ni objetos elaborados con totumas.

La Policía encontró envases de plásticos, latas, cartones, alambres y vasijas de aluminio en grandes cantidades. Huyeron del otrora próspero estado Yaracuy para convertirse en recogelatas con lo que sobreviven y obtienen su sustento. Prefieren que al barrio lo llamen Ciudad de Dios.

Las autoridades contabilizaron 120 niños y adolescentes. Sus padres se dedican a buscar latas de aluminio y al reciclaje en general. Otros son buhoneros.

Todos son oriundos de la ciudad de San Felipe. Cuando tienen un rato libre aprovechan para hurgar entre la basura. El yaracuyano José Pérez, uno de los más viejos en el barrio , admite que las condiciones en que viven no son las más dignas para sus hijos y mujeres. “Pero sí mejores a las que teníamos en Venezuela. Al menos aquí nos ganamos la vida sin peligro y comemos tres veces al día, cosa que allá (en Yaracuy) se volvió imposible”.

Miserable vida

Allí se encuentran diez mujeres embarazadas que escaparon en masa de la miserable vida que tenían en la entidad yaracuyana. Otras cinco parieron en el hospital de Cúcuta. Argumentaron que huyeron de sus tierras porque allí los hospitales se encuentran en ruinas. Aseguran que en su región los únicos que viven bien son los chavistas y los enchufados.

Asimismo los funcionarios policiales constataron que el improvisado barrio no dispone de letrinas, agua ni electricidad. Contabilizaron cien cambuches de plástico. Sus ocupantes aseguran que en Yaracuy tampoco disponen de servicios públicos y allí al menos comen todos los días.

Pérez dijo que son optimistas en que pronto se solucionen los problemas en su país, para volver de nuevo a su tierra natal. Por lo pronto les piden a las autoridades colombianas que no los vayan a desalojar porque no tienen a dónde ir a ganarse su sustento.

Pedían que no los desalojaran. Sin embargo, el martes en horas de la tarde, al caer la tarde, la Secretaría de Gobierno de Cúcuta irrumpió de manera sorpresiva en la ranchería. Con el apoyo de la Policía de Cúcuta y Migración Colombia los desalojaron. Algunos serán deportados y regresarán a su calvario en la ciudad de San Felipe.

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