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Bendición y maldición del polvo sahariano sobre América

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La densa capa de polvo proveniente del desierto del Sahara; puede provocar enormes beneficios al continente americano, enriquecer sus suelos y contribuir a la vida de los océanos; así como debilitar la formación de ciclones tropicales y sobre todo la amenazante temporada de huracanes puede reducirse. Pero también puede ocasionar la aparición de alergias y crisis asmáticas.

Lo bueno y lo malo

Los efectos de la densa capa de polvo proveniente del desierto del Sahara ya se comienzan a sentir en varios países de América.  Expertos han recomendado a sus ciudadanos que usen mascarillas y eviten actividades al aire libre; dada las altas concentraciones de partículas en el aire, lo que puede empeorar estados asmáticos y alergias.

En los actuales contextos, con una pandemia de coronavirus que afecta a la región y ha provocado miles de muertos, las autoridades sanitarias de algunos países han alertado sobre el riesgo extra que esta nube de polvo supone para personas con problemas respiratorios.

La aparición de alergias y crisis asmáticas en muchas personas, sobre todo aquellas que ya sufrían problemas respiratorios o de inmunodepresión, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). El polvo del Sahara viaja 10.000 km desde África hasta América y también enrique los mares y los suelos.

Beneficios sustanciales

El polvo mineral suspendido también absorbe la luz solar, lo que contribuye a la regulación de las temperaturas del planeta.

Los minerales contenidos en el polvo también reponen los nutrientes en los suelos de las zonas tropicales, que se ven afectados por las tradicionales lluvias de la región.

Algunos de los químicos que contiene pueden contribuir a la vida en los océanos, aunque algunos expertos han alertado de que algunos tóxicos también pueden ser nocivos para algunas especies, como los corales.

Según la NOAA, el calor, la sequedad y los fuertes vientos asociados con la capa de aire sahariana suprimen también la formación e intensificación de los ciclones tropicales.

El Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. proyectó para este 2020 una temporada ciclónica más intensa de lo habitual, pero si más nubes de este tipo se forman en los próximos meses, la formación de huracanes intensos podría verse debilitada.

ACN/fm/agencias/redes/diarios

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