Opinión
La oscura justicia militar
De la Sotta, en la oscura justicia militar: Por José Luis Centeno S.-
Así como los tribunales de la inquisición, manipulados por el rey Felipe IV de Francia; pusieron fin a los templarios con un opaco juicio en los años 1300; los tribunales militares venezolanos parecen dirigidos a destruir la reserva moral de las Fuerzas Armadas; con procesos judiciales oscuros como los sótanos donde recluyen a los militares; encausados por motivaciones políticas, que, en caso de tener luz: es igual de ilusoria que la justicia en esa jurisdicción.
Mencionamos la Orden del Temple, cuyos integrantes eran considerados “Los Soldados de Cristo”, a propósito del siguiente relato de Molly de la Sota:
«Los Soldados de Cristo»
“En la DGCIM a él y sus compañeros los llaman `Los Soldados de Cristo´; todas las tardes a las 3 pm rezan el rosario, y también leen la biblia y hacen reflexiones. Cada quien, encerrado desde su celda, con increíble fe; allí en `La Casa de los Sueños´, en un sótano apartado de los demás sótanos; en medio de tanto horror, nuestros militares oran por su libertad y la de Venezuela”.
El Capitán de Navío Luis de la Sotta “tiene 28 meses” en esos sótanos, “sin juicio”; ese solo hecho pudiese considerarse como tortura, no obstante; en los casos de militares en igual condición, la negativa de las autoridades a “ordenar la investigación de las denuncias de tortura” es patente; al punto que un examen médico es ordenado; “sólo una vez que las marcas de tortura ya no estaban presentes”; y de estar “presentes” no son registradas, le ocurrió a De la Sotta.
Las “Conclusiones detalladas de la Misión internacional independiente; de determinación de los hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela” afirman; en el ítem “773”, que el 21/05/2018 un informe forense “certificó que el Capitán de la Sotta; no tenía lesiones externas y estaba en buen estado de salud. Según el Capitán de la Sotta, tenía signos visibles de tortura cuando el médico lo evaluó.”
Oscurantismo en la jurisdicción penal militar
Las anomalías existentes en el proceso judicial seguido a este oficial naval; Segundo Comandante de un grupo de élite de la “FANB”; expresan el oscurantismo reinante en la jurisdicción penal militar (minúsculas por razones obvias). El 18/05/2018, amenazado y forzado a subir a un helicóptero; “sin presentar [sus captores] ninguna orden de arresto”; cargan con él para ser interrogado sobre la Operación Armagedón, siendo objeto de desaparición forzada por 48 horas.
A la brava, iniciaron y tramitan la causa penal. “Sobre esta base, el Gobierno dio a entender que el día de la detención era el 20 de mayo; y no el 18 de mayo de 2018.” “El 22 de mayo de 2018… cuatro días después de su detención; los oficiales de la DGCIM presentaron a Luis de la Sotta… solicitó tener una representación legal de su elección; pero el tribunal le asignó un defensor público militar.”
En la Audiencia de presentación, “El Capitán de la Sotta apareció en el tribunal; con la misma ropa que llevaba cuando fue arrestado. Su ropa estaba manchada de sangre y fluidos corporales. El Capitán de la Sotta declaró su inocencia y señaló las marcas en sus manos; por haber tenido las esposas apretadas, declaró: `Fui torturado, abusado y asfixiado por los oficiales de la DGCIM´”.
Signos palpables de la tortura
La tortura en este caso, como en tantos otros, es una constante, con signos palpables. “El 23 de junio de 2018, el Capitán de la Sotta fue autorizado a una visita familiar. Según los testimonios de sus familiares, le habían afeitado la cabeza; y llevaba ropa que olía mal. No podía mantenerse derecho porque tenía las costillas rotas. Estaba pálido y delgado y tenía cicatrices en las muñecas. Parecía desorientado y no sabía la hora del día. Estaba desesperado por saber dónde estaban sus hijos.”
En la Audiencia preliminar, celebrada siete meses después de la Audiencia de presentación; del 12 al 20 de diciembre de 2018, a pesar de que, “según el Código Procesal Penal; no deben transcurrir más de 65 días entre las dos audiencias”; la única prueba en su contra fue la declaración de un “teniente… [arrestado al mismo tiempo que él] … liberado después de su testimonio; y abandonó el ejército un mes después”.
Desde entonces espera juicio, confinado en espacios reducidos con otros reclusos; v.gr.: el “Cuarto de los Locos” de 2 x 2 metros, sin servicios sanitarios; “por lo que a menudo dormía con sus propios excrementos”, ni “ventilación ni extractores de aire lo que afectaba la respiración; los ojos y la piel del Capitán de la Sotta y otras personas detenidas”; tampoco acceso a agua potable o a la “medicación permanente” que tiene prescrita; afectando la condición física de un apasionado de los deportes; que siendo pequeño, como de 11 años de edad, participó en una competencia de natación en Alemania; y ya adolescente, en su tiempo libre, trabajaba como entrenador de natación.
Luis se crio en un hogar con valores, el principal: la familia. Él se graduó de bachiller a los 16 años y quiso entrar a la Escuela Naval; pero mis padres no querían, así ingresó en la Universidad Rafael Urdaneta, en Ingeniería; y después de un año insistió, hasta que lo logró. Molly hizo una pausa… reflexiva, prosiguió; Ama su Carrera y a su país sobre todas las cosas. Estoy muy orgullosa de Luis y de los militares constitucionales que están encerrados con él, son valientes y honorables.
ACN/@jolcesal – [email protected]
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Opinión
La corona de Adviento y la chocolatada de la Casa Páez.
Por: Juan Carlos León Berástegui
Llega diciembre y con él las tradiciones, durante la primera década del año 2000 me correspondió como directivo de la Sociedad Amigos de Valencia conformar el comité organizador de la celebración del adviento en la Casa Museo Páez que coordinaba su curador Luis Ovalle, y agrupaba al personal del museo, y representantes de las instituciones que hacían vida desde la histórica casona, el día como indica la costumbre católica es cuatro domingos antes del 24 de diciembre, recuerdo la corona ubicada en el área que comunica los corredores internos con el corredor del patio, la bendición correspondía al Párroco de Catedral tanto de la corona, como del nacimiento ubicado al lado derecho del corredor del patio, y luego de las oraciones, a degustar el chocolate caliente, los churros, arepitas dulces, los pedacitos de queso llanero, las tortas de pan, de chocolate en cuadritos y la torta de auyama cuya receta fue modificada por Ovalle y tenía un sabor característico de la chocolatada de la casa Páez. La música se alternaba un año con cantos de coral y otro año la parrandita y así sucesivamente, había un tema infaltable de la parrandita que dice así:. El agua viene de Dios y al hombre no le hace daño el agua viene del cielo y es para bien del humano“”. Así es la cultura de una ciudad, las tradiciones que se transmite de generación en generación, y la corona de adviento y la chocolatada en la casaPáez es parte de la tradición navideña en mi querida Valencia.
Juan Carlos León Berástegui
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