Opinión

La izquierda de un dictador y su derecha revolucionaria

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Coromoto Álvarez.-

La izquierda de un dictador y su derecha revolucionaria: Con los insultos tremendistas que parten del dogmatismo inquisitorial y cerrado de las elites ambivalentes, descubrimos  que el dictador Napoleón Bonaparte pretendió imponer al mundo el tránsito  por la izquierda, mandato que rechazó el imperio británico al dirigir los pasos de la revolución automotriz por su derecha.

El camino para las capas sociales más pobres fue reserva de la derecha, mientras los caballeros y nobles, es decir los más reaccionarios según la conseja de la estridencia radical, escogían el sendero de la izquierda, de acuerdo con la información retrospectiva que nace del imperio romano.

El tirano Adolfo Hitler y su colega José Stalin que pelearon entre sí para disputarse el control del mundo, el primero con el eje Berlín-Roma-Tokio y el segundo con los Aliados comandados por Estados Unidos de Norteamérica, Francia y Gran Bretaña, enredaron el papagayo en virtud de que uno no sabe de qué lado cojeaba el imperialismo soviético con la utopía de la dictadura del proletariado, pues, ni tan lejos ni tan cerca de esas naciones que participaron en la Segunda Guerra Mundial, lo cierto es que en todas partes la clase obrera fue sometida por las elites que se hicieron llamar ´comunistas´ para sucumbir, no en los brazos de Morfeo sino en las prácticas del sistema capitalista.

Dada la circunstancia de que Napoleón Bonaparte era zurdo se desplazaba en vehículos con el volante a la izquierda, tal cual ocurre en la mayoría de los países de nuestro planeta, a excepción de los ingleses y sus antiguas colonias donde abundan los coches con el volante a la derecha.

El comentario se inicia en esta entrega para llamar la atención acerca de las interpretaciones sesgadas de cierta y determinada vocería que en el ámbito político, bajo la presunción de autodenominarse ´izquierdista´, ilusión que no resiste la más elemental crítica científica, pues, en verdad, con el dinero mal habido que acumula en sus alforjas de procedencia dudosa y del erario, de espaldas al pueblo al cual mencionan a cada instante en sus arengas mientras le ofrece migajas a través de las ventanas del populismo y la mentira,  deja ver los bigotes de su militancia derechista cuando propicia  la destrucción a la cubana de la economía de un país para que el pobre, castigado en el estómago y el bolsillo se muera de hambre en casa o reciba un balazo que sesgue su vida por protestar en la calle contra la inflación insoportable y demás crímenes de lesa humanidad.

Con este breve recuento frente al volante  a la izquierda o a la derecha de un coche, remontamos la cuesta para advertir que en las alturas del poder cualquier dictadura al propiciar el asesinato, el cultivo del pensamiento único, la hambruna, la persecución, la cárcel y el exilio… se pierde para la historia.

Por lo pronto para poner fin a este contrapunteo sobre ruedas recordemos las frases del conservador británico Sir Winston Churchill: ´ Si tienes veinte años y no eres comunista, no tienes corazón y si a los cuarenta años eres comunista no tienes cerebro´, y de su par el socialdemócrata alemán Willy Brandt: ´Quien de joven no es comunista, es que no tiene corazón. Quien de viejo es comunista no tiene cabeza´, con la acotación final del colectivo ilustrado o no ilustrado: ´El que no coge consejo, no llega a viejo´.

 

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