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!Insólito! Con pellejos de pollo se alumbra en Valencia por los apagones

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La insólita crisis eléctrica que azota al sur de Valencia conduce a que sus habitantes utilicen los pellejos de carne como combustible para alumbrarse.

Desde el pasado 7 de marzo, día del primer gran apagón nacional, los vecinos del sector Bello Monte, de la parroquia Rafael Urdaneta, sufren como nunca. Tal vez por ello afinan su ingenio para sobrevivir.

Frente a la imposibilidad de adquirir las costosas velas, optaron por crear lámparas caseras de aceite. Sin embargo, este producto además de escaso es costoso. Desde hace algunos días para solventar este escollo las familias se valen de las grasas de los productos cárnicos.

En la vivienda de la señora Mariana Morales extraen aceite de cualquier carne, incluso de los pellejos del pollo.  Para ello colocan sobre un caldero la piel y al cabo de algunos minutos logran obtener el combustible.

La plaga y los apagones provoca que los niños duerman en los patios. Foto: Agencias

En ocasiones utilizan cualquier recipiente o lata para elaborar mecheros con diésel para alumbrar las áreas externas. Los tóxicos gases que desprenden no les permite utilizarlos dentro de las viviendas.

Pellejos aromáticos

Como paradoja en la noche la casa huele a pollo a la broster. Al esconderse el sol los niños se acuestan sobre colchonetas en el patio de la humilde vivienda. La esencia les despierta un voraz apetito. Apenas comen dos veces al día. Afuera evitan ser blanco de la plaga que se acumula en las habitaciones. Allí el olor a pollo frito se disimula.

Los chicos acudieron el jueves a clase con la ropa arrugada. Desde hacía dos semanas no asistían a la escuela debido a los apagones. Algunos de sus compañeros los retiraron del colegio porque sus padres no pueden costear sus estudios.

“Esa gente siempre aparece en la televisión con trajes de tintorería echándole la culpa a todos. Nunca asumen su responsabilidad y si protestamos vamos presos. Algún día esto tiene que acabarse. Jamás habíamos sufrido tanto como ahora”, refiere la señora Morales mientras se prepara para meter en remojo una olla de caraotas.

Al son de guitarras  la familia se congrega en los patios de las casas. Foto: Agencias

Los alimentos los cocinan en leña por la falta de gas doméstico. Durante las noches la familia se congrega en el patio para conversar mientras aguarda que el agotamiento y el sueño los venza.

Otros vecinos salen a las calles para protestar de manera pacífica aunque temen ser reprimidos. Aseguran que pasan hasta tres días sin luz. Después llega la electricidad por apenas dos horas. Las neveras se transformaron en escaparates porque tienen casi un mes sin encenderlas. Allí guardan cualquier cosa, menos alimentos.

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