Rusia ha lanzando 500 misiles sobre Ucrania desde que comenzó la invasión hace más de una semana; aseguró este vieres un alto funcionario estadounidense de Defensa.
El citado funcionario, que habló bajo condición de anonimato; ofreció a la prensa información sobre el desarrollo de los combates en Ucrania.
Afirmó que las fuerzas rusas apenas han avanzado desde ayer jueves; se encuentran a 25 kilómetros de distancia de la capital del país, Kiev.
Sin embargo, solo les separan 10 kilómetros del centro de las urbes de Chernígov y Járkov, en el norte del país, lo que significa que los soldados están realmente a las afueras de esas ciudades; ya que están muy extendidas en superficie, añadió el citado funcionario.
Rusia ha lanzando 500 misiles sobre Ucrania
Según Estados Unidos, Moscú está teniendo más éxito en su invasión por la parte sur de Ucrania; por otro lado, una alta funcionaria explicó que Ucrania ya ha recibido casi todo el paquete de ayuda militar valorado en 350 millones de dólares que aprobó el pasado sábado el Gobierno estadounidense.
En concreto, según esa funcionaria, el material militar valorado en 240 millones de dólares ya ha entrado a Ucrania; el resto llegará en los próximos días o semanas.
EEUU coordina ayuda militar
Estados Unidos se ha estado coordinando con 14 países para dar ayuda militar a Ucrania desde que comenzó la invasión rusa; pero la alta funcionaria rechazó identificarlos.
Después de meses de tensión, Rusia lanzó hace nueve días una operación militar en Ucrania que ha dejado 2.000 civiles muertos; según los cálculos del Servicio Estatal de Emergencia ucraniano.
Asimismo, más de un millón de personas han huido del Ucrania; según indicó ayer jueves el alto comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.
Las últimas horas del papa Francisco. El sufrimiento, conmovedor, de la despedida del Sumo Pontífice quedará para siempre en las imágenes de la última bendición. La respiración forzada. El gesto arrancado de una debilidad evidente. La voz temblorosa. El largo baño de multitudes. ¿Pero, qué ocurrió después?
Fuentes vaticanas confirman que el papa se despertó a las seis y se encontraba razonablemente bien. A las 7 empezó a encontrarse mal. Media hora después, exactamente a las 7:35, se comunicó el fallecimiento. Ahora se confirma que fue un ictus producido en el marco de un grave problema cardiocirculatorio.
Su cuerpo ya estaba debilitado por las infecciones respiratorias que habían provocado su ingreso en el Policlínico Gemelli. Las tres convulsiones sufridas entonces habían puesto en duda la posibilidad de recuperación y en esos días circuló el rumor de que en cuanto su estado mejorara un poco el Papa Francisco sería trasladado de nuevo a la Casa Santa Marta para enfrentarse en el Vaticano con la posibilidad de que el desenlace de la enfermedad fuera fatal para el Papa de gran corazón.
Se le había prescrito una convalecencia con ventilación asistida, y los médicos habían aconsejado el aislamiento. Pero el Pontífice siempre dijo que no pasaría ese tiempo alejado de sus compromisos. Y así fue: se produjo la sorpresa de Bergoglio entre los fieles, el recibimiento que no se le negó al rey Carlos de Inglaterra y, ayer mismo, el domingo, el encuentro con el vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance. Y aún el último baño de multitudes: los saludos, las bendiciones, las miradas y las sonrisas a los niños.
Hay quienes el domingo notaron una mayor rigidez, respecto a los días anteriores, en el brazo. Hay quienes vieron detrás del Pontífice a una persona que lo masajeaba. Quienes notaron una respiración aún más dificultosa.
Pero aquello en lo que el Papa Francisco, en el día de Pascua, quiso que el mundo pusiera atención y lo recordara no es un parte médico de una persona frágil y enferma que no quiso ahorrarse esfuerzos, sino el llamamiento por la paz y la humanidad que lanzó al mundo.
Así lo recordó el cardenal vicario para la diócesis de Roma, Baldassare Reina, en el anuncio de la muerte: «Lloramos al testigo del Evangelio, al pastor misericordioso, al profeta de Paz«.
Se despidió de sus fieles
Ayer domingo, luego de reunirse James David Vance, vicepresidente de Estados Unidos, Jorge Mario Bergoglio fue trasladado a la Basílica de San Pedro, donde le esperaban los miles de romanos, peregrinos y turistas.
«Queridos hermanos y hermanas, ¡Feliz Pascua!», dijo ante el júbilo de los miles de presentes. Tras estas palabras, el Santo Padre dejó que el discurso lo leyera el maestro de ceremonias monseñor Diego Giovanni Ravelli.
Tras impartir la bendición Urbi et Orbi, el Papa dio una nueva sorpresa al subirse al papamóvil, algo que no hacía desde hace meses, para saludar a todos los fieles presentes en la Plaza de San Pedro y en el comienzo de la contigua Vía de la Conciliación. Como si de su despedida se tratara, saludó a todos los presentes.