De los 23 jugadores, quince tienen un pasado fuera de las fronteras de Francia; ya sea por ser hijos de inmigrantes o por haber nacido en otro país.

El cambio generacional del equipo francés desde la final del Mundial de Alemania 2006, tuvo su génesis en las familias de los inmigrantes que llegaron al país las últimas tres décadas.

Los casos más llamativos son los de Samuel Umtiti, nacido en Camerún; y el de Steve Mandanda, que nació en el Congo, mientras que el resto de los jugadores nacieron en Francia.

Los otros trece jugadores que son hijos de inmigrantes son: Adil Rami (Marruecos), Djibril Sidibé (Mali), Benjamin Mendy (Senegal), Prensel Kimpembe (Congo); Paul Pogba (Guinea), N’Golo Kante (Mali), Blaise Matuidi (Angola), Steven N’Zonzi (Congo); Corentin Tolisso (Togo), Nabil Fekir (Argelia), Kylian Mbappe (Camérun), Ousmane Dembélé (Mali-Mauritania); y Alphonse Areola (Filipinas).

Conflictos raciales en el pasado

La consecución del campeonato del mundo con más de la mitad del equipo con inmigrantes, supone un logro para el país; debido a los conflictos en el pasado que han tenido, como los disturbios y tensión racial que se vivió en 2005 en las calles de París; por la muerte de dos jóvenes que murieron electrocutados por escapar de la policía.

Más recientemente, el mes pasado, hubo disturbios en la ciudad de Nantes; después de que un joven inmigrante guineano muriera a tiros tras ser detenido por la policía.

Todavía queda mucho para una reconciliación definitiva; pero los ahora “héroes nacionales”, pueden lograr un cambio en la mentalidad de los franceses para conseguir el progreso.

ACN/Medios Digitales

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