Tokio 2020

Historia de los JJOO: Owens “ridiculiza” a Hitler (3)

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El estadounidense Jesse Owens (C) saludo a los alemanes en el estadio de Berlín, donde ganó cuatro doradas.
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Les dejamos cinco ediciones más de la historia de la justa ecuménica, que están a la vuelta de la esquina, ahora nos metemos en los primeros Juegos post Coubertin, a Amsterdam 1928, donde por primera vez se encendió la llama olímpica; seguimos a Los Ángeles (1932), que lo recibe por segunda ocasión.

De ahí saltamos a Berlín (1932) con Adolf Hitler ridiculizado por Jesse Owens; el parón por la II Guerra Mundial, Londres (1948) brindó su aire, aunque con resultados nada halagadores y cerramos Helsinki (952) con la URSS como la gran potencia.

Primeros Juegos post Coubertin

Lina Radke.

Los primeros Juegos post Coubertin; contaron con la participación de 2.883 deportistas de 46 países en 17 especialidades.

Las mujeres, pese a las reticencias de Pio XI, compitieron por primera vez en atletismo y gimnasia. La oposición de algunos sectores de la Iglesia a la participación femenina puso especial hincapié en la carrera de los 800 metros por considerarla, además de inhumana, escasamente acorde con la condición de las mujeres; ganó la alemana Lina Radke, pero la prueba fue suprimida hasta los juegos de Roma.

En estos los primeros Juegos post Coubertin, el país que logró sumar mayor número de medallas fue Estados Unidos, aunque mantuvo una dura pugna en el atletismo con Finlandia, de nuevo con Ritola y Nurmi de protagonistas, a los que se sumó Paavo Yrjola, un granjero que se entrenaba solo, y Toivo Loukola, que cinco años antes había sido declarado inútil en el Ejército a causa de una tuberculosis.

Primer asiático con oro

Mikio Oda.

En estos primeros Juegos post Coubertin. el japonés Mikio Oda, que ganó el triple salto con una marca de 15,21 metros, se convirtió en el primer asiático que lograba una medalla de oro olímpica.

Mientras que el maratón se la adjudicó el argelino, nacionalizado francés, Mohamed El Ouafi; que se convirtió en el precursor de los atletas africanos que posteriormente obtendrían victorias en la dura carrera. Registró una marca de 2 horas 32 minutos y 57 segundos.

Johnny “Tarzán” Weismuller se despidió en Ámsterdam de la competición olímpica de natación con una medalla de oro en los 100 metros libre (58.6) y otra en los relevos 4 por 200.

Si Uruguay confirmó su hegemonía en fútbol, en hockey sobre hierba lo hizo la India; cuya superioridad fue manifiesta hasta los Juegos Olímpicos de México de 1968, en los que Pakistán tomó el relevo.

Los primeros Juegos post Coubertin fueron los primeros presididos por la llama olímpica, que fue encendida en Olimpia y trasladada a Ámsterdam a través de Yugoslavia, Austria y Alemania.

Los Ángeles 1932: primera Villa Olímpica

Juan Carlos Zabala.

Luego de los primeros Juegos post Coubertin, retornaron a Estados Unidos gracias al apoyo económico de los magnates del cine; que esquivaron las secuelas en su país de la depresión de 1929.

El mecenas más importante fue William Fary Gerland, que patrocinó la construcción del Memorial Coliseum; donde también se disputaron los segundos juegos de Los Angeles, en 1984; el director Cecil B. de Mille organizó la ceremonia inaugural.

Participaron en los Juegos 1.334 atletas de 37 países, que dispusieron por primera vez de una Villa Olímpica bien acondicionada; aunque las mujeres fueron alojadas en un hotel.

Hubo 14 deportes. Un gimnasta y una nadadora, el italiano Romeo Neri y la norteamericana Helen Madison; fueron los deportistas más galardonados, con tres oros cada uno.

Estados Unidos, con un total de 104 medallas, fue de nuevo la nación que acaparó buena parte de los podios, mientras que el argentino Juan Carlos Zabala estableció la mejor marca mundial de maratón con 2 horas, 31 minutos y 36 segundos.

Berlín 1936: Hitler ridiculizado por Jesse Owens

Los triunfos de un atleta negro, el estadounidense Jesse Owens, acapararon la atención de los Juegos de Berlín; desbarataron los planes del canciller alemán Adolf Hitler, que trató de utilizar la competición como elemento de propaganda nazi.

El clima prebélico que crearon las intenciones expansionistas alemanas hizo que muchas naciones se planteasen el boicot. Sin embargo; al final participaron 49 países con 3.963 deportistas en 19 disciplinas.

Se lograron grandes éxitos deportivos; en un acontecimiento que por vez primera tenía un espectador de excepción, la televisión.

Se batieron todas las plusmarcas de atletismo establecidas hasta el momento; debutaron en el programa olímpico baloncesto, balonmano y piragüismo; mientras que el polo se despidió de los Juegos.

El país anfitrión se adjudicó 33 medallas de oro y mostró su supremacía en las pruebas de remo, gimnasia e hípica; Estados Unidos acumuló 24 medallas de oro y destacó en atletismo.

Jesse Owens.

Jesse Owens ganó cuatro oros en 100 metros, 200 metros, relevos 4 por 100 metros y salto de longitud, en esta prueba tras un duelo apasionante con el muy ario Luz Long, con quien confraternizó una granamistad, bajo la mirada de Hitler ridiculizado por Jesse Owens

Londres 1948: la postguerra

Tras la sangrienta II Guerra Mundial, los Juegos de Londres se caracterizaron por unos resultados poco brillantes; debidos a la precaria situación del deporte en el mundo y a la falta de recursos en la Europa postbélica.

Estados Unidos e Italia tuvieron que enviar comida para los deportistas; que se alojaron en barracones de la Royal Air Force.

Acudieron 4.104 deportistas de 59 países, incluida Italia, pese a formar con los países del Eje en la Guerra; Alemania y Japón, también perdedores en el conflicto armado, no acudieron. La Unión Soviética, pese a estar invitada, rehusó participar.

Bob Mathias.

Se compitió en 21 modalidades. La pista del Estadio de Wembley fue acondicionada con una capa de ceniza que, más que ayudar; frenó a los deportistas.

En los 10.000 metros los jueces anunciaron la última vuelta mucho antes de que los corredores cruzaran la línea de meta por penúltima vez; los perseguidores del checo Emil Zatopek se detuvieron sin percatarse del error, con lo que este sacó 300 metros de ventaja al argelino-francés Alain Mimoun.

Los grandes triunfadores fueron el estadounidense Bob Mathias, ganador del decatlón con solo 17 años; y la holandesa Fanny Blankers-Koen, que a los 32 ganó 4 medallas en 100 metros, 200 metros, 100 metros vallas y en los relevos de 4 x 100. Los estadounidenses ganaron el medallero final.

Helsinki 1952: Rusia regresa como la URSS

La Unión Soviética se presentó en la cita olímpica de Helsinki como gran rival de la supremacía deportiva estadounidense; la última participación olímpica de Rusia se remontaba a 1912, en Estocolmo. Desde su constitución, la Unión Soviética no había competido en unos Juegos.

Los Juegos contaron con la participación de 4.955 deportistas de 69 países; con un programa de competición de 18 deportes.

El duelo entre soviéticos y americanos se saldó con 76 medallas para Estados Unidos; 40 de oro, y 71 para la Unión Soviética (22).

“La locomotora humana”

Pero por encima de todos brilló la actuación de la “locomotora humana”, el atleta checoslovaco Emil Zatopek; su triunfo de 4 años antes en Londres en los 10.000 se quedó pequeño tras la consecución en Helsinki del primer puesto en las pruebas de 5.000, 10.000 y en el maratón, distancia en la que competía por primera vez.

Su mujer, Dana, ganó la medalla de oro en el lanzamiento de jabalina.

Otros deportistas que brillaron en Helsinki fueron el brasileño Ferreira da Silva, en triple salto; el gimnasta soviético Viktor Tschukarim, el más laureado de los Juegos (cuatro medallas de oro y una de plata) junto a su compatriota María Goroshovskaia (dos de oro y cuatro de plata); la gimnasia soviética comenzó una etapa de supremacía mundial que no cerró hasta su descomposición como país.

El ciclista francés Jacques Anquetil en su debut en unos Juegos alcanzó el bronce en la prueba de carretera por equipos; el fútbol terminó con la medalla de oro para la sensacional selección húngara de la época, Puskas, Czibor, Kocsis y compañía.

Emil Zatopek.

A saber

  • Hitter ridiculizado por Jesse Owens, pero no todo fue tan cierto, Al terminar los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, Hitler quedó satisfecho con el rendimiento de sus representantes, ya que reunieron 89 medallas en total. Asimismo, en la ceremonia de dicha competencia, sólo saludó a los primeros ganadores (ambos alemanes) y omitió al americano pero en realidad la COI le aconsejó acortar sus saludos o dejarlos de hacer para apresurar el proceso.
  • Owens desmintió el rumor. En su autobiografía The Jesse Owens Story (1970), confesó haber recibido una carta de felicitación oficial por parte de Adolf Hitler y el gobierno alemán.
  • Asimismo en una entrevista para el diario The Pittsburgh Press en 1936, aclaró que sí estrechó la mano del alemán pero todo ocurrió tras las cámaras.

ACN/MAS/EFE

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