Opinión

La Planificación familiar

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Por: Cora Paez de Topel

La familia es el núcleo de la sociedad y se forma a raíz de una pareja que decide unir sus vidas en torno  a  los hijos que tienen y a quienes deben atender desde el momento mismo del nacimiento, con el amor maternal y paternal que motoriza la relación entre padres e hijos.  No se trata de traer hijos al mundo si no se está dispuesto a cuidarlos, victimizando a un ser humano indefenso al que no sólo hay que alimentar y cuidar sino también darle mucho amor, formarlo desde pequeño para hacer de èl una persona ìntegra en todos los aspecto de la vida.

Preñar a una mujer y no responsabilizarse por ese acto no deseado es una falta grave de parte del varón, pero también de la mujer que no previò la posibilidad de salir embarazada .  Recurrir al aborto es costoso e ilegal, no sólo desde el punto de vista religioso sino también médico.  Abortar es interrumpir la vida de un ser humano en gestación, un tema discutido con mucho énfasis en la actualidad,  debido sobre todo  a la liberación femenina que cada vez independiza màs a las mujeres.

El control de la natalidad es de vital importancia en un mundo regido por grandes desigualdades sociales y económicas, en el que las parejas deben prevenir la procreación no planificada, para evitar el nacimiento de niños que no siempre están en la agenda de una relación sexual.  Sostener a una familia es costoso, hay que salir a trabajar para ganar el salario   que cubra los costos de alimentación, salud, vivienda, ropa y gastos de la vida diaria.  Las mujeres no escapan a esa obligación, pero la maternidad limita el tiempo disponible para salir a trabajar.

Planificar una familia no es sólo evitar tener hijos no deseados en  la vida en pareja, sino que puede ser también hacer todo lo posible a favor de la maternidad, cuando  la incapacidad de concebir por métodos naturales no permite la procreación.   La adopción de hijos en esos casos es una solución, puesto que la unión conyugal se fortalece  con la descendencia.

En muchos lugares del mundo,  hay infinidad de mujeres pobres que tienen que salir a trabajar para poder sustentarse ella y los hijos, pero que de una manera irresponsable no controlan la natalidad y en muchos casos dejan a los niños solos, proclives a la delincuencia al carecer de unos padres que los eduquen, enviándolos a la escuela, obligándoos a hacer sus tareas, dándoles tiempo para  la recreación y a  la socialización,  a la vez de hacerlos sentir parte de un hogar bien formado.

En este sentido las pastillas anticonceptivas son de vital importancia en los años de la fertilidad femenina, que se calcula en unos treinta y cinco años.  Permitir la venta en las farmacias sin necesidad de una prescripción médica, pues eso acarrea  gastos que no siempre se pueden pagar.  En los Estados Unidos de América, desde que la Corte Suprema de Justicia anuló el derecho al aborto el año pasado, la accesibilidad a la anti concepción es urgente.

La anti concepción en Venezuela no está regulada por el Estado, pero los hospitales carecen de los medicamentos esenciales y no todas las mujeres preveen la necesidad urgente de controlar la natalidad.  Los jóvenes profesionales bien formados son mucho más cuidadosos que aquellos hombres y mujeres incultos e irresponsables, a quien no les preocupa traer niños al mundo que no podrán formar en los valores esenciales de una sociedad bien constituída.

La irresponsabilidad de millones de seres humanos, especialmente en los países subdesarrollados, se debe en parte a la falta de esa formación familiar producto de una educación sin valores.  La planificación familiar facilita a las parejas el control de sus vidas privadas, decidir en común como criar a los hijos, dedicarles el tiempo libre, escucharlos, amarlos y protegerlos, puesto que de  ellos dependerá el futuro de la humanidad.

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