Opinión

Julio Castillo: Los corderos lucharán como leones

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Julio Castillo: Los corderos lucharán como leones. Casi todas las leyendas inglesas tienen una espada como protagonista. Excalibur la famosa espada del Rey Arturo es la más famosa, pero también está la de Robin Hood. Se cuenta que esta última tenía una inscripción que decía “PERSEVERAR, PERSEVERAR HASTA QUE LOS CORDEROS LUCHEN COMO LEONES…”

En la lucha política y social, la perseverancia es sin duda una de las grandes virtudes de los liderazgos y los pueblos que logran sus objetivos.

Ahora bien, perseverar por si solo por mas virtud que sea, no siempre es eficaz. Hay que perseverar en la vía correcta para obtener frutos y victorias.

Los venezolanos vamos a cerrar un año que comenzó con la inesperada y sorpresiva movilización de importantes sectores de la sociedad frente a un hecho político rutinario de la dictadura. Digo rutinario porque la famosa sentencia del TSJ quitándole competencias a la Asamblea Nacional fue, en realidad, una raya más para el tigre de los desafueros del régimen. Sin embargo, cuando menos lo esperábamos, como dijimos, la calle se llenó de compatriotas que protestaron la medida y su presencia allí creció hasta llegar a constituirse en un fenómeno que atrajo las miradas del mundo sobre Venezuela, no solamente por la amplitud y reiteración de la protesta sino, lamentablemente también, por la ferocidad de la represión que dejo más de 130 muertos.

En algún momento la historia recogerá en los textos el caso Venezuela y la extraordinaria lucha por la conquista de la democracia que tuvo en esos días, su mayor apogeo. Se ensayaron decenas de formas de lucha democrática, unas con más éxito que otras, pero todas dignas de ser reseñadas en ese quimérico manual de las luchas por la democracia que algún día se editara en el mundo.

También la historia se encargará de dilucidar por que estas maravillosas demostraciones de fuerza se disiparon hasta la calma chicha de los días previos a esta semana.

Y ¿Por qué de esta semana? Pues porque esta semana han comenzado a presentarse protestas populares espontaneas a lo largo y ancho del país, como respuesta a la calamidad de vida que el régimen nos ha obligado a vivir.

¿Las razones de la protesta? Pues estas son bien distintas a las que movieron a millones de venezolanos al comienzo de este año. Todo pareciera indicar que la “celebración” de las movilizaciones que adelantaron mayoritariamente sectores politizados de las clases medias, será llevada a cabo por sectores populares que hasta ahora habían participado solo marginalmente en las jornadas tempranas de este año que está por terminar.

Es verdad que la mayoría de estas nuevas protestas las están haciendo las bases oficialistas que se han sentido engañadas por las promesas electorales del chavismo. La lucha por el pernil no puede ser ni subestimada ni ridiculizada. Alguien hizo lo mismo con la del té en los Estados Unidos o con la de la sal en la India. La historia es caprichosa y hasta picaresca para presentarse de vez en cuando. Nunca podremos saber cuándo la pequeña bola de nieve que se forma por una protesta insignificante puede culminar en un alud de proporciones incalculables. Una comunicación mal entendida por un guardia del Muro de Berlín hizo que dejara la puerta abierta y al final no pudieron cerrarla más hasta que tumbaron el muro. Una protesta local hizo de Boris Yeltsin un “líder” nacional. Una orden del Soviet Supremo desacatada por un grupo de obreros y soldados que estaban frente al Palacio de Invierno dio inicio a la Revolución Rusa y como decía Mao Tse Tung “una chispa puede incendiar la pradera”.

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Como dijimos nos movemos en el campo de las conjeturas y casi de la ciencia ficción para tratar de desentrañar hasta donde esta protesta navideña puede llevarnos.

Lo que, sin embargo, resulta sorprendente es como la dirección política de la oposición ha pasado agachada frente a lo que ocurre. En algunos casos por desconcierto y seguramente en otros porque piensan que la calle cuando se llena de gente que es convocada por “motivos fútiles e innobles” no merece ser tomada en cuenta.
La dirigencia opositora debería posicionarse, sus líderes más relevantes deberían estar ya en contacto con los sectores movilizados. No para echar más leña al fuego sino para hacer pedagogía social y política, para hacer “scouting” de los mejores dirigentes y atraerlos a las organizaciones que piensan que la movilización social tiene un alto valor en la política.

Escondidos, agazapaos, asustados y desconcertados no servimos de mucho al país que quiere cambiar las cosas.
Nuca sabremos cuando llegara el día en que quienes han sido corderos resuelvan luchar como leones.
Hay que estar preparados para cuando eso ocurra.

JULIO CASTILLO SAGARZAZU

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