Política

El fenómeno Guaidó avanza en medio de la hambruna

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Todo comenzó a las nueve de la mañana del domingo cuando Juan Guaidó una empanada de queso, otra de pescado y papelón con limón.

El presidente interino de Venezuela reconocido por más de 50 países del orbe acudió al mercado El Mosquero de La Guaira para desayunarse.

Tres horas después, estaba subido en lo alto de un camión con un micrófono y una bandera. Miles de personas coreaban su nombre en la plaza El Cónsul.

El rumor de que Juan Guaidó había llegado a La Guaira, su tierra natal, comenzó a correr de boca en boca. Y poco a poco comenzaron a acercarse los vecinos, reseña una crónica del diario El País de España.

El fenómeno Guaidó entusiasma y eleva la presión con una gira por Venezuela que arrancó de forma masiva. A los políticos chavistas no se les ve la cara en ningún lugar público, a menos que vayan escoltados. Nunca acuden a mercados, estadios ni caminan por las calles del país.

Si Juan Guaidó extrañaba la normalidad eligió un mal lugar y un mal momento para recuperarla. Como si fuera una estrella de rock, familias, mujeres, jóvenes, trabajadores del puerto y pescaderos del mercado se arremolinaban junto a él.

Guaidó en gira nacional

Le fue imposible dar un bocado a las famosas arepas del El Mosquero sin que alguien se acercara. No lo dejaban ni masticar. Todos querían tocarlo, tomarse una foto o decirle que en él están depositadas sus esperanzas. Sus ilusiones están depositadas en él para que los saque de la hambruna chavista.

Minutos después y unas calles más adelante, mantuvo una entrevista con la cantante Rosana Arbelo. La intérprete canaria le preguntó por las islas donde el padre de Guaidó trabaja ahora como taxista.

Pero ni siquiera eso pudo ser un acto íntimo. De las ventanas y balcones cercanos se descolgaban los vecinos entre los ladrillos para gritar su nombre. Todo un fenómeno social y político para alguien que hace tres meses era un completo desconocido entre la población.

Para cuando llegó a la plaza de El cónsul, el popular barrio era un mar de gente que comenzó a caminar detrás de él. Sin saber a dónde iban pero detrás de él. La marcha era la metáfora de un país.

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