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Falleció uno de los dictadores mas sanguinarios de Africa: Robert Mugabe

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Foto: fuentes.
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Robert Mugabe (95), fue una de las figuras más polarizadoras en la historia de su continente, un gigante de la lucha de liberación de África contra el colonialismo, cuyo gobierno finalmente terminó en la ignominia de masacres de escuadrones de la muerte, cuando fue derrocado por su propio ejército.

“Es con la mayor tristeza que anuncio el fallecimiento del padre fundador y expresidente de Zimbabwe, Cmdte (camarada) Robert Mugabe”, dijo una publicación en la cuenta oficial de Twitter del presidente Emmerson Mnangagwa.

El gobierno sudafricano envió condolencias por la muerte de un “intrépido luchador de liberación panafricanista”. El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, lloraba a un “hombre valiente que nunca tuvo miedo de luchar por lo que creía, incluso cuando no era popular”.

“Fue un coloso en el escenario zimbabuense y su legado positivo duradero será su papel para terminar con el gobierno de las minorías blancas y expandir una educación de calidad a todos los zimbabuenses”, tuiteó David Coltart, un senador de la oposición y abogado de derechos.

Robert Mugabe murió en el exilio

Mugabe murió en Singapur, donde recibia tratamiento médico en los últimos años. En noviembre, Mnangagwa había dicho que Mugabe ya no podía caminar cuando lo ingresaron en un hospital en Singapur, sin decir lo que lo aquejaba.

Mugabe fue agasajado como un defensor de la reconciliación racial cuando llegó al poder por primera vez en una nación dividida por casi un siglo de gobierno colonial blanco.

Casi cuatro décadas después, muchos en el país y en el extranjero lo denunciaron como un autócrata obsesionado con el poder que desencadenó escuadrones de la muerte, manipuló elecciones y destrozó la economía en la incesante búsqueda del control del poder.

Cuando fue expulsado de su país por sus propias fuerzas armadas en noviembre de 2017, su renuncia provocó festejos en todo el país de 13 millones de habitantes.

Para Mugabe, fue un acto de traición “inconstitucional y humillante” por parte de su partido y su pueblo.

Dictador de una violencia sin precedentes

Confinado por los años restantes de su vida entre Singapur y su extensa mansión “Blue Roof” en Harare, Mugabe permaneció amargado hasta el final. El año pasado, antes de las primeras elecciones sin él, dijo que votaría por la oposición.

Mugabe tomó el poder en 1980 después de siete años de una guerra de liberación, con la reputación de “la guerrilla del hombre pensante”.

Tuvo siete títulos universitarios, tres ganados tras las rejas como prisionero político de los gobernantes de la minoría blanca de la entonces Rhodesia.

Más tarde, cuando aplastó a sus enemigos políticos, se jactó de otra calificación: “un grado superior en violencia”.

En discursos ardientes a lo largo de su gobierno, pintó sus acciones como una respuesta justa; por un legado colonial racista que concentraba la riqueza en manos blancas.

Pero cuando sus seguidores se apoderaron de las granjas de propiedad blanca, la producción se redujo al mínimo, y el granero del sur de África apenas podía alimentarse.

Mugabe, como siempre hacen los dictadores, escurrió sus culpas hacia terceros: culpó de toda la debacle económica una conspiración hostil de Occidente.

Con información de: ACN|Reuters|Redes

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