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Somos lo que vemos: Efectos sociales de la televisión

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Aparte de dormir y trabajar, es probable que los habitantes del continente Americano vean mas televisión, a que participen en cualquier otra actividad.

Investigaciones en ciencias sociales muestran que la calidad de los programas puede influirnos de manera importante, moldeando nuestro pensamiento y preferencias políticas; incluso afectando nuestra capacidad cognitiva.

Sin embargo, evidencias recientes también sugieren que nuestra observación abundante de televisión puede tener consecuencias negativas; especialmente cuando los programas son principalmente entretenimiento.

El daño parece provenir no tanto del contenido en sí mismo; sino del hecho de que reemplaza formas más provechosas de pasar el tiempo.

Algunas de las investigaciones se han realizado mediante el programa de televisión “Plaza Sésamo”. Foto: fuentes.

Plaza Sésamo como experimento social

La capacidad cognitiva, es una característica compleja que surge de las interacciones entre las disposiciones biológicas, la nutrición y la salud, los comportamientos parentales; las oportunidades educativas formales e informales y la cultura.

El estudio de la conexión entre la inteligencia y el consumo de televisión está lejos de ser sencillo; pero los investigadores han desarrollado formas convincentes de aislar los efectos de la televisión.

Algunas de las mejores investigaciones se han realizado mediante el programa de televisión “Plaza Sésamo”.

El programa, que comenzó en 1969, estaba destinado a desarrollar la alfabetización temprana, las capacidad numéricas y las habilidades emocionales; de los niños en edad preescolar.

Un análisis detallado del contenido del programa en su primer y segundo año revela que el 80% del programa estaba dedicado a esos objetivos; mientras que el resto estaba destinado a entretener.

Los investigadores asignaron al azar grupos de niños de bajos ingresos de 3 a 5 años de edad en un grupo experimental y un grupo de control.

En el grupo experimental, a los padres se les dio acceso al programa si carecían de él y se les alentaba en persona una vez al mes para que sus hijos vieran el programa.

Casi todos los padres (93%) de niños en el grupo experimental informaron que posteriormente sus hijos vieron el programa; en comparación con aproximadamente un tercio de los niños en el grupo de control (35%).

Entre los observadores, los del grupo experimental también observaron con más frecuencia.

Resultados de los estudios

Durante seis meses, el grupo experimental ganó 5.4 puntos de I.Q. – un gran efecto – en relación con el grupo de control; mostrando mayor evidencia de aprendizaje a lo largo de varias otras mediciones.

El aumento en el rendimiento cognitivo, fue especialmente grande para aquellos que vieron el programa con frecuencia en relación con los que lo hicieron rara vez o nunca.

Los investigadores Melissa Kearney y Phillip Levine, examinaron los efectos a largo plazo de “Plaza Sésamo”, al comparar los resultados educativos de niños y adultos jóvenes; en poblaciones con mayor o menor probabilidad de tener acceso al programa durante sus primeros años.

Descubrieron que los niños que viven en poblaciones con mejor cobertura de “Plaza Sésamo” tenían menos probabilidades de repetir un mismo grado escolar.

Otra investigación experimental, es consistente con los hallazgos originales de “Plaza Sésamo”.

Los niños en edad preescolar de bajos recursos obtuvieron calificaciones más altas en un índice de competencia social; seis meses después de haber sido asignados al azar a un grupo experimental; en el que se alentó a sus padres a reemplazar la televisión inapropiada por edad con la televisión educativa.

Con información de: ACN|NYTimes.com

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