Opinión

Comunicar, denunciar, opinar

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Comunicar, denunciar, opinar: Por Francisco Mayorga.- No pretendo filosofar, más bien aprender y asimilar ideas nuevas, cuando las haya. En teoría de la comunicación hay muchas tendencias y el “verdadero” periodismo está en permanente evolución, así como la sectorización de la ética y la legislación de prensa.

No calificó ni pretendo enseñar nada, pero el periodismo se ha diversificado de un modo alarmante y  pasmoso, tanto como los canales de difusión, haciendo mucho más fácil comunicar. Todos son potencialmente comunicadores, pero  periodistas en pleno ejercicio de la profesión, muy pocos. Una gran mayoría de estos se han convertido en “escritores” y prefieren que así los llamen,  en lugar de periodistas…

La pluralidad comunicacional requiere de más fuerza, de una mayor  multiplicidad de posiciones, de un mayor número de plumas, por supuesto, sin exclusiones. Comunicar con mayor sustancia, con conocimiento de causa.

Editorializo: Ser periodista no es simplemente una carrera universitaria, es una forma de ver la vida. Es hurgar en las causas de los males y las injusticias de una sociedad cada vez más compleja. Es una fuerza inquietante que impulsa la búsqueda de soluciones. Es un compromiso del que no es fácil escaparse y que hace que los sueños lleguen a materializarse.

¿Pero cómo?, con el cambio lento pero profundo de la mentalidad de los hombres. Con la apertura de posiciones contrarias que develen la verdad de las cosas y con la transparencia de los hechos sin otra intención que la honestidad. La objetividad debe ser uno de nuestros principios básicos.

Pero la función del comunicador social no debe limitarse sólo a la transmisión de información, porque sólo quedaría como un virtual repetidor de los ecos noticiosos. Por el contrario, debe generar a través de su trabajo la confrontación sana y amistosa que tenga como finalidad la solución concreta de los problemas, como por ejemplo, propiciar la movilización de las autoridades competentes para el buen funcionamiento de una escuela o un centro asistencial…

De allí el poder de la denuncia, vehículos del que se valen las comunidades y los más necesitados para intentar poner fin a su drama.

Y es entonces cuando aquel ciudadano crítico y pensante se convierte en un luchador social, en un periodista, desde cualquier plataforma y con la sola idea de cambiar un estado de cosas que perturban el sueño de una comunidad, o simplemente el sueño de un niño, de una madre o de cualquier hombre sobre la tierra.

Estos son los protagonistas. Eso quisiera, con el concurso responsable de reflexiones, como la suya, amigo lector y de otros que tengan la necesidad real de aportar conocimientos.

Yo sólo soy un periodista, pero reitero la potencialidad comunicacional de los ciudadanos y si me es permitido, todos contarían con un espacio para escribir sus opiniones, con valorada y segura publicación, así como también muchos otros que me han propuesto colaborar a través de sus artículos.

fmayorga

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