Opinión

Aconseja el beato José Gregorio Hernández

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Por:  Cora Paez De Topel

Una frase muy sencilla, de tan sólo tres palabras ¨ HAZ  EL  BIEN ¨ sintetiza el pensamiento y la acción del beato José Gregorio Hernández, el Médico de los Pobres,  elevado a los altares   el pasado 30 de Abril del 2021, por las virtudes que caracterizaron su vida  de cristiano ejemplar, sacerdote, profesor universitario, científico al servicio de Dios y de la humanidad.  Su imagen colocada en los altares de las iglesias de Venezuela con su traje de médico, muestra al pie en una pequeña lámina esa frase de tan hondo contenido,  para que reflexionemos que tan fácil  puede ser su aplicación si todos la pusiéramos en práctica.

Hacer el bien es algo a simple vista muy sencillo, que si la generalidad de las personas  lo practicaran,  el mundo sería otro, sin tanta maldad, tantas malas acciones, deseos de perjudicar a los demás sin detenerse a pensar los daños de tales actos.  No se trata de profesar una u otra religión, sólo que los Diez Mandamientos de la Ley de Dios sintetizan las reglas a cumplir de cualquier ciudadano que desee llevar una vida correcta.

El odio, el resentimiento, la codicia, la envidia, son males perjudiciales causantes de muchos daños a las personas y a la sociedad en cualquier región del mundo.  No es nueva la violencia  cuando se desatan las guerras en reclamo de un territorio que se considera propio y ha sido usurpado por otros.  Las dictaduras, la corrupción, los gobiernos inescrupulosos han existido desde siglos atrás por ese afán de poder, opuesto al deseo de compartir, o de distribuir lo que se posee en beneficio de otros.

El mal es contrario a la moral, daña las relaciones entre los seres humanos por las calamidades que trae consigo y los efectos perniciosos de sus prácticas.  En oposición al mal, el bien es una fuerza positiva que tiende un manto protector sobre las personas, aliviando las contrariedades de la vida, en las que dos fuerzas antagónicas oponen los designios de Dios a los del  Diablo.

No habría tantas necesidades  en el mundo si las riquezas de la tierra se repartiesen equitativamente, dándole a cada quien lo que le corresponde, porque no es justo que mientras unos atesoran millones, otros carecen de los bienes más esenciales:  la comida, las medicinas, la vivienda, el empleo, la seguridad  social, la educación.

Una personalidad como la del beato José Gregorio Hernández, comprometido con Venezuela durante toda su vida, como ser humano, como médico, como sacerdote, irradia una luz de esperanza a los habitantes de este país, cansados de tantos desmanes que han hecho de la Tierra de Gracia,  que visualizó Cristóbal Colón al arribar  a nuestras costas hace algo más de cinco siglos, la tierra de la desgracia de millones de pobres sin acceso a esos recursos maravillosos sembrados en nuestro suelo y en nuestras aguas.

La emigración de cinco millones de venezolanos a otros países en busca de mejores condiciones de vida, de jóvenes ansiosos de un porvenir más seguro, nos obliga a preguntarnos que pasó con nuestros recursos naturales.  Qué pasó con Petróleos de Venezuela que ahora nos cuesta tanto conseguir gasolina y  gasoil.   Que se hizo de nuestros recursos naturales, el agua, el gas, la luz.  Que pasó con nuestro signo monetario, el bolívar, que ahora está tan escaso. Pidámosle al beato José Gregorio Hernández que irradie su luz protectora para que nuestros gobernantes se dispongan a hacer el Bien, como él nos lo predica desde los altares.

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