Opinión

La vulnerabilidad de Venezuela

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La vulnerabilidad de Venezuela: Por Luis Fuenmayor Toro.- El Gobierno sigue empeñado en hacer mal las cosas. Tanta incapacidad asombra, pero realmente es el fruto de todo lo que han cultivado durante estos 20 años de gestión. Ya es posible decir, que los vaticinios hechos en relación con la puesta en vigencia del nuevo cono monetario fueron totalmente acertados. Este es uno de los gobiernos más sordo y soberbio de nuestra historia. Insiste en el error una y otra vez y pareciera no darse cuenta del daño que se hace incluso a sí mismo, a su precaria estabilidad; ni que hablar del perjuicio que le ocasionan a la gente, al pueblo en general, al país, cuyo sufrimiento aumenta y aumenta y parece que no se detendrá nunca.

Se les dijo que el lapso determinado para efectuar el proceso de reconversión monetaria era insuficiente, que recordaran la reconversión efectuada hace años, cuando se creó el bolívar “fuerte”, que requirió muchos meses de preparación, trabajo e información. No atendieron el consejo y con soberbia dijeron que la harían en el poco tiempo ya decidido. Tuvieron luego que efectuar las prórrogas que demostraban que procedieron equivocadamente, pero las mismas no fueron suficientes. Se denunció que los billetes no llegarían a tiempo en la cantidad requerida, y se les pidió de nuevo que postergaran el inicio de la reconversión. Contestaron que no y siguieron adelante. Se les volvió a decir, a pocas horas antes del inicio del proceso, que sólo habían entregado a la banca menos del 20 por ciento del efectivo necesario. Continuaron su marcha tozudamente, pese a la veracidad de las denuncias. El voluntarismo producto de la soberbia es la base de sus alocadas, absurdas y precipitadas decisiones.

¿Resultado? Lo que hoy todos estamos viendo: grandes multitudes en las agencias bancarias y cajeros automáticos, que no logran obtener el efectivo que necesitan para sus actividades diarias; los cajeros dispensando cantidades exiguas y los bancos reduciendo cada vez más los montos entregados a sus clientes. El desorden general producido por el nuevo cono es monumental, algo que no se produjo con la reconversión anterior, lo que significa que vamos de mal en peor. Hay sectores que no quieren aceptar los billetes del nuevo cono de baja denominación, entre ellos los transportistas, y los del viejo cono, que primero iban a ser eliminados abruptamente, al igual que el caso frustrado anterior del billete de “cien”, se decide luego dejarlo circular, pero el desbarajuste es tal que los particulares están decidiendo si los aceptan o no.

Es más, uno de los gobernadores emblemáticos del “proceso”, que se destaca por sus atrabiliarias actuaciones, decide de un día para otro no aceptar los billetes de 100 , ya mencionados, ni tampoco los de 500 bolívares fuertes, en los peajes viales que están en su jurisdicción, colocándose al margen de la ley y desacatando decisiones presidenciales. Es decir, hemos llegado a la situación donde cada quien hace lo que le da la gana, empezando por funcionarios gubernamentales de distinto nivel, sin que ello produzca ningún asombro ni se haga nada al respecto para regresar al orden necesario en el funcionamiento de toda sociedad.

Es más que claro de lo señalado, que el nuevo cono monetario no es capaz de hacer frente a la hiperinflación existente, por lo que ésta ya ha dejado atrás a varias de sus denominaciones y acabará haciendo obsoleto a todos los billetes nuevos en muy pocos meses, situación además que también se le señaló al gobierno de Maduro en forma oportuna. Sin duda, además de la soberbia que despliegan (juran que se la están comiendo), la profunda ignorancia que los caracteriza juega un papel muy importante en sus fracasos. Ni la soberbia ni la ignorancia son producto de la “guerra económica”, tampoco lo son de las sanciones contra el país. No son generadas por Marco Rubio ni por Donald Trump. Uribe, Santos y Duque no tienen nada que ver con estas “cualidades” de los líderes bolivarianos. Pero sin lugar a dudas los hacen muy vulnerables, y eso no sería un grave problema si no hicieran vulnerable también a la nación venezolana.

Desde Colombia se prepara un asalto contra Venezuela. No se sabe qué características tendrá, pero los movimientos internacionales apuntan en ese sentido. Estamos en el peor momento para enfrentar una agresión de ese tipo: un país profundamente dividido e internamente enfrentado, con una población en la miseria e ignorancia, muy penetrada culturalmente y unas fuerzas armadas que se destacan en la represión del pueblo que deberían defender. Negros nubarrones sobre Venezuela, que sólo la poca conciencia patriótica existente puede comprender. El problema no es que se lleven por delante a quienes nos desgobiernan, el problema es que en esa acción se llevaran por delante a toda la nación.

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