“Hombre religioso y muy honesto”, así definió en parte el arzobispo de Valencia, monseñor Reinaldo Del Prette a Alfredo Fermín en su último adiós.

Este insigne periodista neoespartano de nacimiento y valenciano de corazón, mente y alma se marchó con lo que cosechó: amor y cariño.

Colegas, amigos y la sociedad civil de su Valencia y de la entidad le brindaron un sentido homenaje y la misa en la funeraria donde fue velado.

Reseña El Carabobeño, con una de las plumas que lo acompañó por años cerca de su cubículo, la periodista Beatriz Rojas, “nuestra muñeca”, que ni el Covid-19 fue impedimento para brindarle este último adiós.

Alfredo Fermín en su último adiós

“Fue un hombre de fe, de honradez y de honestidad. Que el señor como buen pastor lo reconozca entre sus ovejas, lo monte sobre sus hombros y lo lleve a la morada del gozo eterno al lado de Dios padre”; manifestó un sentido monseñor Del Prette, quien fue su amigo.

Igualmente resaltó su gran trabajo periodístico en favor de la iglesia y la ciudad; en su defensa por verla mejor con su muy leída columna dominical “Hoy y después de Valencia”.

“Se ha quedado entre nosotros”

Sentidas palabras de personas que estuvieron muy cerca de él. “Alfredo Fermín se ha quedado entre nosotros para siempre. Su obra y su figura permanecerán como el más fuerte de los camorucos de nuestra amada Valencia, a la que él inventaba paso a paso, mientras caminaba por ella, y escribiendo sobre ella en su columna Hoy y Después en Valencia”; dijo José Napoleón Oropeza.

“Hoy Alfredo pasó a cumplir la pauta más importante que le ha tocado, que es la pauta con Dios”; manifestó Ruth Lara Castillo, secretaria general del CNP Carabobo.

“Un enamorado de Valencia”

“Alfredo fue una persona buena, un enamorado de Valencia, una persona que quiso esta ciudad tal como la quieren ustedes que la han vivido y padecido”; expresó la jefe de redacción de El Carabobeño, Carolina González.

“Estuvo lucido hasta el último minuto de vida, solo estaba muy triste. Debemos recordarlo como el hombre trabajador que era, como el gran amante de Valencia que fue”; resaltó González.

Tributo desde todos los sectores

Asimismo, personalidades ligadas al arte, letras, Universidad de Carabobo, gremios, partidos políticos, Alcaldía de Valencia y  amigos le brindaron ese último adiós a Alfredo, quien partió al descanso eterno y fue trasladado al cementerio Jardines de Paz en San Joaquín, donde recibió cristiano sepultura. Descansa en paz. Nos vemos.

ACN/MAS/El Carabobeño

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