Opinión
Adelantar la vacunación masiva del COVID-19
El total de muertes por covid-19 en Venezuela, hasta comienzos de abril 2021, es de 1.759 fallecidos, informó la vice-presidenta Delcy Rodríguez, agregando que el país sólo ha recibido hasta el momento 800 mil dosis de las fórmulas rusas Sputnik y China Sinopharm. Tras la llegada de la mutación brasileña se ha incrementado el número de contagios, por lo que decretar el confinamiento de la población y el cierre de los negocios no imprescindibles se hace necesario, con las consiguientes pérdidas económicas y malestar social.
De una manera terca y hasta cierto punto obtuso, el régimen ha estado empeñado en aplicar la inmunización masiva con dos antídotos cubanos: Soberana y abda, las cuales están todavía en período de prueba. La planta de la empresa socialista para la producción de medicamentos biológicos – Espromed Bio – requiere algunos ajustes antes de la fabricación, informó el ministro de salud, Carlos Alvarado. Menos del 2% de la población ha sido inmunizada, porque el régimen se había negado a permitir el ingreso de las vacunas producidas por los laboratorios con base científica, que aplican los países del primer mundo.
La dictadura finalmente entendió el riesgo que significa seguir perdiendo el tiempo con empresas no clasificadas y dio un primer paso para que Venezuela ingrese al fondo de acceso global para vacunas. En vista de eso, la vice-presidenta Delcy Rodríguez declaró recientemente que el gobierno pagó 64 millones de dólares, gracias a la liquidación de parte de la deuda, para cubrir un porcentaje adelantado de las vacunas, con lo que se podrá inmunizar a 20% de los venezolanos. Afirmó que cuando el país tenga dinero suficiente, se comprarán más vacunas.
Falta saber cuánto tiempo más habrá que esperar, bajo un régimen que no administra los recursos debidamente, puesto que la prioridad en estos meses debería ser poder cubrir la totalidad del costo de los medicamentos para inmunizar a toda la población. Las vacunas Johnson and Johnson, Pfizer, moderna, Astrazeneca son válidas, puesto que han sido validadas por la ciencia, al igual que la rusa Sputnik y la china Sinopharm. Desconfiamos, por otra parte, de la vacuna cubana que ni siquiera ha pasado la prueba de laboratorio.
La dictadura perdió tiempo que significa vidas, no invirtiendo los recursos desde el principio y no aceptando los informes de los científicos especializados. Basta ya de tanta politiquería, cuando se trata de salvar la vida de millones de ciudadanos expuestos al contagio de un virus que es mortal, si no se detiene a tiempo. La mayoría de nuestra población está traumatizada, temerosa de contraer la pandemia. Las semanas radicales causan trastornos en la población, no solo económicos, sino también depresión, angustia y miedo.
El covid-19, cual plaga maléfica llegó para quedarse, si no se ataca a tiempo. Es lo que están haciendo los países desarrollados con un plan de vacunación masivo, que extirpe el virus de una vez por todas. Invertir los recursos que se requieran para inmunizar a toda la población debería ser la tarea prioritaria del régimen, confiando en que así será.
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