Opinión
Abraham Agostini, un hombre humilde, con guáramo
Abraham Agostini, un hombre humilde, con guáramo: Por Alejandrina Salas.- Hace poco, Pedro A. Urruchurtu (@Urruchurtu) ante dudas sobre la actuación de Juan Guaidó, manifestó: “Usted está en todo su derecho de dudar. Es cierto. Sólo le recuerdo que la última vez que este país dudó demasiado, terminó en masacre en El Junquito; cuando se despejó la duda, ya era muy tarde”.
Esta cita me pareció apropiada para darles a conocer el relato biográfico de Abraham Agostini, ajusticiado en esa masacre, como me lo hicieron llegar sus familiares lo comparto con ustedes:
Abraham Israel Agostini Agostini nació el 23 octubre de 1984 en el estado Monagas. El segundo de 4 Hermanos y el único varón del matrimonio de Zeila y Juan Agostini. De niño siempre fue independiente, conversador, travieso, cariñoso y de muchos amigos. A la edad de 8 años sus padres se separan y empieza una nueva vida junto a su madre y hermanas en el estado Lara, donde se crió hasta la adultez. Fue una etapa muy crítica económicamente para la familia, pero gracias a la ayuda y colaboración de la iglesia Cristiana Evangélica pudieron salir adelante.
Con el tiempo sus hermanas y madre se mudan a trabajar y estudiar en Caracas, Abraham se mantuvo trabajando y produciendo tanto en Barquisimeto como en la capital de la República, aunque no logró cursar estudios superiores, era un hombre muy culto y de buenos modales. Ese tipo de personas con la que puedes amanecer hablando de cualquier tema, política, religión, geografía, historia, sin aburrirte. De apodo sus amigos le decían cariñosamente “Google”.
A la edad de 19 años se presentó al Batallón de Ingenieros Ferroviarios, a cumplir animosamente el servicio militar entre septiembre 2003 y septiembre 2004, ahí sufrió abusos y vejaciones, produciéndole una broncopulmonía que casi le cuesta la vida, por lo cual decidieron darle de baja por motivos de salud.
Luego de eso se dedicó a trabajar, ejerció diferentes oficios, como funcionario de seguridad, comerciante, chofer, escolta, moto taxi, taxista, albañil, servicios generales, hasta agricultor. Era un hombre humilde, con guáramo, realizaba todo oficio en el buen sentido de la palabra. Leal y protector con su familia y amigos. No hay una persona que lo haya conocido que no lo recuerde con mucho cariño y afecto, se ganaba el aprecio de la gente con mucha facilidad.
Era un enamorado y elocuente seductor, producto de sus grandes amores dejo 4 hermosas florecitas Bárbara, Josneydis, Gabriela y Adriana, que sin duda al verles sus caritas dejó marcada su expresión y rasgos de su personalidad.
A medida que la crisis de país empezó a agravarse, su inconformidad fue creciendo también, inició una lucha silenciosa apoyando las protestas y el cierre de calles en una posición de resistencia. Estuvo muchos meses arriesgándose en la calle, viendo como poco a poco arreciaba la violencia desmedida del Estado contra los primeros caídos y estudiantes. Llegaba a casa cargado de ira e impotencia al ver el sufrimiento del pueblo, era de los que agarraba medio mercado y lo embalaba en una caja para dárselo a la vecina viuda del barrio.
Indignado, tomo la determinación y preocupación de alejarse de la casa donde vivía, y decirle a su señora madre sin muchos detalles que se alejaba porque se entregaba a una misión bastante arriesgada para ayudar a salvar a Venezuela de la Tiranía. “Madre sino nos volvemos a ver aquí en la tierra nos vemos en el cielo con nuestro señor Jesucristo”. Abraham no era de estar metido en un templo religioso, pero tenía claro sus principios Cristianos.
Todos en la familia quedamos en shock al enterarnos esa mañana su participación de lucha junto al ex piloto Oscar Pérez y los otros héroes caídos del movimiento Equilibrio Nacional. Su vida fue arrebata a la edad de 33 años. Pero su salvación es eterna. Fue su última voluntad, el audio que le llegó a su mamá el 15 de enero de 2018, así lo confirmó, ya que se expresó muy tranquilo y sereno sobre lo que estaba aconteciendo. Su ancla de Fe cada vez que salía de casa era este versículo bíblico: “Y él dijo: Mi presencia ira contigo, y te daré descanso” Éxodo 33.14
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