Según El Vaticano, se agrava el estado de salud del papa Francisco tras sufrir una prolongada crisis asmática este sábado. En una nueva actualización del parte médico del papa, el Vaticano resalta que el estado del pontífice sigue siendo «crítico».
«Esta mañana el Papa Francisco presentó una crisis respiratoria asmática de magnitud prolongada, que requirió también la aplicación de oxígeno a flujos elevados», dice el comunicado de la santa sede.
La salud de Francisco empeoró este sábado después de que sufrió una crisis respiratoria asmática prolongada, que también ha requerido la aplicación de oxígeno a alto flujo.
Se agrava el estado de salud del papa Francisco: presenta además cuadro asociado a anemia
Medios internacionales reiteraron la información divulgada por El Vaticano en la que se asegura que se agrava el estado de salud del papa Francisco.
«Los análisis de sangre de hoy revelaron trombocitopenia, asociada con anemia, que requirió transfusiones de sangre. El Santo Padre permanece alerta y ha pasado el día en un sillón, aunque está más mal que ayer. En la actualidad, el pronóstico es reservado», detalla el boletín.
El pontífice, de 88 años, quedó ingresado el pasado viernes en el hospital Gemelli de Roma por sus problemas respiratorios. Tras estudios se reveló que la afección se debía a una bronquitis por infección polimicrobiológica a la que se sumó una neumonía bilateral.
No obstante, las fuentes señalaron que se trata de una neumonía localizada en determinados lóbulos o puntos del pulmón del papa.
Durante su pontificado, el pontífice argentino se ha referido en varias ocasiones a la posibilidad de renuncia después de la histórica decisión de Benedicto XVI, al explicar que «había abierto la puerta de los papas eméritos».
Las últimas horas del papa Francisco. El sufrimiento, conmovedor, de la despedida del Sumo Pontífice quedará para siempre en las imágenes de la última bendición. La respiración forzada. El gesto arrancado de una debilidad evidente. La voz temblorosa. El largo baño de multitudes. ¿Pero, qué ocurrió después?
Fuentes vaticanas confirman que el papa se despertó a las seis y se encontraba razonablemente bien. A las 7 empezó a encontrarse mal. Media hora después, exactamente a las 7:35, se comunicó el fallecimiento. Ahora se confirma que fue un ictus producido en el marco de un grave problema cardiocirculatorio.
Su cuerpo ya estaba debilitado por las infecciones respiratorias que habían provocado su ingreso en el Policlínico Gemelli. Las tres convulsiones sufridas entonces habían puesto en duda la posibilidad de recuperación y en esos días circuló el rumor de que en cuanto su estado mejorara un poco el Papa Francisco sería trasladado de nuevo a la Casa Santa Marta para enfrentarse en el Vaticano con la posibilidad de que el desenlace de la enfermedad fuera fatal para el Papa de gran corazón.
Se le había prescrito una convalecencia con ventilación asistida, y los médicos habían aconsejado el aislamiento. Pero el Pontífice siempre dijo que no pasaría ese tiempo alejado de sus compromisos. Y así fue: se produjo la sorpresa de Bergoglio entre los fieles, el recibimiento que no se le negó al rey Carlos de Inglaterra y, ayer mismo, el domingo, el encuentro con el vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance. Y aún el último baño de multitudes: los saludos, las bendiciones, las miradas y las sonrisas a los niños.
Hay quienes el domingo notaron una mayor rigidez, respecto a los días anteriores, en el brazo. Hay quienes vieron detrás del Pontífice a una persona que lo masajeaba. Quienes notaron una respiración aún más dificultosa.
Pero aquello en lo que el Papa Francisco, en el día de Pascua, quiso que el mundo pusiera atención y lo recordara no es un parte médico de una persona frágil y enferma que no quiso ahorrarse esfuerzos, sino el llamamiento por la paz y la humanidad que lanzó al mundo.
Así lo recordó el cardenal vicario para la diócesis de Roma, Baldassare Reina, en el anuncio de la muerte: «Lloramos al testigo del Evangelio, al pastor misericordioso, al profeta de Paz«.
Se despidió de sus fieles
Ayer domingo, luego de reunirse James David Vance, vicepresidente de Estados Unidos, Jorge Mario Bergoglio fue trasladado a la Basílica de San Pedro, donde le esperaban los miles de romanos, peregrinos y turistas.
«Queridos hermanos y hermanas, ¡Feliz Pascua!», dijo ante el júbilo de los miles de presentes. Tras estas palabras, el Santo Padre dejó que el discurso lo leyera el maestro de ceremonias monseñor Diego Giovanni Ravelli.
Tras impartir la bendición Urbi et Orbi, el Papa dio una nueva sorpresa al subirse al papamóvil, algo que no hacía desde hace meses, para saludar a todos los fieles presentes en la Plaza de San Pedro y en el comienzo de la contigua Vía de la Conciliación. Como si de su despedida se tratara, saludó a todos los presentes.