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La insolente injerencia y el humo blanco de Dominicana

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La insolente injerencia y el humo blanco de Dominicana

La insolente injerencia y el humo blanco de Dominicana: Por César Burguera.- La inaceptable injerencia. Sucede con frecuencia en las sociedades que después de portentosos esfuerzos realizados con éxito en el logro de las metas fundamentales como lo representa el rescate de nuestra independencia, la consolidación de nuestra soberanía, se asoman al panorama de la nueva República aquellos que escudados en partidos políticos de oposición buscan desesperadamente las retribuciones representadas en la conquista del poder. Conciben a la Nación como una suerte de impresionante archipiélago de subalternas apetencias. Se llega a regar la sangre y se fracturan incalculables riquezas materiales, por obra de precarios adalides deseosos de encender la fogata de sus ambiciones. Son los mismos que llegan a renegar de aquellas iniciativas de hondo contenido social que se quedaron lamentablemente tendidas, con la figura de Ezequiel Zamora en los difíciles y truncos caminos de la Federación. Quieren propagar o extender un liderazgo trashumante dentro de desarticulados grupos o partidos, que se exhiben como inagotable fuente de estancamientos conceptuales. Son los que promocionan entre compatriotas, la violencia y el pugilato, devoradores de vidas, con el agravante de no haber regado hasta hoy una gota de sangre para la defensa de nuestro patrimonio geográfico, en la hora del infamante despojo. Por el contrario, la indolencia con respecto a la integridad llega al extremo irracional de glorificar a quienes entregaron condescendientemente extensas porciones de territorio patrio, mientras se ofende en la actualidad a un gobierno que conjuntamente con sus fuerzas armadas protagonizan el gesto viril de defenderlo. Dentro del patético cuadro de crisis absoluta dentro del sector opositor, llega a perderse pronto la noción de lo permanente, a menospreciarse las orientaciones de auténticos valores de la nacionalidad y, como consecuencia buscan afanosamente el debilitamiento o sumisión del país, a disminuir en altura y extensión el lógico pedestal de nuestros héroes. Pero lo más grave consiste en la brusca reaparición de los conquistadores. No son en este caso los adelantados en procura de encomiendas y reparticiones. No son los aventureros seducidos por la existencia ilusoria de El Dorado. Se trata, simplemente, de quienes llegaron en pos de las riquezas petroleras. No visitan la región con la Cruz como esperanza de salvación ultraterrena. Se presentan con el madero preparado de antemano para la rápida iniciación de un prolongado calvario nacional. Ya no nos consideran como súbditos de España, pero si, en cierto modo, de imperios económicos cercanos. El archivo de Indias, despojado oportunamente de la arbitraria atribución de redactarnos la historia, quieren sustituirlo por los archivos de prepotentes metrópolis hemisféricas, cuyos Capitanes Generales exhiben ahora la flamante denominación de Embajadores o simplemente Secretarios de Estado.

El consumado diálogo. En República Dominicana se llevó, con sonoro éxito, en un insustituible ambiente de cordialidad y emoción, el aguardado encuentro entre la comitiva del gobierno nacional con los designados representantes de la oposición para sellar los definitivos acuerdos producto de las innumerables deliberaciones y encuentros que caracterizaron esta prolongada jornada de sincero diálogo. Todo este auspicioso recorrido contó con la celosa supervisión de ex mandatarios, de cancilleres participantes en el impostergable proceso de búsqueda de coincidencias, pero sobre todo con el protagónico papel que ejerció el presidente caribeño, Danilo Medina. En la sede de la cancillería se producía el histórico hecho. Y es que se lograba la redacción de un acta donde se plasmaba los puntos acordados  por cada una de las delegaciones, que sin reserva procedieron a colocar su rúbrica en aquel histórico oficio. Danilo Medina con válida satisfacción y complacencia, anunciaba con regocijo “Tan solo queda por definir algunos pequeños detalles, el próximo lunes seremos orgullosos testigos de la esperada alianza entre la oposición y el gobierno de Venezuela”.

Guacara y su sabatino caos. La improvisada implementación del sistema de recaudación, la falta de una debida información por parte del ejecutivo regional al usuario, decantó en un verdadero caos en el peaje ubicado en el municipio Guacara. Interminables colas de vehículos, el válido reclamo del usuario de la principal arteria vial del país, por la abusiva cuota de 5 mil bolívares, mientras que otras entidades federales se cancela 200 bolívares por unidad y se compensa con el debido impuesto a las unidades de carga pesada. Todo era anarquía, los funcionarios no tenían la debida respuesta al vendaval de reclamos, en vespertinas horas y agotados por las incesantes quejas, surgió una desesperada y nerviosa voz gubernamental regional  ordenando que se paralizara la arbitraria recaudación y se abriera canal libre al inmenso caudal de automóviles. Sugerimos la pronta revisión de esta inconsulta medida. Por otro lado la semana próxima daremos los nombres de quienes se esconden detrás de privadas empresas que se lucran de la recaudación de los peajes carabobeños y que en épocas recientes abiertamente promovían  la Guarimba y las fallidas solicitudes de plebiscitos para remover al gobierno revolucionario.

La ineludible renovación. Los principales partidos políticos de la maltrecha oposición ante el temor de un nuevo y categórico revés electoral en los comicios municipales, prefirieron la oportuna huida y su único alegato en la rauda carrera fue el anunciar que procedían, hasta de manera caprichosa e insolente, a retirar sus respectivas tarjetas. Ante la deliberada ausencia en las convocadas elecciones de carácter local, surgió desde el seno de la soberana ANC, un decreto donde de manera expresa ordena al CNE la elaboración de un cronograma para la renovación de inscritos de aquellas organizaciones partidistas que no quisieron someterse al escrutinio electoral. El máximo órgano comicial del país acataba la constituyente decisión y convocaba a los partidos AD, PJ, VP, Puente y MUD a someterse, sin mayores dilaciones, al proceso de renovación, fijando las fechas del 27 y 28 de enero para que las estructuras partidistas procedieran a la recolección de firmas a través del automatizado y biométrico procedimiento. La finada VP y Puente no acudieron al sincero llamado a relegitimarse, mientras que el TSJ a través de su sala Constitucional suscribía el acta de defunción del partido MUD, ya que su fraudulenta conformación contrariaba la prohibición de la doble militancia. Ante el desolador  escenario opositor, quedaban AD y PJ. Arribaba la cita y la tolda blanca lograba su ansiada renovación en 18 entidades federales, mientras que PJ, ante la sorpresa, desconcierto y consternación de su “sólido” liderazgo, tan solo llegada a relegitimarse en 3 estados. “Definitivamente nos han abandonado” exclamaba afligido un famélico Henrique Capriles.

El llanto justiciero. Ante el descalabro electoral de PJ en la jornada de renovación, han surgido algunos de sus improvisados dirigentes solicitando al CNE que les otorgue otra oportunidad y nuevas fechas para cumplir con la obligación de recabar un minúsculo 0.5% del REP en al menos 12 entidades federales. Manipulando cifras y esgrimiendo derogados reglamentos, acusan al órgano comicial de ser el despiadado verdugo de los postulados y proclamas de PJ. Ante semejante aseveración, surgen interminables interrogantes, ¿No se jactaban de ser la primera fuerza opositora del país?, ¿No son la principal fracción parlamentaria opositora dentro de la AN?, ¿Como entonces explicar que tan solo obtuvieron su validación en 3 estados? De manera responsable el CNE ha cumplido con su labor. La  verificación de los resultados del proceso renovador lleva consigo el fin del tránsito partidista de PJ. En las espaciosas oficinas capitalinas del extinto partido sólo se escucha el atormentante eco de la incesante queja, del resignado chillido. “Estamos acabados, fuimos nuestros propios destructores” vocifera sollozante un desconsolado dirigente, quien es el encargado de cerrar la puerta del oscuro recinto. Y esa es la verdad.

¡Puro amor!

República Dominicana le correspondió ser sede  e insustituible testigo. Arribaba el aguardado acuerdo, producto de interminables encuentros. Se producía la alianza. El diálogo había alcanzado el supremo objetivo. El gobierno nacional y la oposición hallaron la necesaria coincidencia. El mandatario caribeño  anuncia el pacto de convivencia y cohabitación entre los amplios sectores de la Nación. En la elocuente gráfica se exhibe la plena satisfacción. Las emociones se entrecruzan y surge espontáneamente el apretado abrazo y sincero saludo. En la mesa quedaban estampadas las diferentes rúbricas de las delegaciones en un histórico oficio. Quedaba sellado el definitivo entendimiento

ACN/Notitarde

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Jueves Santo: origen, significado y por qué se conmemora en Semana Santa

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Jueves Santo: origen, significado y por qué se conmemora en Semana Santa-Agencia Carabobeña de Noticias – ACN – Opinión
Foto: Cortesía
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La iglesia católica explica el origen, el significado y el por qué se conmemora el Jueves Santo en Semana Santa.

Según el portal As.com, este día se comienza el Triduo Pascual, el periodo durante el cual la liturgia conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Constituye el momento central de la Semana Santa y del año litúrgico.

La Última Cena

En el Jueves Santo el cristianismo conmemora la institución de la Eucaristía en la Última Cena, el lavatorio de los pies y la oración; en el huerto de Getsemaní. Según relata la Biblia, la Última Cena es el momento en el que Jesús se reunió con los doce apóstoles para despedirse de ellos; antes de su muerte. Además, durante esta cena les anunció que uno de ellos le traicionaría, dando a entender que era Judas Iscariote.

Jueves Santo: origen, significado y por qué se conmemora en Semana Santa

Los Evangelios narran asimismo que durante esta reunión Jesús realizó un lavatorio de pies a todos sus compañeros. Un gesto que para la Iglesia es un símbolo de entrega a los demás. No obstante, el momento más relevante de la Última Cena; es el que la Iglesia considera como la institución de la Eucaristía; uno de los siete sacramentos para los católicos.

Institución de la Eucaristía

Este hecho se produce cuando Jesús toma el pan, lo parte y lo reparte entre los comensales diciendo: “Tomad y comed todos de él; porque este es mi cuerpo, que será entregado por vosotros”. A continuación toma un cáliz lleno de vino y dice: “Tomad y bebed todos de él; porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna. Que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados”.

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Y concluyó: “Haced esto en conmemoración mía”. Esta última frase es interpretada por la Iglesia como la institución del Orden Sacerdotal, otro de los siete sacramentos.

De esta manera, la misa del Jueves Santo se consagra al éxito en la muerte de Cristo, que habría dado su vida para salvar a la humanidad de sus pecados. Según detalla la agencia de noticias católicas Aciprensa, esta fecha se debe celebrar “lo más solemnemente posible. Los cantos,  mensajes y los signos, no debes ser ni tan festivos; ni tan jubilosamente explosivos como la Noche de Pascua”.

Con información de ACN/As.com

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