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Arturo Uslar Pietri escritor y político venezolano con un legado literario
Arturo Uslar Pietri, escritor y político venezolano del siglo XX, alcanzó una prominencia insuperable después de Rómulo Gallegos. Su obra cumbre, «Las lanzas coloradas» (1931), presentó una contribución significativa a la arraigada tradición hispanoamericana del «realismo mágico».
De ascendencia alemana por parte de su padre, Arturo Uslar Santamaría, y descendiente de corsos afincados en el estado Sucre por parte de su madre, Helena Pietri Paúl, Uslar Pietri provino de una familia con profundos lazos históricos y militares. Tanto su padre como su abuelo fueron generales en el ejército venezolano, con antepasados que participaron activamente en la guerra de Independencia.
Este linaje marcó su identidad y, desde joven, Uslar Pietri se dedicó a una carrera política, desempeñando diversos cargos públicos, incluyendo tres ministerios y la Secretaría de la Presidencia de la República.
La formación y influencias de Arturo Uslar Pietri
Educado en el Colegio Federal de Maracay y el Liceo San José de Los Teques, Uslar aprovechó su conexión con los círculos del poder gomecista para obtener una perspectiva privilegiada sobre la personalidad de Juan Vicente Gómez. Esta experiencia influyó en sus relatos y, especialmente, en su destacada novela «Oficio de difuntos» (1976).
En 1924, regresó a Caracas y se sumergió en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela. Su incursión en la escritura comenzó cuatro años antes, cuando publicó sus primeros textos en la prensa. En la capital, se relaciona con los escritores venezolanos, Fernando Paz Castillo y Miguel Otero Silva, fundando la revista Válvula en 1928, que resonó con las vanguardias europeas.
La estancia de Uslar en París entre 1929 y 1934, como agregado civil en la legación venezolana, fue un periodo crucial. Allí, se vinculó con escritores y artistas, como Paul Valéry y André Breton, y descubrió las nuevas corrientes literarias de Asturias y Carpentier. Esta experiencia influyó en su obra y le permitió ser un precursor del «realismo mágico». Su primera novela, «Las lanzas coloradas», publicada en 1931, abrió la puerta a la literatura venezolana novelística reconocida mundialmente.
Entre la crítica y el reconocimiento
De vuelta en Caracas, Uslar continuó su carrera literaria y política. Su artículo «Sembrar el petróleo» (1936) se convirtió en un llamado para aprovechar de manera responsable el petróleo venezolano. Durante la IV República (1958-1998), mantuvo una postura crítica y distante hacia el poder, ejerciendo su influencia a través de sus escritos en el diario El Nacional y programas televisivos.
El exilio en Nueva York de 1945 a 1950 fue un periodo productivo para su obra literaria, destacando novelas como «El camino de El Dorado» (1947) y ensayos sobre la economía venezolana. Su actitud crítica persiste, especialmente frente al populismo, y sus opiniones eran ampliamente respetadas en Venezuela.
El reconocimiento a Uslar Pietri fue notable. Aunque no obtuvo el Premio Cervantes, fue galardonado con el prestigioso Rómulo Gallegos y el Premio Príncipe de Asturias en 1990. Su legado, tanto literario como político, ha dejado una huella imborrable en la historia venezolana.
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