Hombre & Mujer

Libros que dejan ampollas mentales

Published

on

Compartir

Incendiarios con quemaduras permanentes

Hay una clase de libros que no sientan bien a todo el mundo. Por su contenido, su forma o sus posturas hacia temas sensibles, son títulos que algunos rechazan;  o que, incluso, querrían ver fuera de las librerías.

Sin ir más lejos, este año hemos vivido la polémica sobre “A propósito de nada”;  las memorias de Woody Allen, cuya publicación ha sido muy criticada; (a la vez que muchos han alabado la manera en la que el director pasa revista a su vida); por las acusaciones de abuso a su hija cuando era menor de edad.

Sin embargo, hay muchos más títulos que siguen provocando reacciones enfrentadas.

La política es uno de esos campos de batalla; que hace que algunas obras tengan tantos detractores como defensores, incluso en la literatura.

Cuando Martin Amis, escritor que ha vivido en su carrera no pocas polémicas, publicó Koba, el temible, recibió críticas por su equiparación del comunismo y el fascismo, que incluso le enfrentó públicamente con su amigo, el periodista y ensayista Christopher Hitchens.

España de mierda

En otras ocasiones no hizo falta ni siquiera leer el contenido de una obra. La novela de Albert Pla “España de mierda” provocó reacciones airadas solo por su título, sin reparar en su historia de un músico y su representante de gira por la geografía nacional.

La religión es otro de esos temas sensibles que hacen que se disparen las alarmas de determinados sectores cuando su doctrina es cuestionada.

Michel Houellebecq, otro de esos autores que está acostumbrado a crear discusiones a su paso, ofreció en Sumisión una visión de Francia en la que el Islam se instauraba como religión dominante a través del triunfo de un partido político islamista que vencía a la extrema derecha en las elecciones.

En La puta de Babilonia, el colombiano Fernando Vallejo teje un recorrido por la parte más oscura de la Iglesia católica no exento de ferocidad.

Violencia, crimen y drogas

En otras ocasiones, la descripción de una vida relacionada con la violencia, el crimen o las drogas también hace que muchas cejas se arqueen, especialmente si se trata de historias reales.

El relato de Christiane F. como prostituta y yonqui adolescente causó conmoción en Alemania, mientras que las memorias de un proxeneta como Iceberg Slim en Pimp muestra el lado más crudo de la sociedad estadounidense.

El caso de Nada, la novela de Janne Teller, es distinto. A través de la historia de un niño que abandona el colegio porque la vida carece de sentido para él, plantea una serie de cuestiones existenciales que en distintos países hicieron saltar las alarmas, especialmente por ser tratados desde la perspectiva de la infancia.

ACN/ElPáis

No deje de leer: Gasolina un detonante que no prende en Venezuela

Lo más leído

Salir de la versión móvil