Política
Felipe Gonzalez no se retrata en grupo con socialistas de Rodrigo Zapatero
Felipe González no se retrata en grupo con socialistas de Rodríguez Zapatero: Por Coromoto Álvarez.- La crónica trasatlántica revela que el liderazgo del ex presidente Felipe González, no se retrata en grupo con quienes aplaudieron a Rodríguez Zapatero en la escuela de buen gobierno del Partido Socialista Obrero Español.
El ruido silencioso en el PSOE cogió fuerza con los ausentismos escolares del estadista González, del ex secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba, del jefe del govern valenciano Ximo Puig, del presidente autónomo de Asturias Javier Fernández y de los seguidores de Susana Díaz en Andalucía, tema controversial que se traduce en resta sensible para la reconquista de La Moncloa por parte del actual secretario general de la organización Pedro Sánchez.
Testimonios y análisis sobran entre pensadores europeos y de la Venezuela refugiada en España, para denunciar y desenmascarar el comportamiento antidemocrático de Rodríguez Zapatero en sus breves y largas apariciones en las cortes palaciegas de Caracas, La Habana y La Paz avalando regímenes dictatoriales que emplearon sus buenos servicios a cambio de una buena pasta.
En este planeta donde todo se sabe a través del empuje de las redes sociales y de otros medios con las luces de la computación y la cibernética, resultaría imposible esconder las andanzas del exmandatario andaluz que en cada fotografía aparecía al lado de los dictadores Fidel Castro, Raúl Castro, Evo Morales y últimamente junto a Nicolás Maduro con una sonrisa cínica que le delataba, muy parecida a la del actor cómico inglés que encarna la figura de Míster Bean y a las muecas de los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez al término de cada una de sus bravuconadas con plomo del grueso contra el sistema democrático.
Mientras a Felipe González se le negaba ver y abogar por la libertad del preso político Leopoldo López y de otros perseguidos en Caracas, y en Cuba eran expulsados los ex presidentes Jorge Quiroga de Bolivia y Andrés Pastrana de Colombia, Rodríguez Zapatero entraba al palacio de Miraflores como perro por su casa a fin de cumplir el contrato firmado entre él y las tiranías iberoamericanas, sin obviar desde luego sus antiguas conexiones con los expresidentes corruptos Cristina Fernández en Argentina, Lula Da Silva en Brasil y Rafael Correa en Ecuador, un verdadero escuadrón de déspotas con la soga al cuello.
En las aguas marinas y submarinas del Nuevo Mundo no hizo falta que navegantes opositores demandaran la expulsión de Zapatero del PSOE y de la barca de San Nicolás. Correspondió a Felipe González advertir, tanto más cuanto que Zapatero asumía el presunto rol de mediador en la querella venezolana, el régimen aumentaba el número de prisioneros disidentes antes que se le escapara el ex alcalde mayor Antonio Ledezma, en una jugada magistral para meter un golazo entre las piernas del arquero ineficiente, rodilla en tierra.
-Cuantas veces haya que arrimar el hombro a Rajoy hay que hacerlo- apostilló Zapatero en el cónclave madrileño, pero uno no sabe si perdió papeles del libreto al cambiar el apellido de Maduro.
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