El hecho ocurrió a una treintena de kilómetros de Bucarest, la capital rumana, donde dos enormes explosiones han sacudido una gasolinera de gas licuado.
El ministro rumano de Sanidad, Alexandru Rafila, confirmó la muerte de una persona y habló de una posible segunda muerte. Se teme que el número de víctimas mortales aumente, pues varias personas están en estado crítico, con graves quemaduras.
«La inmensa mayoría de las víctimas son miembros de los equipos de rescate. Cuatro de los heridos han sido trasladados a hospitales de Italia y de Bélgica», anuncia el primer ministro, Marcel Ciolacu.
Más de 3000 vecinos en un radio de 800 metros alrededor de la estación de servicio han sido evacuados. El retiro de las personas comenzó después de que al menos una casa particular se incendiara.
«Más de veinte vehículos de los bomberos intervinieron para apagar el incendio y evacuaron a los habitantes en un radio de 700 metros», indicó la Inspección para las situaciones de emergencia, en un comunicado.
La gasolinera tenía 6 depósitos de 10 000 litros de combustible cada uno.
En el lugar se escucho una enorme explosión, llamas y gritos de horror. Las imágenes del desastre parecen apocalípticas.
La Fiscalía General ha iniciado una investigación por posible delito de destrucción intencional de bienes. Las autoridades no descartan un móvil criminal.