Economía

Aprendiendo de otros países: Cómo la diáspora puede transformar la economía venezolana

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Alfonso Riera, director de Front Consulting Group, compartió importantes reflexiones sobre dos fenómenos que están redefiniendo el panorama empresarial en Venezuela: la intrainmigración de negocios y la creciente interacción con la diáspora venezolana.

Riera describe la intrainmigración como un fenómeno en el que empresarios del interior del país están expandiendo sus exitosos negocios de manera acelerada, buscando abrir tiendas en diferentes regiones.

“Es un movimiento que parece estar ocurriendo con gran fuerza”, comentó Riera, enfatizando que este fenómeno no es social, sino estrictamente empresarial.

Sin embargo, observa una diferencia en el comportamiento de los empresarios caraqueños, quienes no están replicando el mismo interés por abrir sucursales en el interior del país.

Esto, según Riera, deja un gran espacio por aprovechar en las provincias.

En cuanto al flujo de empresas del interior hacia Caracas, Riera identificó las ciudades más activas en este intercambio, incluyendo por su cercanía Maracay, Valencia, pero también Maracaibo, Margarita y Lechería.

Pese a que el interés es creciente, los movimientos siguen siendo lentos y limitados.

“Los empresarios caraqueños también deben mirar hacia el interior, donde hay un potencial significativo que todavía no se ha explotado”, dijo.

Asimismo, mencionó que de Caracas hacia afuera, por la logística y cercanía, también las ciudades cercanas son las primarias.

«No es lo mismo llevar una mercancía a Puerto Ordaz, Margarita, que llevarla a Maracay o Valencia, así que las ciudades apetecidas son Maracay y Valencia pero lo están haciendo muy lento y muy poco».

 

La diáspora venezolana: Un país en el extranjero

Otro aspecto destacado por Riera es la diáspora venezolana, que se estima entre 6 y 7 millones de personas, superando las poblaciones de países como Panamá y Costa Rica.

“Este es un país entero de venezolanos que viven fuera, y que están enviando remesas que oficialmente superan los mil millones de dólares”, explica.

Sin embargo, Riera sugiere que esta cifra podría ser incluso 4 o 5 veces mayor en términos no oficiales.

Las remesas se están transformando en un motor económico que impulsa el gasto en Venezuela, lo que a su vez repercute directamente en el comportamiento del mercado.

Aprendiendo de la experiencia de otros países

Riera enfatiza la necesidad de aprender de otros países que han manejado situaciones similares con su diáspora, como República Dominicana y varios países centroamericanos.

En El Salvador, por ejemplo, el 20% de las franquicias son adquiridas por miembros de la diáspora que desean invertir en su país de origen.

Tenemos mucho que aprender de este modelo para maximizar la interacción económica con nuestros hermanos lejanos”, añadió.

«O sea que es una cantidad de dinero muy importante la que está entrando en Venezuela por parte de las remesas, y ese dinero para el gasto. Es decir, la recibe el venezolano y la gasta en lo que necesite».
Consideró el director de Front Consulting Group, que ese dinero está parado en las tiendas y los recursos venezolanos. «Pero hay que aprender también de los mercados que ya tienen muchos más años que nosotros, conviviendo con la diáspora:
Dígase República Dominicana, Centroamérica como El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, que primero las remesas representan un factor, en algunos casos el más importante, del PIB nacional».
Enfatizó que las remesas de esos hermanos lejanos, -como él los llama-, ya se está dando mucho en esos otros países, y en Venezuela ojalá que no escape, pero aprendamos a hacerlo de manera más detonada».
«El 20% de las franquicias que se otorgan en El Salvador, por parte de las empresas franquiciantes salvadoreñas, los que las adquieren son los hermanos lejanos, que adquieren ese negocio para montarlo en El Salvador, para que su hermano que quedó en El Salvador, su primo, su amigo, su vecino, la atienda y son socios».
«El 20% de los inmuebles que se venden en Guatemala, Honduras y El Salvador, los compradores son los hermanos lejanos. Que además ya tienen acceso a crédito, crédito a largo plazo, con tasas de intereses obviamente universales, y lo hacen o por inversión o para que viva la mamá, la abuela, el tío o el papá. Así que la diáspora puede ser un factor no solamente de entendimiento social, sino de entendimiento de interacción económica y hay que aprender de ello».

Con miras hacia el futuro, Alfonso Riera invita a los actores económicos a aprovechar estas dinámicas, tanto en la diáspora como en la intrainmigración de negocios, para fomentar un crecimiento sostenido que beneficie a Venezuela en su conjunto.

 

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