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Descubre el lenguaje corporal perfecto para seducir

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¿Sabías que el lenguaje corporal para seducir lo ponemos en práctica en más de una ocasión sin darnos cuenta? Pues sí, de hecho, la comunicación no verbal tiene una relevancia muy alta.

¿Podemos imaginarnos cómo sería comunicarnos con alguien sin usar los gestos, la mirada o los movimientos del cuerpo? El efecto no sería el mismo; por eso, en el momento de conocer a alguien su importancia aumenta.

Muchos son los expertos en lenguaje corporal que afirman que este llega a tener un peso de hasta un 70 % en la comunicación. Por lo tanto, estaremos de acuerdo en que nos puede ayudar, pero también perjudicar.

Un gesto inadecuado o una muestra de nerviosismo evidente puede echar por tierra toda posibilidad de seducir.

El lenguaje corporal para seducir

Dado que el lenguaje corporal tiene una gran importancia, ya que ofrece mucha información sobre nosotros mismos, es evidente que no podemos ignorarlo. Está claro que en el momento de intentar seducir a otra persona los nervios pueden aparecer, además de las inseguridades. A pesar de todo esto, podemos corregir nuestro lenguaje corporal.

Tan solo necesitamos ser conscientes de esta herramienta que tenemos y a la que no le solemos prestar atención. Pues ¿alguna vez nos hemos dado cuenta de dónde tenemos colocadas las manos cuando hablamos con una persona que nos gusta? Tocarse el cabello o la barbilla de manera insistente; tener algún tic… ser conscientes es el primer paso para que el lenguaje corporal para seducir nos ayude.

Al igual que podemos eliminar ciertas muletillas en las que nos apoyamos para hablar o usar un tipo de lenguaje (o frases) concretas para intentar seducir a otra persona; podemos hacer lo mismo con el lenguaje corporal. No obstante, no se trata de algo sencillo de lograr y es necesario practicar lo que todos conocemos como «ensayo y error». Tras varios intentos, nos va a salir bien.

Claves en el lenguaje corporal

Mantener el contacto visual

Para usar el lenguaje corporal para seducir es fundamental mantener el contacto visual tanto cuando hablamos; con la otra persona como cuando la escuchamos. Hacerlo nos permite demostrar que nos sentimos seguros y que le prestamos plena atención a quien tenemos enfrente. Evitar la mirada nunca sería una gran arma de seducción.

El cuerpo debemos orientarlo hacia la otra persona

Además del contacto visual, es importante que nuestro cuerpo se encuentre orientado hacia la otra persona. A veces, puede que los nervios nos traicionen y que nos giremos como si quisiéramos huir de la situación en la que nos encontramos. Recordemos que la comunicación no verbal puede quitarle valor a lo que decimos. Por lo tanto; debemos cuidar la orientación del cuerpo.

Las manos deben estar libres

Cuando estamos nerviosos, no sabemos muy bien dónde poner las manos. Esto nos genera incomodidad y hace que usar el lenguaje corporal para seducir sea un total desastre. No obstante; podemos usarlas para aumentar nuestra expresividad al hablar con la otra persona evitando meterlas en los bolsillos o juguetear con algún objeto que pueda dejar en evidencia los nervios.

Nunca se deben cruzar los brazos

Cruzar los brazos es un error en toda regla al funcionar como una barrera cuando lo que queremos es ser más cercanos con la otra persona. Por lo tanto; debemos evitar esto e intentar que los brazos se puedan mover con libertad y de manera natural. Si los posamos sobre la mesa o la barra del bar de forma mecanizada, esto puede jugar en nuestra contra en el momento de seducir.

Nuestro cuerpo dice más que nuestras palabras

Aunque a nosotros nos preocupe cómo usar el lenguaje corporal para seducir; nos estamos olvidando de que en el momento de estar con la persona que nos gusta nosotros mismos estamos analizando su comunicación no verbal.

Al final, como bien dice el refrán, «las palabras se las lleva el viento». Sin embargo, lo que decimos con el cuerpo perdura y transmite. Por ello, no hay que desmerecer su importancia.

Una postura que transmita seguridad y confianza, una mirada que demuestre que la otra persona nos interesa y que no tenemos miedo a la interacción… todo esto seduce más que una frase de película o que todo el mundo dice.

Cuidar el lenguaje corporal para seducir requiere trabajo, pero se puede conseguir. Nos quedamos con esta frase de Peter Drucker que nos parece muy acertada; «lo más importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice».

ACN/Mejor con Salud

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