Opinión

26 de octubre, natalicio de un Santo

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En el sentir del pueblo venezolano, en la creencia de los católicos, José Gregorio Hernández siempre ha sido un Santo, un modelo de vida cristiana muy cercano a nosotros, muy nuestro, un hombre contemporáneo,nacido en Venezuela, que supo llevar una vida normal pero regida por los dictámenes que Jesús nuestro Dios nos dejo en la Biblia.  Era conocido como un profesor culto (hablaba español, francés, alemán, ingles, italiano, portugues,  dominaba el latin, era músico y filósofo, exigente y se caracterizaba por la puntualidad en el cumplimiento de sus deberes profesorales. Un verdadero hombre ejemplar, un venezolano como los muchos hombres y mujeres de recto proceder y honesto comportamiento que han nacido en esta bendita tierra de gracia aun cuando permanecen  anónimo para  la mayoría del pueblo son dignos de admiración en su comunidad y en su entorno familiar.

Como sabemos, la Santa Sede es muy estricta en cuanto a los pasos necesarios para la beatificación. El más importante, que fue la declaración de las Virtudes heroicas es decir, el reconocimiento de la santidad de vida del Dr. José Gregorio Hernández, que se dio el 16 de enero de 1986. Pero aún faltaba uno fundamental que era el milagro verificado y reconocido como tal por la Santa Sede.

Para que una curación sea admitida como verdadero milagro, es absolutamente necesario que sea instantánea y total, no explicable desde el punto de vista médico. No basta una curación lenta y
progresiva, ni incompleta o parcial. Tampoco una curación sorprendente cuando se han aplicado los oportunos tratamientos médicos, es necesario que el enfermo, de ser posible, y sus allegados hayan invocado expresamente la intercesión exclusiva del Dr. José Gregorio Hernández para obtener de Dios misericordioso la gracia de la sanación. Es decir, la gracia de la curación debe ser fruto de la oración comunitaria de una familia, de unos vecinos, de una comunidad religiosa. La oración individual es muy buena; sin embargo, para autenticar un milagro se requiere el testimonio de muchas personas, y eso se consigue con la oración comunitaria. No basta el testimonio de una sola persona.

Hay que recordar que José Gregorio Hernández es un modelo perfecto de la unión entre la fe en Dios y la ciencia.

Murió de forma trágica, el 29 de junio de 1.919 al golpearse la cabeza con el borde de la acera a consecuencia del impacto con un automóvil, en la esquina de Amadores, La Pastora,  Caracas. Sus restos reposarón en la  Iglesia Parroquial de La candelaria  ubicada en el centro de la ciudad de Caracas, después de estar por mucho tiempo en el Cementerio General del Sur, y desde este 1 de mayo de 2021 en las arquidiocesis y Diosecis del pais una reliquia de nuestro Beato Venezolano permanecerá cerca de sus devotos. En nuestra Valencia el antiguo templo de San Francisco en el centro, fue convertido en el  Santuario de Jose Gregorio Hernandez y San Francisco donde se encuentra el relicario de nuestro medico de los pobres. Alabado sea Dios, sigamos el ejemplo de Jose Gregorio un laico comprometido con la fé catolica que vivió en santidad haciendo el bien al prójimo.

Delia Berástegui de León

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