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Pablo Aure: El carro de Drácula

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Mientras sigamos con mentalidad populista y nos entusiasmemos aplaudiendo shows de gobernantes, estaremos condenados a permanecer sumergidos en este barrial de corruptelas y atraso.

El famoso “carro de Drácula”, popularizado por el humorista Emilio Lovera con el cuento del malandro caraqueño que fue para Birongo (estado Miranda) y ahora, utilizado como símbolo de persecución contra el hampa por el gobernador de Carabobo Rafael Lacava, demuestra lo mal que estamos como país.

Lo lamentable de esto, es que esa pobre perspectiva la observamos en diversos sectores. De hecho, muchos que hasta ayer les parecía Rafael Lacava como un ser despreciable por su alocada campaña electoral, ahora, convertido en gobernador, le elogian sus espectáculos, le hacen carantoñas, lo ven de lo más simpático y lo demuestran saltando de emoción para tomarse selfies o deleitándose con miradas embelesadas. El día trece de noviembre, el Forum de Valencia fue testigo de lo que aquí escribo. Eso es una palmaria demostración de la incoherencia de la cual hemos hablado y escrito muchas veces.

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Volvamos al “carro de Drácula”. Circula por las redes un video que muestra una carroza fúnebre que transporta una jaula, y en ella van encerrados dos presuntos “bachaqueros”, lo que más asombra de ese video es que el vehículo con los detenidos lo maneja el excéntrico gobernador de Carabobo. Varios se han alegrado porque sienten que alguien se está ocupando del enojoso asunto que significa los “bachaqueros” ¡Cuán equivocados están! Esa no es la solución para abaratar los precios. Esos sujetos “enjaulados”, por cierto, sin el debido proceso, son humildes buhoneros, son mulas que cometen delitos de bagatela (si es que acaso eso es delito). Acá todos sabemos que a los “bachaqueros” que generalmente detienen son de poquísimos recursos económicos. Algunos son choferes, otros tienen tarantines de comida o, trabajadoras de casas de familia, que escudriñan la manera de rebuscarse algunos “churupitos” para poder subsistir.

Esos “bachaqueros” que inhumanamente exhiben como trofeos, y expuestos al escarnio público nada tienen que ver con que el cartón de huevos esté en ochenta mil bolívares, el kilo de carne cerca de los cien mil, el queso blanco y la pechuga de pollo a setenta mil bolívares. Así como lo leen, apresar a esas personas no hará que el salario alcance para adquirir la canasta básica, ni para comprar los estrenos de diciembre y quizá tampoco sean suficientes para el detergente con el que se lavará la ropa vieja, porque el kilo de Ariel ya ronda los cincuenta mil bolívares.

Lo que hace Lacava con ese carro, son acciones estudiadas por el derecho penal simbólico, porque pretenden dar la sensación que se combate la delincuencia cuando la realidad es otra.

La culpa es del socialismo.-

En efecto, los “bachaqueros” son el último eslabón de una larga cadena de corrupción, y son ellos los que tienen la menor responsabilidad en ese crimen (si es que están cometiendo algún crimen). El asunto es que ellos son los que dan la cara frente al consumidor necesitado. Que conste, no estoy defendiendo ese tipo de conductas asumidas por los “bachaqueros”, lo que trato es de exponer, que ellos son la consecuencia y no la causa del encarecimiento de los productos. Cuando hay tantos controles se generan ideas para burlarlos o lograr provecho de ellos. Es común que eso ocurra en este tipo de regímenes socialista/comunistas. Los mercados negros son los primeros en proliferar cuando se instauran los controles. Los cubanos pueden darnos mayores explicaciones sobre esa modalidad.

No habría “bachaqueros” si no existiesen tantos obstáculos para la producción o, si los productores y comerciantes tuvieran plenas garantías y seguridad jurídica. Esa dañina práctica la ha generado este régimen con sus políticas que han destruido la economía del país. Los “bachaqueros” no son los culpables de que todo esté caro, ni tampoco de la escasez de algunos rubros. Detrás de ellos están los militares que son los que deciden hacia cuál zona van los productos. A los “bachaqueros” los surte algún “chivo rojo rojito”, bien sea uniformado o civil, pero lo cierto es que ese capo está enchufado en el guiso de la distribución.

Si es cierto que el gobernador Rafael Lacava quiere combatir a esas mafias, puede dar una vueltica por las instalaciones militares, son ellos quienes tienen mucho qué aclarar porque poseen el monopolio de la distribución de alimentos. Hace quince días trató de hacerlo con el exgobernador de Carabobo pero desde Caracas le halaron las orejas, porque pisó unos cayos en el alto gobierno ¿o no?

Desde esta trinchera exhorto al gobernador Rafael Lacava a cumplir con la Constitución, no tengo por qué dudar de sus buenas intenciones, pero debo decirle que cuando una intención va acompañada por un mal procedimiento, pues entonces no es tomada con seriedad. En este particular le transcribo lo que establece el artículo 46 de la CRBV:
“Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral; en consecuencia: 1. Ninguna persona puede ser sometida a penas, torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes…2. Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano…” Esto se traduce en que lo que hace el gobernador con el carro de Drácula es una flagrante violación del texto constitucional. Y escribo solamente esto para no referirme a la “ley contra el odio” porque es un instrumento “odioso” ya que fue elaborado por un ente fraudulento.

Drácula es esclavitud.-

Venezuela comenzará a reconstruirse cuando el capital privado se sienta seguro, cuando se premie el trabajo de los ciudadanos, el día que se entienda que quien más trabaja tiene derecho a ganar más, y que quien más estudie y se prepare es de suponer que tendrá más responsabilidades y en consecuencia mayor será su remuneración. De esto no saldremos con ridículos carros de Drácula sino con incentivos a la producción y al empleo. Cuando se acabe el nefasto estilo de hacer política mediante ofrecimientos populistas, si señores, desde ese momento podremos hablar de prosperidad. El día que los gobernantes se dediquen a lo básico de la función pública esto es, que dejen de meter sus narices en empresas o en asuntos que solo deben ser manejados por entes privados veremos avances hacia el bienestar. Pero mientras sean los gobiernos quienes definan los precios de la comida, el precio del dólar o de todo lo que se le ocurra y no sea la Ley de la oferta y la demanda quien lo haga, seguiremos camino a la consolidación de la  esclavitud.

Pablo Aure

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Don Víctor Julio Coronel: La historia viva del municipio Bejuma

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Don Víctor Julio Coronel: Historia viva del municipio Bejuma- Agencia Carabobeña de Noticias - Agencia ACN - Opinión
Foto: Cortesía Luciano Rosso
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Don Víctor Julio Coronel Pinto representa la historia viva de municipio Bejuma y por eso ocupa el cargo de cronista de la población desde hace trece años. Gracias a su honestidad; sus principios y su forma de actuar, se ha ganado el respeto de todos los que le conocen.

Con sus 93 años a cuestas, lo encontramos sentado en la mecedora de su casa ubicada en sector Pueblo Nuevo, donde habita con una de sus hijas y su yerno. Víctor Julio nos indicó que nació un 13 de diciembre de 1930, siendo sus padres fueron Ramón Coronel Tortolero y Magdalena Pinto.  Fue el segundo de ese matrimonio, que también engendró a Teresa, Alí, Celina y Tulio, de los cuales sólo quedan, él y Tulio. De su nacimiento, su madre le contó que la partera llegó a las 4 de la madrugada con una lámpara de kerosene debido a la oscuridad y la neblina.

Su primaria la estudió en una escuela ubicada en la casa de la señora Bacalao, donde se sentaba  en una “silleta” hecha de cuero de chivo. Allí estuvo hasta que inauguraron la Escuela Don José Laurencio Silva, la cual estaba ubicada donde ahora es la zapatería de la familia Anka. Allí  estudió hasta cuarto grado que  era  lo que había para la época. “El que salía de la escuela,  o se ponía a trabajar o se iba a Valencia para continuar estudiando”, comentó.

Don Víctor Julio Coronel: La historia viva del municipio Bejuma

En su relato indica que trabajó en el campo con su padre, hasta que puso a laborar en una panadería llamada “La Reina”, de Don Pedro Tortolero. También trabajó en una bodega llamada “La Mano abierta” y en una ferretería que era de Rafael Flores y Francisco Tovar. “A los 19 años me casé con María Carlota Palencia y nos mudamos a Valencia donde trabajé en la Volkswagen; en ACO, en Agrícola Carabobo y en la Mueblería Cara, entre otras empresas.  “Hice un curso de ventas y me puse a trabajar con mi hermano Ramón vendiendo casas y terrenos. Además, tuvimos una venta de cosas usadas”.

Don Víctor Julio Coronel: Historia viva del municipio Bejuma- Agencia Carabobeña de Noticias - Agencia ACN - Opinión

A sus 93 años, aún recuerda la historia local.

Fruto de su matrimonio nacieron: Carlos Julio, Gloria, Marbella y Marlinda.

Cronista desde el 2011

De regreso a Bejuma, trabajó en la rama de bienes y raíces junto con su esposa y estuvo colaborando “ad honorem” en la Alcaldía de Bejuma en los asuntos de historia del municipio. En el año 2006 fallece la cronista Anaminta Ruíz y en el 2011, se llevó a cabo la elección de un nuevo cronista por parte del Concejo Municipal, siendo escogido Víctor Julio Coronel, cargo que hasta hoy ostenta.

En materia de religiosidad, nuestro personaje siempre ha sido devoto de San Rafael Arcángel y un gran colaborador con las labores de la iglesia católica. Relata que ayudó a los padres Ramírez, Belarra, Villanueva, Insiso, Alfredo Rodríguez; y a Monseñor Medardo Bacalao, a quien recuerda como un hombre trabajador y de una conducta intachable.

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Cura herido

A propósito de la iglesia, Víctor Julio, relató que en una oportunidad, el cura le pidió que tocara las campanas; pero cuando estaba en el campanario vio un pajarito montado cerca de un vitral que estaba colgado en el techo. “Yo siempre cargaba una china y me puse a lanzarle una piedra al pajarito con tan mala puntería que le pegué al vitral rompiéndolo en pedazos. Una parte de los vidrios le cayó al padre que estaba orando frente al altar y le hizo una herida en la oreja; afortunadamente leve. Al ver la caída del vitral, alguien grito ¡temblor! y todos salieron corriendo de la iglesia”.

Entierros sin bendición

De la historia de Bejuma, cuenta que la fecha de su fundación había 17 familias provenientes de  Aragón y de Sevilla (España). “En principio pertenecíamos a Nirgua y el lindero era el río de La Mona. Montalbán la fundan el 13 de enero de 1735 y Bejuma era una de sus comunidades. Para  todo debíamos a ir a Montalbán pasando el rio Bejuma y el rio Aguirre. Inclusive los  muertos los enterraban sin la bendición del cura, porque era muy difícil ir a buscarlo. Fue en el año de 1843 se  funda la población que en un principio se llamó Bejuma  de San Rafael”.

De esta manera, nos despedimos de este personaje que publicó el libro “Relatos de Bejuma” y un folleto titulado “Historia de san Rafael”. Como mensaje a los jóvenes, Víctor Julio los emplazó a que estudien y se preparen cada día más. “Que sean respetuosos, honrados y que tengan mucha fe en Dios”, concluyó.

Con información de ACN/HM

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